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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/11/2025 08:49
La detección rápida y la comunicación inmediata al Minor Planet Center son claves en la protección contra asteroides (Imagen ilustrativa Infobae) Un asteroide hipotético del tamaño de una montaña avanza desde las profundidades del sistema solar rumbo a la Tierra. La inquietud sobre cómo detectarlo a tiempo y qué herramientas existen para responder a una amenaza así motivó un episodio de Huge podcast, donde la periodista Cleo Abram, el ex ingeniero de la NASA Mark Rober y el observador David Rankin, del Catalina Sky Survey, analizaron la ciencia detrás de la defensa planetaria. La amenaza de los asteroides no es solo ciencia ficción. Abram reflexionó: “Nuestro planeta enfrenta un juego de supervivencia a gran escala, y no podemos apartarnos. Nuestra única esperanza es identificar los asteroides con suficiente antelación para hacer algo al respecto”. Durante la visita al observatorio, Rankin explicó que el equipo trabaja con un mapa del cielo nocturno que refleja la cobertura del telescopio en las últimas dos semanas y que, gracias a ese ritmo, logran revisar la bóveda celeste completa aproximadamente dos veces al mes. El procedimiento es meticuloso: el instrumento captura imágenes de 12 sectores del cielo en cuatro ocasiones cada uno, y un sistema automatizado se encarga de depurar las posibles detecciones. Con humor, Rankin señaló que la tecla “N” del teclado está prácticamente desgastada, en referencia a la cantidad de falsos positivos que deben descartar a diario. El equipo del Catalina Sky Survey, en Arizona, detectó más de 39.000 asteroides cercanos a la Tierra desde la década de 1990 (Captura de video: YouTube) Prioridad absoluta: reacción inmediata ante el peligro La rapidez en la detección es determinante para el trabajo del equipo. Rankin remarcó que “el tiempo de respuesta con los datos es fundamental”, mientras que Abram advirtió que “si esperás hasta la mañana, probablemente pierdas el objeto”. En la misma línea, Rankin insistió en que “si no continuás rastreando ese objeto y lo publicás de inmediato, literalmente puede perderse”. Por ese motivo, cada vez que identifican un posible nuevo asteroide, el hallazgo se comunica de inmediato al Minor Planet Center, organismo encargado de coordinar la verificación internacional. Abram explicó la enorme variedad de asteroides y sus riesgos: “Imagina fragmentos de roca o metal de todos los tamaños, hasta edificios de diez pisos. Hay millones de estos cerca de nosotros, pero la atmósfera nos protege de los más pequeños“. Los de 50 metros pueden liberar la energía de 500 bombas nucleares. Por eso se les llama “destructores de ciudades”. Los más grandes, de cientos de metros, podrían arrasar países enteros. El ex ingeniero de la NASAS, Mark Rober recordó: “El asteroide que mató a los dinosaurios era más ancho que el Monte Everest”. Los asteroides de 50 metros pueden liberar la energía de 500 bombas nucleares y destruir ciudades enteras (Imagen Ilustrativa Infobae) Abram destacó un aspecto positivo: “Los astrónomos creen que ya hemos encontrado entre el 95% y el 98% de los asteroides realmente grandes, de un kilómetro o más. Hay 877 identificados y ninguno en ruta de colisión". Sin embargo también advirtió que “para los ”destructores de países", solo hemos hallado entre el 42% y el 47%. Y para los “destructores de ciudades”, la cifra es mucho menor y la incertidumbre es alta. Ese es el mayor agujero en la defensa de la Tierra”. ¿Qué haríamos ante una amenaza real? En Huge podcast se presentó un escenario hipotético para analizar cómo respondería la comunidad científica ante un asteroide potencialmente peligroso. El caso imaginado, denominado 2034 LV1 (Soteria), describe un objeto de 400 metros de ancho, alta densidad y una velocidad de 75.000 kilómetros por hora cuya probabilidad de impacto, según el ejercicio, podría elevarse al 90%, proyectando una posible colisión en 2041. Entre las medidas posibles se analizan desde el desvío cinético hasta la opción extrema de recurrir a explosiones nucleares para modificar la trayectoria del objeto (Imagen Ilustrativa Infobae) El planteo sirve para repasar los mecanismos reales de coordinación internacional. Abram recordó que en 2013, la ONU creó dos grupos para este tipo de situaciones: uno para recopilar información y otro para coordinar a las agencias espaciales. Las opciones reales son: no hacer nada, impactar el asteroide con una nave, o usar armas nucleares para desviar su trayectoria. La misión DART de la NASA de 2022 es clave para este análisis, ya que demostró la eficacia del desvío cinético: “El objetivo era cambiar la trayectoria del asteroide en 73 segundos, y se logró en 32 minutos”, señaló Abram. También se evaluaron alternativas como una detonación cercana para generar empuje mediante material vaporizado, un fenómeno comparable a los chorros de gas en cometas. La estructura impulsada por la ONU en 2013 establece los protocolos de coordinación global ante una amenaza de este tipo (Captura de video: YouTube) “La idea es detonar una bomba en un lado del asteroide para vaporizar parte de su superficie y convertirlo en un cohete”, describió Rankin. Métodos como el tractor gravitacional o el deflector de haz iónico fueron considerados menos prácticos en plazos reducidos. En la simulación, la solución elegida se basa en impactadores cinéticos cuyo objetivo sería modificar ligeramente el periodo orbital del objeto, suficiente para desviar su trayectoria y evitar la colisión. Vigilancia constante y cooperación: la defensa real Durante el cierre del episodio, la realidad se mezcla con la emoción del descubrimiento. Abram y Rankin vivieron la experiencia de detectar un verdadero asteroide peligroso. El descubrimiento se publicó de inmediato para el seguimiento internacional. Abram destacó que, aunque Soteria fue un escenario ficticio, el trabajo científico que lo sustenta es plenamente real. Para la periodista, la capacidad de anticipación y cooperación internacional evidencian que la humanidad cuenta con herramientas concretas para enfrentar eventuales amenazas provenientes del espacio.
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