Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El juicio a los cuadernos, día 3: la primera baja, los “chimenteros” y el bajo rating

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/11/2025 07:44

    Julio De Vido desde Ezeiza con su abogado: turno con el cardiólogo La tercera audiencia del juicio a los cuadernos de las coimas se realizó este último jueves en la sala digital del Tribunal Federal N°7, transmitida en vivo por YouTube, bajo una coyuntura al menos interesante marcada por la política, por el espectáculo de la política, y por lo que significó la ausencia de ciertos ausentes. Cristina Fernández de Kirchner, la principal acusada de la presunta asociación ilícita dedicada a cobrar sobornos de empresarios, había enfrentado 48 horas antes el decomiso masivo de sus bienes en la causa Vialidad, más una severa limitación de las visitas a su departamento de la calle San José, donde cumple bajo prisión domiciliaria su condena de seis años de cárcel. CFK estaba allí, frente a su webcam, mostró un poco más su cara esta vez, no tanto su ya clásico hombro derecho, con el suéter blanco. En paralelo, el Tribunal Oral Federal N°4 también rechazó esta semana concederle la prisión domiciliaria a Julio De Vido, tras condenarlo a cuatro años de prisión por administración fraudulenta en el expediente de la tragedia de Once, que dejó más de 50 muertos. CFK junto a su abogado defensor, Carlos Beraldi De Vido estaba allí en vivo por YouTube, frente a una webcam del Servicio Penitenciario Federal, de vuelta en la cárcel, en la Colonia Penal de Ezeiza, tras haber ocupado una celda en 2017 en Marcos Paz, con una camisa blanca y su gesto usual. Lo acompañaba su histórico abogado, Gabriel Palmeiro. Enrique Méndez Signori, presidente del Tribunal N°7, anunció que el arquitecto y ex superministro se retiraría a las 14 horas del jueves de la audiencia, autorizado por los magistrados. Debía realizarse un estudio en el Hospital Penitenciario Central, un ecocardiograma. Sorprendía verlo preso. La edad lo habilitaba a una tobillera: hoy, De Vido enfrenta un nuevo juicio en su contra, otro de tantos, a sus 75 años de edad. Así, se convertía en una baja parcial para la jornada. José Francisco López, su ex secretario de Obra Pública en el Ministerio de Planificación, faltó también a la cita por motivos médicos, preso en el penal de Ezeiza. Un día antes, el Tribunal N°7 declaró a años de un veredicto general el primer sobreseimiento del caso: Enrique Menotti Pescarmona, histórico jefe de Industria Metalúrgica Pescarmona S.A, quedó fuera del juicio. Un informe del Cuerpo Médico Forense ratificó que Pescarmona sufre de Alzheimer “de estado moderado a severo”. Así, uno de los mayores empresarios de la trama quedaba eximido de responder por el supuesto pago de trece coimas al kirchnerismo; seis de esas coimas habrían llegado a Cristina Kirchner. Enrique Pescarmona, fuera del juicio por Alzheimer "de moderado a severo" En su último fallo, los jueces Mendez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli invocaron el artículo 336 del Código Procesal Penal para eximir a Menotti Pescarmona, el mismo criterio que invocó la fiscal Fabiana León para avalar el sobreseimiento de Enrique Menotti Pescarmona. Así, aseveraron, con la ley en la mano, que “la acreditación de un cuadro clínico crónico e irreversible impide su comparecencia o intervención válida en este debate, sin perjuicio de la prosecución del juicio respecto de los demás coimputados”. Los “demás coimputados” precisamente, son el centro del problema. Semanas atrás, un abogado defensor de un imputado clave en la causa, me decía, con el poder de síntesis y el cinismo propios de su inteligencia: “A este juicio lo va resolver la biología”. Una forma elegante de decir que, a muchos, los haría zafar no la fuerza de la prueba, sino la fuerza inexorable del paso del tiempo y de la vida misma. Nadie quiere decirlo, no en voz alta, pero el juicio a los cuadernos de las coimas es un juicio geriátrico donde varios de los principales imputados ya pasaron los 80 años de edad, con todo lo que esto implica. Pescarmona tiene 83 años. Nelson Guillermo Perotti, ex administrador General de la Dirección Nacional de Vialidad, acusado de ser parte de la asociación ilícita, tiene 80. Carlos Wagner, empresario y presunto miembro de la asociación ilícita de la política a la vez, 82. Oscar Sansiseña, presidente de Cleanosol Argentina S.A, 84 años. Ni hablar de los que se encuentran en la franja de los 70 años de edad: 30 imputados, casi un tercio del total, incluidos el chofer Oscar Centeno, CFK y De Vido mismos. El mayor de todos en edad faltó con aviso a la audiencia del jueves, con un certificado médico presentado a las 8:35, una hora antes del comienzo. Néstor Otero, de 87 años, accionista mayoritario de TEBA S.A, acusado de un hecho de pago de coima, fue excusado del proceso por el juez Méndez Signori en base a complicaciones surgidas por su diabetes y su hipertensión. Sin embargo, seguirá ligado al proceso. Así, la audiencia transcurrió, con sus cuatro horas de rigor. Tres secretarios se turnaron para leer las sucesivas indagatorias de los empresarios, como Francisco Valenti, mano derecha de Pescarmona, que consideró que era una ironía ser acusado junto a “quienes lo destruyeron” o de Juan Chediack, que reconoció ceder a los presuntos aprietes de De Vido, para entregar plata en la propia casa del ministro “junto a unos bonsai” o en el Ministerio de Planificación", en un baño. Chediack falleció en un accidente de avión en San Luis, año 2023. Los jueces del TOF N°7 (RS Fotos) Para “los chimenteros” A comienzos de la audiencia, el juez Enrique Méndez Signori realizó un aviso parroquial para la comunidad del Zoom de los cuadernos. La polémica por la supuesta lentitud del juicio, con una audiencia semanal, a pesar de un ritmo acordado y aceptado, motivó editoriales de comentaristas televisivos, artículos alimentados por el off de Tribunales, algunos con un tono burlón a los propios magistrados del Tribunal N°7. ¿A qué lógica obedece esta mezcla de reclamo, comedia y chicana? ¿Es para complacer a cierta tribuna? En todo caso, ¿dónde está esa tribuna, quizás voyeurs de un antikirchnerismo rabioso? 284 personas observaban la transmisión de la audiencia de los cuadernos del jueves a las 12:30. La de la semana previa cerró con poco más de 600 usuarios. La condena de los rugbiers que mataron a Fernando Báez Sosa, transmitida por la Suprema Corte bonaerense, fue vista en YouTube por 95 mil personas. En la audiencia anterior, los tres jueces de los cuadernos comunicaron sus reclamos realizados sin éxito a lo largo de los años para que se les reduzca la carga de trabajo: 29 expedientes les fueron asignados en los últimos tres meses, sin mayores incrementos en su equipo o en sus instalaciones. Menos de dos meses atrás, los mismos jueces habían condenado a De Vido y Baratta en la causa Gas Licuado. El propio Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema, fue la voz más atinada al respecto. “No puede ser un juicio de una megacausa en esos términos. No está bien”, señaló, tal vez en un gesto de autocrítica. “Uno de los problemas más graves es el abandono de las políticas de Estado. La Corte dejó de aplicar la agenda que la propia Corte había fijado”, afirmó en diálogo con Radio Rivadavia. Lorenzetti: autocrítica por recursos para el juicio de los cuadernos En el fondo, se trata de recursos. Así, se realizó una reunión entre los magistrados y la Cámara Federal de Casación Penal, presidida por Daniel Antonio Petrone. En la audiencia participaron magistrados como Carlos Mahiques y Mariano Borinsky. La Cámara cedió, anunció Méndez Signori, al mismo tiempo que recordó en su propia decisión que autorizó contratar más personal para el Tribunal años atrás. Ofreció una sala de Comodoro Py tres veces por semana, donde se podrán realizar las indagatorias de los acusados, para agendarla incluso en feria y acordó quitar al Tribunal N°7 de los sorteos de causas durante seis meses. “Finalmente se ha concretado aquella preocupación institucional reclamada por el Tribunal”, aseguró el juez Castelli en la audiencia de hoy. Los jueces, de todas formas, reclamaron la Sala Derechos Humanos del Palacio de la calle Talcahuano, donde el Tribunal N°7 tiene sus oficinas. Guillermo Armani, abogado de Claudio Uberti, ex titular del OCCOVI, arrepentido en la causa, pidió la palabra al final de la audiencia. Armani aseveró, picante: “Solidaridad absoluta con el Tribunal. Sabemos lo complejo y difícil que es llevar adelante los procesos penales, sabemos muy bien el esfuerzo que se hace... Hay prensa de chimenteros de amores y prensa de los chimenteros de las causas penales... Lo digo ahora que estamos en la parte embrional de este proceso. Va a durar mucho tiempo. Estoy harto de escuchar chimenteros televisivos que no saben lo que es una causa penal”. “Muy bien, se tiene presente”, dijo el juez Méndez Signori.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por