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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/11/2025 18:57
Ángela Leiva compartió el carrete de fotos del último mes (Instagram) Ángela Leiva vivió un mes de octubre marcado por el movimiento constante, combinando viajes de placer y compromisos profesionales que la llevaron a presentar su música en distintos escenarios internacionales. Entre paisajes de ensueño y la vorágine de su agenda artística, la cantante logró entrelazar momentos de descanso, aventura y conexiones personales, sumando postales llenas de diversidad, emociones y encuentros durante su “vuelta al mundo en 20 días”. Su carrete mensual se transformó así en una bitácora visual de experiencias, desde grandes ciudades europeas hasta playas soleadas y noches festivas, reflejando el equilibrio entre el trabajo, el placer y las pequeñas alegrías cotidianas. El viaje comenzó por las calles empedradas de Copenhague, donde Ángela posó junto a una amiga, ambas abrigadas y radiantes bajo el sol frío de Dinamarca, rodeadas de la elegante arquitectura europea. El emblemático canal Nyhavn y sus casas coloridas sirvieron de fondo a escenas de paseo, charlas en pórticos y cafés apacibles. Las historias continuaron en interiores de automóvil y en salidas compartidas al aeropuerto, documentando el espíritu nómada y la convivencia con amigas que atravesó el mes. "Mi carrete del mes. Vacaciones soñadas. La vuelta al mundo en 20 días. Orlando, Islandia, Copenhague, Mallorca", escribió Ángela en el pie del carrete Ángela posó frente a las típicas casas de Copenhague El atardecer, un café y el mar fueron los elegidos para descansar El momento en el que Ángela quedó atrapada en una tormenta en Islandia El salto a Islandia agregó postales de contrastes: desde el ala del avión contemplando la pista cubierta de nieve y el bullicio del aeropuerto, hasta la combinación de climas y la promesa de nuevas aventuras. En Mallorca y otros destinos, la cantante no perdió de vista las pequeñas pausas: una taza de café con vista al mar, el sol poniéndose sobre las olas, la calma de un atardecer y la reflexión tranquila en terrazas cercanas a la costa. Cada imagen denotó la capacidad de Ángela para conectar con el entorno, disfrutar del silencio o perderse en el paisaje frente a palmeras y cielos abiertos. Los relatos de viaje no quedaron solo en la contemplación. Hubo espacio para las celebraciones y los climas festivos: la artista se mostró explorando avenidas decoradas para Halloween, bajo enormes calabazas naranjas colgantes y luces tenues, fusionando el paseo diurno con una noche temática cargada de sorpresas. Un capítulo aparte fue la música, con una imagen de Ángela en un estudio de grabación, auriculares y micrófono, resaltando que el arte y la creatividad siempre tuvieron un lugar incluso en medio del trajín del viaje. Las reuniones con amigos, las cenas nocturnas, los bares y las fiestas aparecieron reflejadas en imágenes grupales repletas de sonrisas, copas y luces de neón. La pista de patinaje sobre hielo —bajo guirnaldas encendidas— sumó una dosis de espíritu lúdico e invernal, mientras que la playa, tanto de día como al atardecer, evocó momentos de relajación, juego y baile junto al mar. En medio de trabajo hubo momentos de disfrute en grupo La felicidad de Leiva en una cena con amigos Durante el tiempo que estuvo afuera, la cantante mezcló placer y trabajo Ángela junto a una amiga en las calles de Copenhague (Instagram) En el romance de cada postal —la pagoda de luces orientales, la selfie con amigas en aeropuertos, el colectivo nocturno rumbo a un nuevo destino— Ángela Leiva reafirmó su identidad de artista inquieta, abierta al disfrute y al descubrimiento. Cada instante capturado reveló una mujer capaz de celebrar la diversidad cultural, abrazar la aventura y poner en valor lo simple: una sobremesa con risas, la observación curiosa de nuevos rincones y la alegría compartida en buena compañía. El repaso fotográfico que compartió Ángela Leiva dejó en evidencia que el éxito profesional puede convivir de manera natural con el disfrute pleno de la vida y los afectos. Cada imagen resumió su capacidad de convertir los viajes y el trabajo en valiosas oportunidades de descubrimiento personal, amistad y celebración cultural. Así, octubre quedó marcado no solo por escenarios internacionales y música, sino también por la autenticidad, la curiosidad y el encuentro con lo extraordinario en lo cotidiano, reforzando la huella que Ángela Leiva deja detrás de cada paso que da, dentro y fuera del escenario.
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