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Parana » Ahora
Fecha: 20/11/2025 10:34
No tengo nostalgia porque ahora mismo tengo mi infancia mucho más cerca que cuando ella transcurría. Clarice Lispector. La hija enreda las piernas en el trapecio mientras habla fuerte para que la veamos estimo la imagen que ve: nuestras cabezas en el lugar de los pies las copas de los árboles arrojan sombras contra las nubes el suelo se mantiene cerca de sus cejas las pestañas rasguñan una chispa. En la casa hay recetas de medicamentos entre libros dibujos entre estampas, galletas sobre almohadones. El perro lastimó su cuero, lo lame incansable pasa su hocico y salva la carne rosa con la lengua. El conejo corre mientras las plantas se arrastran con la brisa un impulso y las cosas se mueven aunque todo parezca un escenario fijo. Durante la noche la hija vomitará tendrá la piel gris como si el asfalto la envolviera. Miraremos sus pupilas y veremos la orilla que nos mareó al caminar con la cabeza al ras de la arena. ¿Cuántos granos se metieron entre nuestros dedos? ¿Qué parte de la piel se gastó con la sal? Otra vez el paisaje se invierte y se precipita la noche: cubrimos las espaldas diminutas con mantas acariciamos la curva de narices pequeñas como damascos. Dejamos de hurgar en las cutículas. Perdonamos la imagen de los padres que vimos con las patas para arriba con la casa desordenada con el cuerpo dispuesto a abrazar la furia como un fuego y hundimos la cara en las almohadas como si fuera el dedo de un Cristo sobre la llaga del corazón.
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