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Parana » Plazaweb
Fecha: 19/11/2025 11:21
El abogado querellante José Iparraguirre sostuvo que las pruebas presentadas en el juicio por la muerte de Gabriel Gusmán acreditaron que el joven fue ejecutado y que no disparó contra los policías Oscar Molina y Diego Íbalo. En declaraciones al programa A quien corresponda (Radio Plaza 94.7), el letrado afirmó que la evidencia respaldó la teoría de la querella, que considera el hecho como un caso de “gatillo fácil”. El juicio revisó lo ocurrido la mañana del 25 de septiembre de 2018 en el barrio Capibá de Paraná, cuando los funcionarios policiales persiguieron a Gusmán a bordo del móvil 1021. Según la acusación, al ingresar el joven a un baldío, los policías descendieron del vehículo y abrieron fuego mientras él intentaba escapar. Uno de los disparos ingresó por la nuca, con trayectoria ascendente, causándole la muerte de forma inmediata. En ese marco, Iparraguirre afirmó: “Entendemos que con las pruebas que se están rindiendo en la causa queda acreditada la teoría del caso de la defensa que Gabriel Gusmán fue ejecutado, que fue un caso de gatillo fácil”. Aseguró que la muerte del joven fue evitable y señaló: “Se perdió una vida en forma innecesaria, podría haber sido detenido si es que los policías hubieran actuado dentro de lo que la ley establece y de lo que establece la formación policial”. TAMBIÉN PODÉS LEER: Comenzó el juicio por jurados por la muerte de Gabriel Gusmán El abogado recordó que la normativa vigente impide el uso de armas de fuego en situaciones de fuga. “El artículo 12 del Reglamento General de la Policía de la Provincia de Entre Ríos determina que cuando un presunto delincuente se está fugando el policía tiene vedado efectuar disparos en su contra”, explicó. En relación con los momentos previos al disparo mortal, Iparraguirre repasó que la querella nunca negó la existencia de un conflicto armado previo entre Gusmán y otros vecinos: “Nos parece que este es el caso de Gabriel, nosotros nunca negamos de que había una situación de violencia anterior a la llegada del móvil 1021 donde iban Íbalo y Molina y de que participara Gabriel Gusmán, que estaba armado y que había efectuado disparos en contra de otros vecinos”. Sin embargo, remarcó que no existió agresión hacia los policías. “Lo que sí dijimos es que él nunca efectuó disparos contra la policía, sino que intentó fugarse y uno podría decir que este es el centro de la causa”, sostuvo. Al referirse a la posibilidad de que la defensa alegue legítima defensa por parte de los funcionarios, Iparraguirre fue contundente: “Si en momentos previos a recibir el disparo mortal, al fallecimiento —que fue inmediato porque recordemos que le entró en el cráneo—, los funcionarios policiales fueron agredidos por Gabriel Gusmán, lo que les permitiría actuar en legítima defensa. Nosotros entendemos que no y que con todas las pruebas que se han ido aportando esto quedó demostrado”. Para la querella, el análisis conjunto de las pericias, testimonios y reconstrucciones mostró que Gusmán no representaba un riesgo inminente para los agentes al momento del disparo fatal, por lo que la actuación policial habría sido ilegítima. La sentencia del juicio por jurados, que deberá evaluar estos elementos y determinar responsabilidades, será determinante para establecer si la muerte de Gusmán se ajustó o no a los límites legales del uso de la fuerza por parte de la Policía de Entre Ríos. Escuchá la entrevista completa:
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