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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/11/2025 18:43
Lando Norris ganó en Interlagos y lidera la F1. En la tabla de pilotos lo siguen Oscar Piastri, su cumpañero en McLaren, y Max Verstappen (Red Bull) (AP Photo/Andre Penner) La Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha intervenido en el Gran Premio de Brasil tras descubrir y ordenar la retirada de dispositivos ilegales instalados en varios monoplazas de Fórmula 1. Estos sistemas, basados en placas de titanio que se expanden con el calor, permitían manipular el desgaste del fondo plano de los autos, alterando el rendimiento y el cumplimiento del reglamento técnico. La actuación de la FIA ha tenido un impacto inmediato en la competitividad de los equipos implicados y ha generado reacciones entre los protagonistas del campeonato, como Fernando Alonso, quien ya había manifestado sus sospechas sobre prácticas irregulares en la parrilla. La investigación de la FIA se centró en la detección de dispositivos que modificaban el comportamiento de los patines de titanio obligatorios en la parte inferior de los monoplazas. De acuerdo con Motorsport Japón, varios jefes de equipo y directores técnicos sospechaban que algunos rivales habían encontrado la forma de que estos patines absorbieran grandes cantidades de calor. El reglamento exige que los tres elementos del patín estén fabricados en aleación de titanio bajo estándares específicos y alineados con la tabla de madera, manteniendo un grosor mínimo para evitar la descalificación. Sin embargo, durante el fin de semana en Interlagos, se observó que ciertos autos circulaban a una altura inusualmente baja sin mostrar un desgaste excesivo, lo que levantó las primeras alertas. El funcionamiento técnico de estos dispositivos consistía en aprovechar el calor generado durante la marcha para expandir las placas de titanio hacia abajo. Según Motorsport, “a mayor temperatura de la placa de titanio, mayor expansión, lo que hace que quede por debajo de la propia tabla”. De este modo, cuando el auto generaba chispas, solo los patines tocaban la pista, mientras que la tabla de madera quedaba ligeramente más elevada, conservando su integridad y cumpliendo con la normativa en las inspecciones. Al finalizar las sesiones y regresar a boxes a baja velocidad, el metal se enfriaba y recuperaba su forma original, lo que permitía superar los controles técnicos de la FIA sin dejar evidencia de la manipulación. La intervención de la FIA se produjo tras la carrera sprint, cuando el delegado técnico Jo Bauer revisó todas las placas antes de la clasificación. Allí se detectaron dispositivos cuya única función era calentar los patines, y se ordenó su retirada inmediata antes de la Q1. El Español añadió que los equipos afectados se vieron obligados a aumentar la altura trasera de sus autos para cumplir con el reglamento, lo que redujo la carga aerodinámica y penalizó sus tiempos por vuelta. Esta modificación tuvo consecuencias directas en el rendimiento, especialmente en un fin de semana con formato sprint, donde las posibilidades de ajustar la configuración son limitadas. Las consecuencias de la actuación de la FIA se reflejaron en la pérdida de competitividad de varios equipos de la zona media de la parrilla. Aunque no se han revelado oficialmente los nombres de los equipos implicados, en el paddock se especula con que Haas y Racing Bulls podrían estar entre los beneficiados por esta técnica. Aston Martin, por su parte, experimentó un rendimiento irregular en Interlagos, con Fernando Alonso finalizando decimocuarto el domingo y Lance Stroll aún más atrás. El propio Alonso, en declaraciones recogidas por El Español, expresó: “No puedo ser del todo honesto, pero todos han mejorado mucho”. El bicampeón del mundo también afirmó: “Preferimos intentar algo diferente y acabar decimocuartos que hacer lo de siempre y ser duodécimos”, dejando entrever su descontento con la situación y sugiriendo que algunos rivales estaban operando al límite del reglamento. De cara al futuro, la FIA prepara una directiva técnica que prohibirá el uso de ciertos materiales y métodos en la parte inferior de los autos, con el objetivo de reducir la dependencia del efecto suelo. Esta medida no entraría en vigor antes de 2026, coincidiendo con los cambios previstos en el reglamento técnico. El contexto competitivo actual, marcado por la búsqueda de ventajas técnicas en un entorno regulatorio cada vez más estricto, ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar los controles y cerrar las lagunas que permiten este tipo de prácticas.
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