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  • Textil Donald: “Nosotros conocemos muy bien el mercado argentino, traemos bueno y barato, ese es uno de los secretos”

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 18/11/2025 18:24

    En esta edición N° 97 de Conociendo a distintas empresas de Concordia , Despertar Entrerriano visitó ‘Textil Donald’ ubicado en La Heras 518, es un comercio que nació en 1974 como una pequeña retacería familiar y que hoy sigue firme. En un diálogo cargado de recuerdos, anécdotas y una fuerte valoración del oficio, Sergio Vinzon hijo de Hugo Vinzon, fundador de la textil, repasó los inicios del negocio, el legado de su padre, los cambios del mercado textil, las crisis, la llegada de nuevas tecnologías y el impacto del taller de bordado que incorporaron en los años 90. ¿Cómo y cuándo comenzó la historia de Textil Donald y por qué el nombre? “La historia arranca en 1974. El que inició todo fue mi viejo Hugo. Él era de Prefectura, pero en esos años había muchos despelotes en el país, todos lo sabemos, así que pidió el retiro y nos vinimos desde Concepción del Uruguay a Concordia. Acá abrimos, en ese momento era la mitad de lo que ves hoy. Primero se llamaba Retacería Donald, haciendo referencia al personaje, es más, lo teníamos pintado en la vidriera, pero enseguida pasó a ser Textil Donald. Con el tiempo fuimos cambiando según las épocas, porque este rubro te obliga a ir moviéndote”. ¿Cuántos años tenías cuando todo esto empezó? “Seis años. Bien chiquito. Estoy acá desde siempre. Conozco muy bien estos mostradores: me gusta la herrería. Con mi viejo hicimos estantes y muchas cosas del local. Todo lo que ves acá lo hicimos entre los dos. Era muy creativo, hiperactivo; yo salí igual. Él falleció a los 86 años, vivió muy bien gracias a Dios. Siempre trabajamos juntos, y viste que hay hijos que no pueden laburar con los padres… bueno, yo sí. Él siempre me dejó volar con las ideas. Tenemos otros negocios, pero este es el negocio familiar, el de la vida. No sé si habrá heredero, pero mientras yo esté, esto va a estar a full”. En aquellos primeros años, ¿cómo era el movimiento? ¿Qué se vendía? “En esa época el boom era la tela por kilo. Teníamos unos canastos enormes y eran todas mujeres revolviendo, llevándose cosas. Les encantaba. Con los años eso cambió. La tela por metro siempre existió y hoy es todo por metro, ya no se vende por kilo. No hace falta: hay telas baratas por metro y la gente se maneja con eso. Nosotros conocemos muy bien el mercado argentino. Traemos bueno y barato. Ese es uno de los secretos”. ¿Qué tipo de telas podemos encontrar hoy en Textil Donald? “Tenés de todo: rústicos, cortinería, camisería, decoración. Con el tiempo nos dedicamos muchísimo a la tapicería y la decoración. Hoy vienen tapiceros, artesanos, modistas… Antes las modistas venían todos los días; ahora hay menos, pero igual hay varias. Y me sorprende la cantidad de varones diseñadores y modistos muy buenos que veo. Cuando yo era chico, Concordia tenía muchos sastres, todos varones. Mujeres sastres, por lo menos que yo conociera acá, no había. Incluso venían sastres de Salto, cruzaban el río y eran clientes nuestros. Con el tiempo la trajería fue bajando, pero algo mantenemos. Siempre viene alguien que quiere hacerse un traje”. ¿Cuál fue el mayor desafío que han enfrentado a lo largo de los años? “La política. Totalmente. Era un tsunami. El peor momento fue el 2001. Lo superamos y después de eso ya está: creo que no nos vuelca nadie. Tendría que haber sido un tope de gama y sin embargo fue tocar fondo por la corrupción argentina. Hoy está todo a la vista, todos sabemos lo que pasó. Por suerte siempre nos adecuamos a los líos. Con mi viejo conocíamos el país y sabíamos que todo era cíclico. En Argentina, el emprendedor tiene que conocer el país sí o sí”. ¿Fueron los primeros en traer bordado industrial a Concordia? “Sí, fuimos los primeros en Entre Ríos. Teníamos clientes en toda la provincia. Después, con los años, cada uno se fue comprando su maquinita y apareció gente que borda, me parece bárbaro”. Agregó “Acá en Concordia, por ejemplo, nosotros tenemos un taller de bordado además del local. Hacemos bordado industrial, logos, indumentaria, uniformes. Eso lo incorporamos en el ‘98. Yo traje todo el sistema de bordado cuando acá no tenían ni idea de lo que era. Era todo computarizado, máquinas modernas, y hoy son casi robots: trabajan solas aunque siempre hay que asistirlas”. Siguió “Pero nosotros fuimos los que trajimos el bordado acá. Mi viejo me decía: ‘Estás loco. ¿Bordado? Estás loco’. Y sin embargo lo trajimos. Yo traje la primera máquina de Estados Unidos en 1998. y encima llegó el 2001. Un lío tremendo. Pero bueno, a mí Argentina me encanta por eso: si no sos creativo, la corriente te lleva puesto”. Hablemos de tecnología, ¿cómo impactaron los avances en la empresa? “Muchísimo. Antes era talonario, facturábamos a mano. Hoy todo es electrónico, la factura te va al WhatsApp o al e-mail. Ni hablar de las máquinas: impresionantes. Cada vez más chiquitas, más potentes, más silenciosas. Antes las bordadoras eran tractores. Hoy no hacen ruido y trabajan perfecto. La tecnología cambió todo”. ¿Y los hábitos de consumo? ¿Cómo cambió la clientela? “Mirá, este país siempre estuvo en crisis, entonces la gente siempre vuelve a hacer cosas por su cuenta. Antes la mujer de la casa arreglaba, fabricaba, inventaba cosas para ganarse unos mangos. Hoy sigue pasando, con la diferencia de que ahora se sumó el varón y me encanta. Hay chicos jóvenes que diseñan ropa, hacen arreglos, vestidos de fiesta. No cambió tanto porque cada vez que hay lío en Argentina, todo el mundo se pone creativo para sobrevivir. Ese es el ADN nuestro”. ¿A qué atribuís la fidelidad de los clientes que siguen viniendo desde 1998? “Siempre se atendió bien. El cliente termina siendo amigo. Acá somos hasta psicólogos… Este mostrador tiene historia, conversación. Siempre dimos buena atención, buen precio y mercadería adecuada a cada época. Eso es fundamental”. ¿Qué significa Textil Donald para vos? “Y… a veces es un dolor de cabeza, es el trabajo del día a día. Conmigo trabajan dos chicos que la rompen. Y algo que me encanta es que muchos de los que pasaron por acá terminaron armando su propio emprendimiento. Eso es hermoso. Que aprendan y se independicen. Yo también me dedico a otras cosas, pero el textil sigue a full. Mientras yo esté, esto va a seguir. Y si depende de nosotros, va a tener cuerda para rato, vamos a seguir dándole para adelante”. Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscános como @DespertarEntrerriano.

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