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» Diario Cordoba
Fecha: 18/11/2025 17:48
Antes de la sonada botadura de 'Anatomía de un instante' (2009) y de lanzarse al océano con la gran autopsia literaria al 23-F y, por extensión, a la Transición, Javier Cercas era, nunca mejor dicho, un mar de dudas. "¿Cómo se me ocurrió escribir una ficción sobre el 23 de febrero? ¿Cómo se me ocurrió escribir una novela sobre una neurosis, sobre una paranoia, sobre una novela colectiva?", se flagela el escritor en las primeras páginas de un libro, híbrido de historia, memoria y narrativa, que en España se devoró como una crónica y en Francia e Italia se leyó como una novela. "Quién sabe si a estas alturas el teniente coronel Tejero no será sobre todo para muchos un personaje televisivo", reflexionaba Cercas en la introducción al más decisivo de sus instantes. Luego vendrían las listas de lo mejor del año y el Premio Nacional de Narrativa de 2010 por su “gran potencia literaria” y “elevada calidad histórica” y las preguntas se responderían solas, pero hubo un momento en que Cercas no sabía muy bien si lo que había escrito era una "rarísima versión experimental" de 'Los tres mosqueteros' o el soberbio testimonio de un fenomenal costalazo. Porque, en efecto, 'Anatomía de un instante' nació (y murió) como novela y volvió a la vida como ensayo 'sui géneris' protagonizado por Adolfo Suárez, Manuel Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo. Tres figuras a su manera heroícas que, como ha dicho Cercas en repetidas ocasiones, "llegaban de un pasado equivocado para construir un futuro acertado". Los únicos que permanecieron sentados en sus escaños cuando Tejero y los golpistas irrumpieron en el Congreso pistola en mano. ¡Como para no escribir sobre ellos y convenecerse de que lo que estaba pidiendo la realidad no era una novela, sino otra cosa! "Incapaz de inventar lo que sé sobre el 23 de febrero, iluminando con una ficción su realidad, me he resignado a contarlo. El propósito de las páginas que siguen consiste en dotar de una cierta dignidad a ese fracaso", escribió el autor de ‘Soldados de Salamina’ hace 16 años. Con fracasos como este, ¿quién necesita victorias?
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