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Parana » Informe Digital
Fecha: 18/11/2025 12:07
CÓRDOBA.- Las quiebras de las lácteas ARSA y Lácteos Conosur SA (que operaba bajo el nombre comercial La Suipachense), junto con los graves problemas que atraviesan SanCor, La Lácteo y Lácteos Verónica, ocurren en un contexto en el que el sector no presenta una crisis generalizada. Los expertos advierten que, salvo excepciones, se trata de dificultades que esas empresas arrastran desde hace años y que la caída del consumo terminó por agravarlas. El titular del Centro de la Industria Lechera (CIL) y de la cooperativa láctea Manfrey, Ércole Felippa, explicó a LA NACION que, en términos de cifras, el sector no muestra señales de crisis. La producción primaria, si no alcanza el récord histórico, estará “muy cerca”, con niveles en torno a 11.500 millones de litros y un alza interanual del 10%. Lo mismo ocurre con las exportaciones, tanto en volúmenes como en ingresos en dólares (“por mayor precio y cambio en el mix de productos”). Sobre el consumo interno, el empresario señaló que el sector “no es ajeno” a la caída del consumo masivo: “Comparado con el 2024 creció, pero esa base de comparación es muy baja. Es decir, se recuperó parte de lo que se cayó”. En el caso de los quesos, por ejemplo, las ventas internas siguen muy rezagadas. Desde el Ieral, de la Fundación Mediterránea, indicaron a este diario que, aunque el escenario de precios no es el mejor para el productor, “no puede hablarse de una crisis generalizada” en la actividad láctea. El tambo registra un deterioro evidente en sus ingresos: en octubre pasado el precio real se ubicó en $479 por litro, 15% por debajo en la comparación interanual y 10% inferior al promedio histórico para ese mes. En dólares constantes, la caída es aún más pronunciada: 30% interanual y 15% respecto del promedio. Además, la participación del productor en el precio final de los lácteos cayó a 24,6%, el nivel más bajo desde mediados de 2018, como consecuencia de que los precios al consumidor retrocedieron en términos reales mucho menos que el valor de la leche cruda. La empresa controlante de la marca quebró por orden de la Justicia la semana pasada Felippa advirtió que los precios que percibe el productor “se deterioraron porque aumentaron menos que la inflación”, aunque aclaró que la base de comparación es “alta” y que, en términos relativos, la relación entre insumos y producción sigue siendo favorable. Algo similar ocurre con los precios de exportación: cayeron, pero que la tonelada de leche en polvo esté a US$3.600 y el tipo de cambio supere los $1.400 “hace que no sean negativos”. “Tengo 40 años de trayectoria en la lechería -agregó el empresario- pero no hablaría de crisis. El gran desafío que tenemos es que se recupere la macro para que mejore el consumo interno a niveles previos al 2024. Se abrirían así posibilidades para el sector, que es dinámico y muy competitivo”. En ese contexto, el Ieral consideró que la rentabilidad del tambo promedio no estaría comprometida. Según cálculos del OCLA, se ubicó en 1,6% en agosto, un nivel bajo pero todavía muy cercano al promedio de los últimos ocho años (1,9%) y prácticamente en línea con el promedio histórico de los meses de agosto (1,7%). Los economistas coinciden en que, al observar el comportamiento de los volúmenes y de la cadena en su conjunto, entre enero y octubre la producción de leche cruda creció 10% interanual y quedó 6% por encima del promedio de los últimos 20 años. La oferta interna aumentó 8% respecto de 2024 y se mantiene en torno a su media histórica, mientras que las exportaciones avanzaron 8% interanual y se ubicaron 30% por encima del promedio de largo plazo. “Es decir, la actividad en su conjunto no muestra señales de crisis sectorial. Por el contrario, combina niveles elevados de producción y exportación aun a pesar de que el escenario de precios no es el mejor para el productor”, resumieron desde el instituto. La Lácteo lleva más de un año con plantas paradas. Sebastián Salguero SanCor continúa en concurso preventivo de crisis; procesa entre 50.000 y 60.000 litros de leche por día y perdió 500 empleos en un año. El pasivo estimado de la empresa ronda los US$400 millones. Hace unos días, la Justicia declaró la quiebra de Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA). Con accionistas del Vicentin Family Group y gerenciada por la venezolana Maralac, la empresa supo producir postres muy reconocidos en el mercado. Unos 550 trabajadores se quedarán sin empleo. Estaba en concurso desde marzo de 2024, con un pasivo reconocido de $49.700 millones y $67.300 millones en garantías por la compra de activos a SanCor. El mismo destino sufrió la láctea que producía la marca La Suipachense, también en manos de Maralac. La semana pasada, el juez Leandro Julio Enríquez dispuso abrir directamente la etapa de liquidación, poniendo fin a un proceso que se había iniciado meses atrás bajo concurso preventivo. Emplea a 140 personas. Lácteos Verónica, con tres plantas en Santa Fe y trabajadores que vienen cobrando salarios en cuotas, está en un procedimiento preventivo de crisis. Acumuló cheques rechazados por unos $10.000 millones, según datos del sector. La crisis de la cordobesa La Lácteo lleva más de un año: sus plantas permanecen paradas y sólo produce leche larga vida cuando consigue leche para comprar. La planta de Ferreyra lleva más de tres meses inactiva; los pocos empleados que quedan están en sus casas sin cobrar sueldo desde abril.
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