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» Diario Cordoba
Fecha: 17/11/2025 16:52
La Comisión Europea ha vuelto a mejorar las perspectivas económicas para España cuyo producto interior bruto crecerá en 2025 un 2,9% según las previsiones de Bruselas de otoño, lo que supone una ligera mejora respecto a mayo, y consolida además la senda de reducción de déficit y deuda por encima de lo esperado. España será la gran economía de la Unión Europea que más crezca en 2025, si se cumplen las previsiones de la Comisión, por encima de Alemania (0,2%), Francia (0,7%), Italia (0,4%) o Países Bajos (1,7%). El Ejecutivo comunitario ha vuelto a elevar las previsiones para el país, de un 2,6% al 2,9%, las perspectivas de crecimiento de la economía española para este año. Ese crecimiento se moderará progresivamente en 2026 y 2027, con un 2,3% y un 2% respectivamente, lo cual supone también una mejora respecto a mayo. España crecerá a pesar de las turbulencias comerciales que sacuden la economía comunitaria, muy por encima de la media europea y la zona euro. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha valorado positivamente estas cifras calificándolas de "sorpresa positiva". La mejora de las previsiones de España se entiende, en parte, porque el país está menos expuesto al impacto de los aranceles de Estados Unidos. Pero también porque ha habido una mayor recaudación de la esperada, y el coste de las medidas para paliar los destrozos provocados por la DANA en Valencia ha sido menor. La inmigración como motor Bruselas apunta a la demanda interna, y en particular al consumo privado y la inversión, como principal motor de la expansión económica española. La Comisión prevé que los consumidores tengan un mayor poder adquisitivo además del crecimiento del empleo, “en un contexto de inmigración sostenida”. España sigue siendo el país de la Unión Europea con la tasa de desempleo más alta (10,4%), pero desciende a un ritmo nunca visto en los últimos diez años. La Comisión apunta también a que se espera que el país siga generando puestos de trabajo, una tendencia impulsada precisamente por la inmigración que contribuye a ampliar la fuerza de trabajo. La Comisión vuelve a apuntar al impacto positivo para la inversión del plan de recuperación, mientras que la caída de las exportaciones respecto a las importaciones tendrá un impacto negativo en el crecimiento del PIB. Pero el principal riesgo para la economía española sigue siendo los efectos indirectos de que sus socios comerciales tengan una menor actividad económica. Bruselas apunta aquí al potencial impacto negativo para el turismo, que pueda retrasar la inversión empresarial y mantener la tasa de ahorro de los hogares, disminuyendo la contribución al crecimiento del consumo interno. La Comisión considera que una desaceleración de los flujos migratorios “podría reducir el dinamismo del mercado laboral”. Respecto a la inflación, Bruselas espera una desaceleración del IPCA hasta el 2,6% en 2025, “impulsada por la moderación de los precios de los alimentos y, en menor medida, de los servicios, que se espera que disminuyan de forma más gradual en consonancia con un menor crecimiento de los salarios reales”. Bruselas espera que el crecimiento de los salarios se mantenga por encima de la inflación este año. Déficit y deuda, bajo control El fuerte crecimiento económico en España y la eliminación progresiva de las medidas para paliar el impacto del aumento de los precios de la energía han ayudado a mitigar el impacto de las ayudas por los destrozos causados por la DANA en Valencia. Así, España consolida su reducción del déficit y la deuda pública. Aún así, la Comisión advierte del potencial impacto negativo del pago de intereses y el aumento del gasto en defensa que exige la OTAN. Sin embargo, también prevé Bruselas un aumento de los ingresos por la modificación del impuesto de sociedades o la introducción de nuevos impuestos como por ejemplo a los cigarrillos electrónicos. En este contexto, la Comisión espera que España reduzca su déficit público hasta el 2,5% y llegue a un 2,1%, a pesar del aumento del gasto en pensiones, estabilizándose en 2027. El cálculo de Bruselas es que el aumento de la inversión en defensa se verá compensado con nuevos ingresos y un aumento de las cotizaciones a la seguridad social. También augura una reducción de la inversión pública con la llegada a su fin del plan de recuperación. España también reducirá previsiblemente el ratio de deuda hasta el 100% sobre el PIB en 2025, gracias a que el crecimiento supera el coste de la misma. Impulsado por la reducción del déficit, la deuda seguirá disminuyendo, cayendo por debajo del 100% en 2026, por primera vez en siete años.
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