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CABA » Plazademayo
Fecha: 17/11/2025 09:53
La candidata oficialista Jeannette Jara advirtió sobre los riesgos para la democracia tras confirmarse su pase a segunda vuelta frente al ultraderechista José Antonio Kast. La derecha chilena se alineó detrás de Kast y tensiona el escenario electoral rumbo al 14 de diciembre. Jara y Kast definirán el rumbo político de Chile Los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile confirmaron una segunda vuelta entre Jeannette Jara (Unidad por Chile) y el ultraderechista José Antonio Kast (Partido Republicano). El proceso, informado por el Servicio Electoral de Chile (SERVEL), mostró que con el 97,20% de las mesas escrutadas Jara obtuvo un 26,82%, mientras que Kast alcanzó el 23,97%. La votación, que registró más de 13 millones de sufragios, dejó al oficialismo ante un escenario complejo debido al desgaste del gobierno de Gabriel Boric, cuya imagen positiva no supera el 30%. Sin embargo, también expuso una segunda vuelta polarizada donde la disputa no solo será programática, sino también simbólica: la defensa o el retroceso de la democracia chilena. “Nos costó mucho recuperar la democracia para que hoy se ponga en riesgo” En su primer discurso tras los resultados, Jeannette Jara apeló a la memoria histórica del país. La candidata, que creció en apoyo durante su gestión como ministra del Trabajo —impulsora de la Ley de 40 horas y de la reforma previsional—, advirtió sobre las consecuencias de un eventual giro hacia la ultraderecha. “Nos costó mucho recuperar la democracia para que hoy se ponga en riesgo”, expresó, marcando distancia con la campaña agresiva que sectores vinculados a Kast desplegaron en redes contra la candidata de la derecha tradicional, Evelyn Matthei. Además, Jara se comprometió a representar no solo al oficialismo, sino también al pueblo trabajador de Chile. Su desafío será sortear los discursos anticomunistas instalados por la derecha durante la campaña, un clima que recuerda tensiones históricas del país. Boric pide un debate “con altura” y llama a fortalecer la democracia El presidente Gabriel Boric celebró el funcionamiento institucional del proceso electoral y felicitó a ambos candidatos. Luego pidió un debate “con altura”, invitando a la ciudadanía a participar con un voto informado. “El diálogo democrático es el camino para resolver nuestras deudas históricas”, afirmó. Y agregó: “Chile tiene una democracia sana que debemos cuidar todos los días”. Boric insistió en que la construcción democrática es intergeneracional, un mensaje dirigido a descomprimir la tensión que domina la escena electoral. La derecha se compacta detrás de Kast Mientras el oficialismo celebraba la ventaja de Jara, la derecha actuó sin matices. Johannes Kaiser, candidato del Partido Nacional Libertario, reconoció su derrota y anunció apoyo absoluto a Kast. “Vamos a respaldarlo en segunda vuelta”, aseguró. Kaiser destacó los avances políticos de su sector en pocos meses y afirmó que ahora contarán con una bancada propia, senadores y diputados. La derecha radical exhibe así un fortalecimiento que complica el panorama para el progresismo chileno. Matthei también respalda a Kast y tensiona el escenario Evelyn Matthei, figura clave de la derecha tradicional, visitó a Kast y formalizó su respaldo. Sus declaraciones apuntaron directamente contra el oficialismo. Matthei criticó la gestión económica, la seguridad y la migración, y pidió “un cambio de timón fuerte”. Su apoyo consolida un frente opositor que podría canalizar el malestar social acumulado. Para Jara, esto implica un desafío doble: disputar votos de centro y demostrar que representa una alternativa viable para enfrentar la crisis social, económica y de seguridad. Un balotaje que definirá el rumbo democrático de Chile El 14 de diciembre no solo se elegirá un gobierno, sino un proyecto de país. La pulseada entre Jara y Kast refleja dos visiones en tensión: por un lado, un oficialismo que apela a la justicia social y a la protección de la democracia; por el otro, una derecha que pide orden y reformas profundas, con discursos que inquietan a sectores democráticos. El escenario se vuelve especialmente sensible para América Latina, donde varios países atraviesan giros políticos abruptos. Para la región, lo que ocurra en Chile será un indicador de tendencias más amplias sobre gobernabilidad, polarización y modelos económicos.
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