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Concordia » Hora Digital
Fecha: 16/11/2025 08:40
El peronismo enfrenta una crisis interna marcada por diferencias en las estrategias políticas de sus gobernadores, que avanzan a distintos ritmos y con prioridades provinciales diversas. La unidad del La unidad del peronismo vuelve a estar en jaque debido a las distintas posturas que adoptan sus gobernadores frente al gobierno libertario, que ya logró captar apoyos para defender sus políticas y ahora busca ampliar su influencia. En este contexto, el peronismo se divide en tres grupos principales: por un lado, gobernadores como Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil, que muestran mayor apertura al diálogo y buscan autonomía parlamentaria para negociar con la Casa Rosada; en un punto intermedio, están dirigentes como Sergio Ziliotto y Gerardo Zamora, que aceptan sentarse a conversar pero mantienen distancia y condiciones; y en el extremo opuesto, se ubican líderes como Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Ricardo Quintela y Gustavo Melella, que sostienen una oposición firme y sin matices contra las políticas libertarias. La división quedó expuesta tras la convocatoria poselectoral realizada por el espacio Libertad Avanza, que excluyó de la foto oficial a gobernadores como Kicillof (Buenos Aires), Insfrán (Formosa), Quintela (La Rioja) y Melella (Tierra del Fuego). Sergio Ziliotto (La Pampa) estuvo presente, en parte porque los libertarios buscaron ampliar la convocatoria y al mismo tiempo profundizar las diferencias internas del peronismo. Ziliotto, que había reclamado ante la Corte Suprema por la deuda que la Nación mantiene con su provincia, asistió como voz crítica y advirtió sobre la exclusión de sus pares. Tras ese encuentro, el gobierno de Milei reconoció en una audiencia judicial el retraso en la transferencia de fondos y podría avanzar en un acuerdo. Ziliotto ha logrado mantener la provincia de La Pampa sin endeudamiento y con equilibrio fiscal, pero planea continuar el diálogo con la Casa Rosada, siempre desde una postura opositora. En las recientes elecciones, el Frente Defendamos La Pampa ganó por un margen muy ajustado, lo que obliga a Ziliotto a medir cada paso en los próximos años. Además, enfrenta una interna territorial compleja, ya que no tiene posibilidad de reelección y la unidad lograda para el 26 de octubre se ha debilitado con la oposición de su antecesor, Carlos Verna. Por ello, Ziliotto busca mantener la identidad peronista en el Congreso, con sus tres diputados y un senador, para evitar que la provincia se incline hacia el espacio libertario. Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Estero y aliado histórico no peronista, también participó en la convocatoria en la Casa Rosada. Aunque se muestra dialoguista, Zamora tiene claro que será una opción opositora al gobierno libertario. A partir del 10 de diciembre asumirá como senador con escasas intenciones de apoyar a los libertarios y con la expectativa de jugar un rol protagónico en la próxima etapa política. Por su parte, Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) exhiben una mayor autonomía dentro del peronismo. Jaldo rompió en enero del año pasado el bloque de diputados de Unión por la Patria y conformó el espacio Independencia, con el que facilitó varias leyes al gobierno libertario. Sin embargo, mantuvo la identidad peronista y permitió que Jalil también participara de ese espacio para manejar el vínculo con la Casa Rosada. Actualmente, ambos analizan la posible conformación de un nuevo bloque con gobernadores de otros espacios, como Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Rolando Figueroa (Neuquén), aunque saben que esta iniciativa podría romper la alianza provincial con Unión por la Patria, necesaria para enfrentar a Milei. Por eso, evalúan mantener el bloque Independencia y acordar un interbloque peronista. Esta última opción es promovida por Cristina Kirchner, quien busca contener a los sectores que reclaman mayor flexibilidad para votar, evitando que se profundicen las fracturas internas. La titular del PJ ya no acusa a estos dirigentes de “verdadero transfuguismo político”, como lo hizo en meses anteriores, y pretende que no generen un daño mayor a la frágil unidad del peronismo. En cambio, Sergio Massa se muestra cansado de las disputas internas y se ha alejado del diálogo para contenerlas. Aunque logró evitar rupturas en algunos distritos para las elecciones, en otros como Salta, Córdoba, Entre Ríos y San Luis las divisiones se concretaron, y ahora decidió mantenerse al margen. En el sector más duro de la oposición se encuentran Kicillof, Melella, Quintela e Insfrán, quienes defienden sus territorios y las finanzas provinciales con una postura inflexible frente al gobierno nacional. Kicillof y Melella sufrieron derrotas electorales el 26 de octubre, mientras que Quintela ganó por un margen muy estrecho de 882 votos. Un referente nacional señaló que “demasiado hizo Quintela con el ahogo financiero que le está provocando Nación”. Solo Insfrán pudo celebrar un triunfo amplio. El desafío para el peronismo es contener estas tres velocidades políticas sin que el Congreso se convierta en el escenario de una ruptura definitiva. Cada gobernador enfrenta urgencias propias, presiones territoriales y diferentes visiones sobre cómo enfrentar al oficialismo, por lo que el mapa del peronismo recién comienza a redefinirse.
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