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  • Peronismo en crisis: los gobernadores en tres velocidades distintas y la unidad en peligro

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 16/11/2025 07:36

    La forzada unidad del peronismo vuelve a verse amenazada una vez más con los movimientos y posicionamientos de sus gobernadores frente al gobierno libertario que ya supo conquistar algunas voluntades para defender sus políticas y ahora está dispuesto a ir por más. En esta nueva etapa, el mapa peronista puede leerse en tres familias políticas: por un lado, los gestores más permeables al diálogo, como Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil, que ya dieron señales de autonomía parlamentaria y buscan margen para negociar con la Rosada; en un punto intermedio aparecen los interlocutores críticos, como Sergio Ziliotto y Gerardo Zamora, que aceptan sentarse en la mesa pero marcan distancia y condiciones; y en el extremo opuesto se ubican los jefes provinciales de trinchera, encabezados por Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Ricardo Quintela y Gustavo Melella, firmes en sostener una oposición sin matices frente a las políticas libertarias. La Libertad Avanza se encargó de marcar esas divisiones en la convocatoria posvictoria electoral. Quedaron afuera de la foto Axel Kicillof (provincia de Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Podría haber sido parte de los excluidos también Sergio Ziliotto (La Pampa), pero los libertarios apuntaron a engrosar la foto y, al mismo tiempo, contribuir a la interna peronista. El jefe provincial pampeano asistió y decidió hacerlo como la voz crítica de ese encuentro. Respondió así al llamado institucional de la Casa Rosada pero advirtió sobre la discriminación a sus pares de la convocatoria. Pero lo cierto es que a Ziliotto y sus colegas los corren la falta de fondos. Ziliotto venía de acelerar un reclamo ante la Corte Suprema por la deuda provisional que la Nación tiene con su provincia. Después de esa foto en Balcarce 50, el gobierno de Milei reconoció en una audiencia judicial el retraso de los fondos y podrían avanzar en un acuerdo. Ziliotto logró hasta ahora sortear la escasez de fondos manteniendo la provincia desendeudada y con equilibrio fiscal pero planea mantener el diálogo abierto con la Rosada. Siempre como opositor, aclara. En la elección pudo pintar la provincia de azul pero con una elección demasiado ajustada (ganó el Frente Defendamos La Pampa por apenas 2.253 votos contra LLA) que lo llevará en los próximos dos años a medir cada movimiento. Tampoco tiene fácil la interna territorial. Ziliotto no tiene reelección y la unidad que se logró para el 26 de octubre ya se deshilacha con su antecesor, Carlos Verna siguiendo sus pasos. No tiene margen para romper. Necesita al peronismo unido para que en la próxima batalla este territorio no se vuelva violeta y, en ese sentido, no se imagina dando señales contrarias en el Congreso. Los tres diputados y el senador mantendrán la identidad peronista con la que los pampeanos jugaron hasta ahora. Otro gobernador (no peronista pero aliado histórico) que sirvió de “puente” fue el santiagueño Gerardo Zamora, también invitado a la Casa Rosada para la foto de familia que dejó Guillermo Francos antes de dejar la Jefatura de Gabinete. El jefe provincial puede mostrarse dialoguista pero tiene claro que se parará como una opción al gobierno libertario. El 10 de diciembre llegará al Senado con pocas intenciones de votar con los libertarios y demasiadas ganas de volverse protagonista en una siguiente etapa. Quienes sí están dispuestos a mostrar aún más autonomía peronista son Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca). Ya en enero del año pasado, el tucumano rompió el bloque de diputados de Unión por la Patria y llevó a sus tres diputados a conformar Independencia, espacio con el que le facilitó varias leyes al libertario. La unidad electoral conseguida en Tucumán bajo el sello Tucumán Primero no condicionó su regreso al bloque peronista en el Congreso. No solo se mantendrá bajo esa identidad, sino que le dio una opción a Jalil de participar de ese espacio para poder maniobrar el vínculo con la Rosada. En el celular del catamarqueño hay más invitaciones como la de gobernadores de otros espacios que analizan por estas horas conformar un nuevo bloque. Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Rolando “Rolo” Figueroa (Neuquén) hablan por estas horas con Jalil y también con Jaldo. Pero ambos saben que la conformación de este bloque generaría una ruptura total con Unión por la Patria, a quienes necesitaron adentro en la alianza provincial para ganarle a Milei. No les sobra nada y, por eso, quizás el camino pueda ser mantenerse en Independencia y acordar la conformación de un interbloque peronista. Eso es lo que busca Cristina Kirchner por estas horas. El esquema de interbloque es una manera de contener a quienes buscan “flexibilidad” al momento de votar. La titular del PJ ya no los señala por el “verdadero transfuguismo político” con los que describió sus apoyos a los libertarios en estos meses y ahora busca que no ocasionen un daño mayor a la fragilidad con la que se sostuvo hasta ahora el peronismo. Sergio Massa, en cambio, ya se muestra cansado de las jugadas personales y se alejó del diálogo para contenerlos. El líder del Frente Renovador logró que las rupturas no se materializen en algunos distritos para las elecciones y en otros no (como Salta, Córdoba, Entre Ríos y San Luis) pero ahora decidió correrse. Del otro lado, están los más duros frente a las políticas del gobierno nacional: Kicillof, Melella, Quintela e Insfrán. El desafío es doble, deben cuidar el territorio y las arcas provinciales. Los dos primeros se llevaron una derrota el 26 de octubre. Melella sufrió ya en la elección la falta de acuerdos en el peronismo con tres listas en su territorio. El riojano apenas ganó por 882 sufragios de diferencia. “Demasiado hizo Quintela con el ahogo financiero que le está provocando Nación”, dice un referente nacional. Solo Gildo Insfrán pudo celebrar un triunfo holgado. El desafío para el peronismo es contener esas tres velocidades sin que el Congreso se convierta en el escenario definitivo de la ruptura. Cada gobernador llega con urgencias propias, presiones territoriales y lecturas distintas sobre cómo enfrentar al oficialismo. El mapa del peronismo recién comienza a redefinirse.

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