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  • La Catedral de Paraná, un gran símbolo de fe, historia y arquitectura monumental

    Parana » Uno

    Fecha: 13/11/2025 18:41

    La iglesia más imponente de Paraná fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942. La Catedral es un hito urbano y cultural que concentra siglos de historia En el corazón de la capital entrerriana, frente a la plaza 1° de Mayo, la Catedral Metropolitana de Paraná se alza como una de las obras arquitectónicas más imponentes y emblemáticas de la provincia. Su historia refleja no sólo la devoción religiosa de sus habitantes, sino también la identidad de un pueblo que la construyó con esfuerzo, donaciones y un profundo sentido de pertenencia. Declarada Monumento Histórico Nacional el 4 de febrero de 1942, la Catedral de Nuestra Señora del Rosario no es simplemente un templo: es un hito urbano y cultural que concentra siglos de historia. Catedral Antecedentes del templo actual Situada en calle Su Santidad Francisco, fue transformándose a lo largo del tiempo: “Contando la actual Catedral, hubo cuatro templos en ese mismo sitio”, explica el historiador, periodista, escritor y docente universitario Claudio Cañete. El primero fue una modesta construcción de paja y adobe, levantada en 1730, cuando se creó la Parroquia de la Baxada. Años después, en 1756, el cura Francisco Arias Montiel impulsó la edificación de un segundo templo, esta vez hecho de ladrillo y techo de tejas, que se mantuvo en pie hasta 1829. Ese año se habilitó el Templo Matriz, antecesor directo de la Catedral actual, mandado a construir por el cura Antolín Gil Obligado. “El templo matriz fue demolido en 1888, mientras ya avanzaban las obras de la nueva Catedral”, detalló Cañete. Obra monumental El 1º de enero de 1883 se colocó la piedra fundamental del actual edificio, en coincidencia con un hecho político clave: ese mismo año, el gobernador Eduardo Racedo restituyó a Paraná como capital de Entre Ríos, luego de haberlo ido Concepción del Uruguay. El diseño fue obra del arquitecto Juan Bautista Arnaldi, y la construcción estuvo a cargo de Agustín Borgobelo. “Fue una obra levantada en etapas, desde 1883 hasta 1897, con el esfuerzo conjunto del gobierno provincial, aportes nacionales y, principalmente, donaciones de las familias más pudientes de la ciudad”, destacó Cañete. A su vez, refirió que los vecinos contribuyeron con recursos para la compra de materiales, obras de arte y ornamentos. “Los mármoles, altares y esculturas que hoy admiramos fueron adquiridos gracias a esa colaboración comunitaria”, indicó el historiador. Catedral 4 Cañete también señaló que la Catedral combina estilos clásicos y góticos, un rasgo que la vuelve única en el país. Está sostenida por 92 columnas, algunas de las cuales fueron traídas en tramos, y su estructura principal se completó hacia 1897. Asimismo, recordó: “En 1885 se habilitaron los primeros sectores para el culto, aunque el edificio no estaba terminado. En 1886 se bendijo el templo y, un año más tarde, llegaron las grandes columnas de mármol que sostienen la nave central”. En 1891 arribaron nuevos materiales para completar la estructura edilicia, y en 1896 llegaron los mármoles de Carrara que conforman la escalinata principal. “Pasan desapercibidos, pero toda esa escalinata está hecha con mármol de Carrara”, apuntó Cañete. Asimismo, precisó que el altar mayor fue inaugurado el 2 de febrero de 1886, y el conjunto se completó en 1897 con elementos de gran valor artístico: 33 vitrales fabricados en Toulouse, Francia, obra de Julio Verges; y la estatua de San Pedro, traída de Génova y esculpida por Doménico Di Carli, donada por el vecino León Solar. “San Pedro está porque fue el primer Papa, no como representación de los dos apóstoles principales. Por eso tiene atuendos papales”, aclaró. Catedral 2 En este marco, destacó el esfuerzo que implicó transportar los materiales desde el Puerto Viejo hasta el centro de Paraná, por la barranca, en carretas tiradas por bueyes. “Fue una construcción muy costosa y ardua, en una época de grandes limitaciones técnicas”, señaló. El Cristo Redentor que corona el frontis fue colocado el 6 de abril de 1901, un Sábado Santo, y el órgano llegó desde Alemania en 1906, completando así el conjunto monumental. Por otra parte, Cañete recordó que en el atrio de la Catedral descansan los restos del general Eduardo Racedo y de su esposa, en urnas funerarias: “La idea original era que fueran colocadas dentro del templo, pero debido a su pertenencia masónica, la Iglesia dispuso que quedaran afuera”. En el interior de esta obra de arquitectura se encuentran también las sepulturas de los arzobispos principales de la Arquidiócesis de Paraná, que reposan allí desde los inicios de la sede eclesiástica. Hace unos años, hubo un hecho que también marcó la historia del templo: la visita del papa Juan Pablo II a Paraná. Aunque no ingresó a la Catedral, celebró una misa en el aeropuerto local, y el historiador comentó: “Con motivo de esa visita se fundió una campana especial con una inscripción alusiva, que hoy funciona en una de las torres de la Catedral”. Con más de un siglo de existencia, la Catedral Metropolitana actual sigue siendo un símbolo de fe y pertenencia para los paranaenses. Catedral 1 Su silueta domina la plaza 1º de Mayo y su historia se entrelaza con la de la ciudad misma. “Es un edificio de carácter monumental, único en el país por su estilo y por el modo en que se construyó, con el aporte de toda una comunidad”, destacó Claudio Cañete. Esa conjunción de arte, fe y memoria colectiva hace que, cada vez que sus campanas suenan, la Catedral vuelva a recordarle a Paraná sus raíces más profundas y su vocación de trascendencia. Visitas guiadas para conocer la historia de la Catedral La Catedral Metropolitana Nuestra Señora del Rosario, monumento, refugio espiritual y testigo silencioso de los orígenes de la ciudad, tiene una historia que late entre muros, por donde pasaron procesiones, congresos nacionales y generaciones enteras de entrerrianos. “Podríamos decir que la creación de la parroquia fue, de algún modo, el acta fundacional de Paraná”, concordó Roberto Calloni, integrante de la Pastoral de Turismo y Cultura de la Catedral, desde donde se promueven visitas guiadas y actividades que permiten a la comunidad y a los participantes redescubrir este símbolo del patrimonio provincial. Las visitas guiadas, organizadas especialmente para escuelas, turistas y grupos comunitarios, proponen un recorrido que combina arte, fe e historia. “Cuando la gente entra, se le cuenta el contexto: por qué se funda la parroquia, cómo se organiza la ciudad alrededor de ella, y de qué modo la iglesia le da identidad a Paraná”, comentó Calloni. Entre los múltiples episodios que marcan su trayectoria, hay uno que sorprende a la mayoría de los visitantes: la primera sesión del Congreso de la Confederación Argentina se realizó en la Catedral de Paraná. “Cuando Paraná fue designada capital de la Confederación, en 1854, era una ciudad muy pequeña. No existía ningún edificio para alojar al Congreso. Entonces se votó que la primera sesión, con la presencia del general Justo José de Urquiza, se hiciera en la Catedral”, aseguró. Catedral de Paraná.jpg Aquel hecho histórico ocurrió en lo que era el tercer templo, demolido tiempo después. “Todas las primeras leyes de la República Argentina salieron de ese lugar”, agregó, y sostuvo que ese sector, ubicado a la derecha de la actual fachada, marcó así un capítulo poco conocido de la historia nacional. “Por ahí tenemos una historia muy porteña, y este hecho, tan relevante, se pierde”, reflexionó, y afirmó: “Los visitantes se sorprenden mucho cuando conocen estos datos. Descubren que en su propia ciudad hay una historia enorme, que muchas veces pasa desapercibida”. Durante los recorridos, la gente descubre también el valor artístico del templo: los vitrales que filtran la luz con un brillo dorado, los altares laterales que representan distintas advocaciones y el imponente altar mayor, núcleo de la liturgia y del silencio devoto. Calloni contó que uno de los elementos más visitados es el Cristo Yacente, una imagen de Cristoe n reposo dentro de una urna de vidrio, que muchos feligreses recuerdan con emoción. “Ese Cristo tenía los brazos articulados, algo que se descubrió hace poco. Por eso, en este Año Jubilar declarado por el Papa Francisco, se lo colocó en una cruz, como símbolo de la esperanza en la entrega de Cristo. Cuando finalice el Año Jubilar, volverá a su lugar original”, explicó. Catedral Durante décadas el Cristo Yacente es una de las figuras más visitadas. Actualmente fue movida de lugar Archivo UNO El equipo de la Pastoral de Turismo y Cultura trabaja junto a arquitectos e historiadores en la conservación y difusión de este patrimonio. “Tenemos una arquitecta y una historiadora que han escrito libros sobre la Catedral; hay mucho trabajo silencioso detrás”, subrayó. Para los paranaenses, la Catedral no es sólo un monumento. Es un punto de encuentro con la memoria y con la fe. En sus bancos se sentaron generaciones de estudiantes, familias y viajeros. Cada misa, cada procesión y cada visita guiada renuevan el vínculo entre la ciudad y su raíz espiritual. Y así, entre vitrales, mármoles y silencios antiguos, la Catedral sigue siendo protagonista: del pasado que fundó la ciudad, del presente que la habita y del futuro que la sigue mirando como un emblema de fe y esperanza.

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