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  • La yerba se encarece en góndola, pero el productor pierde: ‘Nos quedan 40 pesos por kilo

    » Impactocorrientes

    Fecha: 13/11/2025 14:33

    La yerba se encarece en góndola, pero el productor pierde: ‘Nos quedan 40 pesos por kilo Productores yerbateros de Misiones alertan por la falta de rentabilidad de cara a la zafriña. Con costos en alza y precios estancados, muchos evalúan no cosechar. Denuncian que la diferencia entre lo que cobran por la hoja verde y el valor del paquete en góndola deja fuera de competencia a los pequeños productores. Compartir en Facebook Compartir en Twitter La preocupación crece entre los productores yerbateros de Misiones ante la inminente llegada de la zafriña, el periodo de cosecha que se extiende de diciembre a marzo. Este año, el panorama es desalentador: los aumentos en los costos de mano de obra, combustibles e insumos contrastan con los bajos precios que reciben por la hoja verde. El productor yerbatero Claudio Hacklender explicó que "la situación realmente es bastante complicada, hubo aumentos constantes de todos los insumos y del combustible. En octubre subió también la mano de obra, y eso implica un incremento más en nuestros costos fijos". El productor detalló que, pese a que los precios en góndola del paquete de yerba se mantienen elevados —entre $3.500 y $4.500—, el valor que reciben los productores no se actualiza de manera proporcional. "Nosotros terminamos la zafra con 240 pesos el kilo de hoja verde puesta en secadero. El paquete en góndola vale unos 4.000 pesos. Hay alguien que se está quedando con esa gran diferencia, y no somos justamente los pequeños productores", apuntó. Ante este escenario, muchos analizan no iniciar la zafriña. "Las ganancias que nos quedarían son realmente ínfimas, no vale la pena tratar de cosechar porque no nos va a sobrar absolutamente nada", lamentó Hacklender. La situación se agrava por la aparición de plagas y la falta de rentabilidad en otras actividades rurales. "No solo la yerba no está teniendo rédito, la mandioca no vale, el pino tampoco, y la ganadería tiene valores muy bajos. No hay ninguna actividad que se pueda desarrollar en la chacra que realmente valga la pena, porque los costos son muy elevados en todos los rubros", expresó. Esa realidad llevó a que "muchísimas chacras estén hoy a la venta". Sin embargo, Hacklender advirtió que vender las propiedades no es la solución: "Hoy van a recibir dos pesos por la chacra, cuando sabemos que esto es cíclico y que más temprano que tarde va a volver a recuperarse. Es preferible dejarla en inactividad y no malvenderla en un mal momento". El productor también comparó el contexto actual con la crisis de los años 90, cuando la desaparición de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) dejó al sector sin un ente que fijara precios mínimos: "Estamos viviendo un déjà vu. En ese momento habíamos dejado de cosechar porque el jornal del tarefero valía lo mismo que lo que nos quedaba a nosotros por tonelada de hoja verde. Hoy estamos de nuevo en esa situación". Hacklender recordó que el kilo de hoja verde cuesta 240 pesos, pero los gastos de cosecha y flete superan los 120 pesos, mientras que la corresponsabilidad gremial ronda los 35 pesos. "Al productor le quedan 40 o 50 pesos por kilo. Es inviable", resumió. Consultado sobre la falta de regulación estatal, el yerbatero remarcó la necesidad de reactivar el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) con sus potestades para fijar precios. "Hay alguien que está ganando mucho y no es el productor. El INYM debería poder intervenir nuevamente", sostuvo. También respondió a quienes vinculan los resultados electorales con el voto de los yerbateros: "Nos acusaron de ser responsables del resultado, pero somos menos del 5% del padrón. No definimos una elección. Esa lectura es equivocada y busca culpables". Por último, Hacklender habló de la situación de los tareferos, que en muchos casos emigran a Brasil en busca de mejores oportunidades. "Hace años venían a buscarnos para trabajar durante todo el año, pero eso se cortó. Hoy muchos tienen planes sociales y eso cubre su necesidad de otra manera. En Brasil, además, no pueden emplear personas en negro, por lo que tampoco los contratan", explicó. La incertidumbre se profundiza en el sector, y el futuro inmediato parece depender de una decisión difícil: producir a pérdida o suspender la cosecha. "Hoy el bolsillo es el que manda —cerró Hacklender—. Si no tenés ganancias, nadie va a querer trabajar a pérdida."

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