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» Diario Cordoba
Fecha: 11/11/2025 11:04
Ángela, la joven de Requena cuya denuncia propició la detención de su tío por colarse en su casa para, presuntamente, contaminar con sustancias tóxicas diversos alimentos con la intención de envenenarla a ella y a su pareja, falleció el pasado miércoles, mientras disfrutaba de una escapada a Sicilia junto a su pareja, quien también resultó intoxicado por las supuestas prácticas que durante meses estuvo cometiendo el familiar. Así lo han confirmado fuentes próximas a la fallecida, cuyo cuerpo sin vida continúa en la ciudad italiana a la espera de que concluya la autopsia que se le está practicando. De momento, los médicos que atendieron a la chica en el hospital donde llegó a ser ingresada de urgencia en la noche del pasado miércoles, 5 de noviembre, solo han podido establecer que Ángela, de 33 años, sufrió un derrame cerebral, pero no las causas que lo motivaron, por lo que la familia propiciará una investigación en profundidad para saber si hay alguna posibilidad de que este accidente vascular guarde relación con las constantes intoxicaciones que sufrieron tanto ello como su novio entre septiembre de 2024 y mayo de este año. Las fuentes antes citadas han explicado que Ángela y su pareja, Edu, viajaron a la isla italiana la semana pasada, para pasar juntos unos días y conocer Sicilia. El miércoles, después de cenar en un restaurante, se fueron del local paseando y, de manera repentina, la joven empezó a encontrarse mal y a marearse. Su pareja, con quien iba a contraer matrimonio el año que viene, trató de ayudarla enseguida, pero la chica acabó perdiendo el sentido. Edu pidió ayuda médica urgente a través del 112, lo que propició que enviaran una ambulancia y la trasladaran al hospital más próximo. Pese a los esfuerzos, los médicos no pudieron salvarle la vida. Fue la pareja quien alertó a los padres de Ángela de lo sucedido, y ambos tomaron el primer avión hacia la isla italiana, donde permanecen mientras recaban información y finalizan las gestiones para traer con ellos el cuerpo de la joven a Requena. No tenía patologías vasculares Lo cierto es que Ángela era muy joven para sufrir una hemorragia cerebral y no había presentado síntomas previos de sufrir patología circulatoria alguna, lo que ha avivado las sospechas de que el fallecimiento pudiese estar vinculado de algún modo con los presuntos envenenamientos por los que el tío carnal de Ángela continúa investigado por un juzgado de Requena. Las fuentes antes citadas también han dejado claro que la joven no se había quejado de mareos ni de pérdidas de conciencia o fallos propios de un accidente cerebral antes de ese miércoles. Y han agregado que no descartan que, como mínimo, haya una relación de causa-efecto por los meses de ansiedad y terror pasados, primero por las sucesivas recaídas, después, al enterarse de que su tío estaba entrando en el piso de los jóvenes sin su permiso y, más tarde, por la falta de acción de la primera jueza que instruyó la causa y que no quiso someter al investigado a ninguna medida cautelar. Los hechos fueron detectados por Ángela y Edu en mayo pasado, pero comenzaron mucho antes, en septiembre de 2024, cuando la pareja se fue de viaje a Santiago de Compostela para asistir a una boda. En esa ocasión, fue Eduardo quien estuvo a punto de morir. Comenzó a sentirse muy indispuesto en su casa, pero decidió viajar igualmente. Fue durante el vuelo cuando sufrió una crisis aguda que obligó a su hospitalización en la UCI en Santiago nada más tomar tierra. En esa unidad pasó cinco días, al borde de la muerte, y luego, tres meses más en cama. Nadie lo atribuyó a un envenenamiento, así que no buscaron tóxicos en los sucesivos análisis. Seis meses sin resultados de tóxicos El siguiente episodio se produjo en diciembre, cuando ya estaban viviendo juntos en el piso de Requena, propiedad de la familia de la chica. En ocasiones enfermaba ella y en ocasiones, él. Pero seguían sin pensar en que alguien les estuviese intoxicando. Y así siguió, con incidentes, más o menos graves, cada dos o tres semanas. Y con constantes visitas a las urgencias del Hospital de Requena. Ya en mayo, convencidos de que lo que pasara ocurría en su ausencia en el piso de Requena, decidieron colocar una cámara, pero de escasa calidad. La primera vez que fueron a visualizar las imágenes (no permitía conexión con sus móviles), se quedaron demudados al descubrir que sí entraba alguien: el hermano de la madre de Ángela. Con un bote blanco en la mano. El ángulo no permitía verlo, pero sí escuchar cómo abría la nevera. Convencidos de que los estaba envenenando, denunciaron y la Guardia Civil tomó muestras de todos los botes, tarros y envases de alimentos abiertos. Seis meses después, esos análisis siguen sin llegar, así que se desconoce qué sustancia había en lo que comían. Los agentes encargados de la investigación, pertenecientes al Equipo de Policía Judicial de Requena, aportaron al juzgado las imágenes de la cámara, así cómo las evidencias del conflicto familiar que tenía al tío enfrentado al resto de parientes: la asignación de la herencia de los abuelos. Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el investigado era, desde hacía años, el administrador de todos los bienes de sus padres y no quería renunciar a ese papel, por lo que tenía un conflicto encarnizado no solo con la madre de Ángela, sino con el resto de hermanos y sobrinos. Las llaves, en el cajón de su casa De hecho, la tesis principal es que habría dirigido sus iras contra esta pareja porque disponía de las llaves del piso, ya que es una de las propiedades que administraba. Una copia de esas llaves, según han afirmado fuentes cercanas a la joven, habrían sido encontradas por los agentes de Policía Judicial en un cajón del mueble del recibidor del domicilio del investigado durante el registro practicado en su domicilio con autorización judicial. Nada más descubrir que su tío había entrado en el piso y sospechar que había estado introduciendo algún tipo de tóxico en su comida -inicialmente se habló del bote de ketchup, pero el consumo esporádico de ese producto manifestado por ambos jóvenes y la frecuencia de las intoxicaciones llevan a pensar que había contaminación en muchos otros alimentos-, Edu y Ángela, muy asustados, decidieron irse de Requena, sobre todo al ver que no había consecuencias para el supuesto autor de esos episodios. "No se fiaban", asegura la fuente. Ahora, están pendientes de los resultados de loa análisis químicos de las muestras tomadas en mayo y, sobre todo, del resultado final de la autopsia de Ángela.
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