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» Diario Cordoba
Fecha: 11/11/2025 11:02
La perforación de los fondos marinos en busca de minerales críticos podría tener consecuencias enormes para los diminutos animales que constituyen la base de la vasta red alimentaria marina, y en última instancia afectar la pesca y los alimentos que consumimos, según desvela un estudio científico que acaba de publicarse. La minería submarina consiste en perforar el lecho marino en busca de "nódulos polimetálicos" cargados de minerales esenciales como cobre, hierro, zinc y otros. Si bien este tipo de minería bajo el mar todavía no ha comenzado, varios países están llevando a cabo operaciones de prospección y exploración en aguas profundas ante la creciente demanda de estos minerales para vehículos eléctricos y otros sectores de la transición energética, así como para tecnología y uso militar. Los investigadores de la Universidad de Hawai que han elaborado este estudio analizaron el agua y los residuos recogidos durante una prueba de minería submarina realizada en 2022. Maquinaria de minería submarina / Nautilus minerals Los científicos estudiaron una zona del océano Pacífico denominada "zona crepuscular", situada entre 200 y 1.500 metros bajo el nivel del mar. Sus hallazgos, publicados en la revista científica Nature Communications, indican que los desechos mineros podrían afectar a una amplia variedad de organismos, desde diminutos camarones de menos de dos milímetros hasta peces de cinco centímetros. Sedimentos en suspensión Esto se debe a que, después de que las empresas mineras extraen los nódulos ricos en minerales a la superficie, deben desprenderse del exceso de agua de mar, tierra y sedimentos recogidos en el fondo marino, y lo hacen devolviéndolo al mar. Esto crea una nube turbia de partículas de un tamaño similar al de las partículas de alimento que normalmente consume el zooplancton que nada a esa profundidad. Esto representa algo más de la mitad del zooplancton del océano. Si estos organismos ingieren las partículas de desechos —lo que el autor principal del estudio, Brian Popp, denominó "comida basura"—, se vería afectado el 60 % del zooplancton. Mapa de posibles yacimientos / Agencias Ello causaría una desnutrición grave, puesto que estos diminutos organismos son la fuente de alimento en la cadena alimenticia, afectando en última instancia a peces de importancia comercial, como la dorada o el atún. "Los peces de superficie pueden sumergirse a gran profundidad y se alimentan de organismos que habitan en ella", afirmó Michael Dowd, autor principal del estudio. "Si estos organismos de las profundidades desaparecen debido al colapso de su cadena alimentaria, esto puede afectar a las cadenas alimentarias superiores y a los intereses comerciales". Impacto en el agua y fuentes alternativas Si bien otras investigaciones han destacado los impactos ambientales negativos de la minería submarina de nódulos, suelen centrarse en el fondo marino. Este estudio, en cambio, analiza las consecuencias en la zona intermedia entre la superficie y el fondo. Los investigadores señalaron que se requiere más investigación para evaluar la calidad y la profundidad adecuadas para devolver al océano el agua contaminada y los sedimentos provenientes de la minería submarina. Sin embargo, indicaron que devolver el excedente directamente al fondo marino o a otras profundidades podría ser igual de perjudicial para el medio ambiente que en la zona intermedia, aunque de maneras diferentes. Popp afirma que excavar en las profundidades marinas podría no ser necesario, puesto que hay fuentes alternativas para obtener dichos metales, como el reciclaje de baterías y aparatos electrónicos. Protesta ecologista contra la minería submarina / Agencias «Si solo una empresa extrae minerales en un único lugar, no afectará a una gran pesquería ni a una gran cantidad de agua. Pero si muchas empresas extraen minerales durante muchos años y generan grandes cantidades de material, esto se extenderá por toda la región», afirmó Dowd. «Y cuanta más actividad minera haya, mayor será el problema». Trump quiere impulsar la minería submarina La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que regula la actividad minera en aguas internacionales, ya ha otorgado varios contratos de exploración. Por otra parte, en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha manifestado su deseo de acometer operaciones de minería submarina en medio de las tensas relaciones comerciales que mantiene con China, que tiene el control de gran parte de los minerales críticos del planeta. El fondo marino, nueva frontera de la explotación industrial / Agencias En abril, Trump firmó una orden ejecutiva que instruía a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) a acelerar el proceso de permisos para que las empresas extrajeran minerales del fondo marino, y en mayo, el gobierno anunció que consideraría la posibilidad de vender concesiones para extraer minerales frente a la isla de Samoa Americana, en el Pacífico Sur. Afectará al CO2 capturado en el fondo marino Los grupos ambientalistas se han manifestado en contra de la minería submarina, argumentando no solo el daño directo a la vida silvestre y a ciertas zonas marinas, sino también la alteración del dióxido de carbono, responsable del calentamiento global, que actualmente se encuentra secuestrado en el océano y en sus fondos. «El estudio dejó claro que los impactos no se limitarían necesariamente en el fondo en el que actuarán las máquinas», afirmó Sheryl Murdock, investigadora de la Universidad Estatal de Arizona. «La pregunta es: ¿Vale la pena arriesgar el funcionamiento de los océanos por unos pocos minerales?». «Todo esto podría provocar enfermedades, desplazamientos e incluso la muerte de especies. Y dependiendo de la magnitud del problema, podría tener repercusiones aún más graves, como la extinción de especies», afirmó Diva Amon, bióloga de la Universidad de California en Santa Bárbara.
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