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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/11/2025 14:32
Hallazgos científicos recientes profundizan el enigma de los accesos ocultos en una de las pirámides más estudiadas de Egipto (ScanPyramids Project/Cairo University/Technical University of Munich) El hallazgo de dos vacíos ocultos en la Pirámide de Micerinos, ubicada en el complejo de Giza, reavivó el misterio que rodea a una de las estructuras más emblemáticas del Antiguo Egipto. Un equipo internacional de científicos, conformado por expertos de la Universidad de El Cairo y la Universidad Técnica de Múnich, identificó estas anomalías de aire mediante avanzadas técnicas de escaneo no invasivo, lo que sugiere la posible existencia de una entrada secreta hasta ahora desconocida en la pirámide construida hace más de 4.500 años. El profesor Christian Grosse, especialista en ensayos no destructivos de la Universidad Técnica de Múnich, calificó el hallazgo como “un avance importante en Giza”. En declaraciones recogidas por el Daily Mail, Grosse explicó que la metodología desarrollada por su equipo “permite sacar conclusiones muy precisas sobre la naturaleza del interior de la pirámide”. Añadió que “la hipótesis de otra entrada es muy plausible, y nuestros resultados nos acercan mucho a confirmarla”. Para llegar a estos resultados, los investigadores emplearon una combinación de radar, ultrasonido y tomografía eléctrica de resistividad (ERT), herramientas que permiten explorar el interior de la estructura sin alterar sus antiguos bloques de granito. Esta aproximación no invasiva resultó clave para preservar la integridad del monumento, al tiempo que proporcionó datos inéditos sobre su composición interna. El medio británico detalló que cada una de estas técnicas tiene limitaciones propias, pero su uso conjunto refuerza la fiabilidad de las conclusiones obtenidas. La Pirámide de Micerinos es un monumento funerario de Menkaure, distingue Giza por su diseño compacto y la calidad de sus revestimientos pétreos (ScanPyramids Project/Cairo University/Technical University of Munich) Características de los vacíos descubiertos Los vacíos detectados se localizan en la fachada oriental de la pirámide, la cual mira hacia el río Nilo. Uno de ellos se encuentra a 1,4 metros de profundidad, con unas dimensiones de 1 metro de alto por 1,5 metros de ancho, mientras que el segundo está a 1,13 metros de profundidad y mide 0,9 metros por 0,7 metros. Ambos se sitúan detrás de una zona rectangular de la fachada este, de 4 metros de alto por 6 metros de ancho, próxima al suelo. Llama la atención que los bloques de granito en esta área presentan una superficie inusualmente lisa, similar a la que se observa en la entrada principal ubicada en el lado norte, lo que refuerza la hipótesis de que pudo existir una segunda entrada en el pasado. La disposición y características de estos vacíos respaldan la posibilidad de que se trate de un acceso olvidado, aunque su función y extensión exacta aún generan interrogantes entre los expertos. Detrás de estos bloques, a 1,4 metros de profundidad, se detectó un espacio de un metro de alto por 1,5 de ancho, cuya función aún es desconocida (ScanPyramids Project/Cairo University/Technical University of Munich) A pesar del entusiasmo generado por el descubrimiento, los investigadores manifestaron cautela respecto a la interpretación de los resultados. Señalaron que la profundidad de penetración de las técnicas empleadas limita la capacidad para determinar hasta dónde se extienden las anomalías dentro de la pirámide. Por ello, insisten en que los datos obtenidos constituyen una evidencia inicial que debe ser analizada con prudencia. “La interpretación de las anomalías detectadas debe ser debatida por egiptólogos antes de llegar a conclusiones definitivas”, advirtió el equipo en declaraciones retomadas por el Daily Mail. A 1,13 metros de la superficie, se identificó un vacío más pequeño, de 0,9 metros por 0,7, posiblemente vinculado a accesos secundarios en la pirámide (ScanPyramids Project/Cairo University/Technical University of Munich) El complejo de Giza y su valor histórico La Pirámide de Micerinos, erigida alrededor del año 2510 a.C., es la más pequeña de las tres principales que conforman el complejo de Giza, junto a las de Keops y Kefrén. Originalmente construida como tumba para el faraón Menkaure, de la IV Dinastía, la pirámide alcanza los 61 metros de altura y cuenta con una base de 108,5 metros. El sarcófago original del monarca se perdió en el mar en 1838, durante su traslado a Londres, cuando el barco mercante que lo transportaba naufragó tras zarpar de Malta. El complejo de Giza, situado al oeste de El Cairo, incluye además la Gran Esfinge y se encuentra rodeado de enigmas relacionados con sus métodos de construcción, su alineación astronómica y el propósito de sus cámaras internas. Junto a este conjunto monumental, el Valle de los Reyes en el Alto Egipto constituye otro de los grandes atractivos turísticos del país, albergando las tumbas de los faraones de las dinastías XVIII a XX, decoradas con escenas mitológicas y textos funerarios que permitieron a los arqueólogos reconstruir aspectos clave de las creencias y rituales del Antiguo Egipto. Actualmente, la Pirámide de Micerinos está abierta al público, permitiendo a los visitantes recorrer sus cámaras funerarias, pasadizos y nichos. Sin embargo, la posible existencia de una segunda entrada en la fachada oriental sugiere que aún podrían quedar cámaras o pasajes por descubrir, lo que incrementa el atractivo del sitio tanto para la investigación científica como para el turismo internacional. El Daily Mail destacó que estos hallazgos refuerzan el aura de misterio que envuelve a las pirámides y mantienen vivo el interés global por el patrimonio egipcio.
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