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» Diario Cordoba
Fecha: 10/11/2025 00:14
El Córdoba CF volvió a tirar de épica en el momento más crítico. En un derbi de infarto ante el Málaga en La Rosaleda, y con uno menos desde el minuto 53, el cuadro blanquiverde encontró en Diego Bri el salvavidas de una racha que parece tener algo de celestial. En el minuto 100, el atacante alicantino, casi sin ver venir el balón, metió la punta de la bota y firmó el 2-2 que mantiene al bloque de Iván Ania invicto por octava jornada consecutiva. Una acción que, además de dar oxígeno al equipo, sirvió para inaugurar su cuenta personal como cordobesista. «Muy contento, ojalá sean muchos más. He ido a celebrarlo con todos, pero todos se me han subido encima. Casi me ahogo, lo he pasado mal», bromeaba Bri al término del encuentro, con la sonrisa de quien acaba de romper una barrera. No era para menos. Su primer tanto en Segunda División, con la camiseta blanquiverde, llegó en uno de los escenarios más grandes y en el instante más agónico. Un nuevo goleador diferente De hecho, la diana del ilicitano tiene incidencia más allá del derbi. Y es que su tanto elevó a nueve la cifra de jugadores que han visto portería con el Córdoba CF en lo que va de curso. Fue la número 18 del conjunto blanquiverde en la competición, por las 16 que ha encajado hasta la fecha. En esa ecuación, el pichichi particular sigue siendo Adrián Fuentes, que también mojó ante los malaguistas y suma ya seis anotaciones en el presente campeonato. Le sigue Jacobo González, con tres, mientras que el resto del elenco goleador se reparte entre Rubén Alves, Dani Requena, Carracedo, Dalisson, Ignasi Vilarrasa, Kevin Medina y, desde ahora, Diego Bri, todos con uno en el casillero. El estreno de cara a puerta del «5», además, tiene cierto trasfondo de constancia. El futbolista cedido por el Atlético de Madrid B había tenido hasta ahora un papel testimonial: apenas 73 minutos repartidos entre cinco encuentros de Liga. Entre molestias musculares y la fuerte competencia en las bandas, el arranque no fue fácil, como resaltó tras el duelo. «El primer mes estuve tocado de la espalda y del cuádriceps. Ahora estoy muy bien, junto al equipo y al ritmo que lleva. Muchos partidos sin perder y gracias al equipo estoy mejorando», reconocía el atacante de 23 años, que en Copa del Rey ante el Cieza ya había sellado su primera titularidad con el club. La fe como argumento «He visto a Rubén Alves que centraba. No veía el balón y he ido directamente al pasillo que separaba al portero de la defensa, y me he encontrado el balón ahí», relataba con naturalidad sobre la jugada del empate. «Creo que esto no es casualidad, lo entrenamos todos los días. Nos ayudamos entre todos, así va a ser durante los 42 partidos», zanjó posteriormente.
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