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  • Eleanor Gittens, de 107 años, y Lyle Gittens, de 108, fueron reconocidos como el matrimonio más longevo del mundo

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 09/11/2025 20:03

    Eleanor Gittens, de 107 años, y su esposo Lyle Gittens, de 108 fueron reconocidos como el matrimonio más longevo del mundo y revelaron el secreto de una vida juntos: «Nos amamos». La pareja Eleanor Gittens (107) y Lyle Gittens (108), dos residentes estadounidenses de Miami, Florida, fue reconocida como el matrimonio más longevo del mundo con 83 años de unión civil y, además, rompió el récord histórico con una edad combinada de 216 años y 132 días. Validado por la Comisión de Validación Global de LongeviQuest, el matrimonio se casó el 4 de junio de 1942 y a principios de este año celebraron su 83º aniversario. Su historia, marcada por la superación y el optimismo, despertó admiración internacional y se transformó en un ejemplo de vida en común. La historia de los Gittens comenzó en 1941, cuando ambos eran estudiantes en la Universidad Clark Atlanta. Lyle era figura del equipo de básquetbol y un gran candidato del Salón de la Fama de la universidad cuando vio a Eleanor durante un partido contra Morehouse College. Lyle y Eleanor Gittens se casaron el 4 de junio de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Él, en entrenamiento militar en Fort Benning, obtuvo un permiso de tres días para viajar en tren hasta Bradenton, Florida, para contraer matrimonio. El trayecto fue difícil, ya que Lyle debió viajar en un vagón segregado. La ceremonia fue sencilla pero emotiva, marcada por la incertidumbre de la guerra. Poco después, él fue enviado a Italia mientras Eleanor, embarazada, se mudó a Nueva York, donde conoció a la familia de su esposo y trabajó fabricando piezas de aviones. Durante el conflicto, su única comunicación eran cartas censuradas por el ejército, muchas veces con las palabras borradas por tinta roja. Tras el final de la guerra, Lyle regresó a Estados Unidos y la pareja pudo finalmente reunirse y formar una familia. Tuvieron tres hijos y comenzaron una nueva etapa marcada por las dificultades laborales de la posguerra, aunque ambos lograron ingresar al servicio civil y dedicarse a ayudar a otros a encontrar empleo. En las décadas de 1950 y 1960, después de cada jornada de trabajo, Lyle preparaba dos martinis y brindaban juntos por los logros del día, un ritual que mantuvieron durante años. Hoy, más de ocho décadas después, esa costumbre se transformó en un gesto simple pero cargado de significado: compartir una cerveza durante el almuerzo, símbolo de un amor que resistió guerras, distancias y el paso del tiempo. Después de casi 80 años en Nueva York, la pareja se mudó a Miami para estar cerca de su hija Angela. Lyle, que creció en la Gran Manzana, admite que la extraña: “Si no vivís en Nueva York, estás acampando”, bromeó. Eleanor dio una explicación sencilla del secreto que los sitúa en la cima de los récords mundiales de longevidad conyugal y los convierte en la pareja casada más anciana registrada hasta la fecha: “Nos amamos”. Ante la misma pregunta, Lyle respondió de forma similar: “Amo a mi esposa”. Ambos mencionaron que «mantener su matrimonio nunca les había exigido mucho esfuerzo; les resultaba fácil seguir casados», según describió Longeviquest. Fuente: C5N

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