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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 09/11/2025 17:11
La reforma apunta a reducir la burocracia y concentrar la fiscalización en el producto final, eliminando verificaciones y trámites que regían desde hace décadas en la industria vitivinícola. Domingo, 9 de Noviembre de 2025, 13:45 Redacción EL ARGENTINO El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) derogó 973 normas que regulaban la producción, comercialización y exportación de vinos en la Argentina. La medida, oficializada mediante la Resolución 37/2025, fue elaborada junto con la Secretaría de Agricultura y el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, y supone una modernización profunda del esquema de control en una de las actividades más tradicionales del país. El nuevo marco legal elimina cerca del 80% de las disposiciones vigentes y suprime verificaciones presenciales, declaraciones juradas semanales, permisos de tránsito y sanciones por demoras en trámites. Según el Gobierno, el sistema anterior acumulaba más de 1.200 normas, muchas superpuestas, que generaban costos y demoras. Con el cambio, el INV concentrará su accionar en el control del producto terminado, garantizando su aptitud para el consumo y la ausencia de adulteraciones. La reforma afecta a todo el sector: bodegas, elaboradores artesanales, plantas fraccionadoras, laboratorios y productores primarios. Se estima que el nuevo esquema reducirá unas 5.000 inspecciones presenciales al año. Las certificaciones de origen, añada y varietal pasarán a ser optativas, aunque seguirán siendo obligatorias para las exportaciones cuando lo exijan los países compradores. El presidente del INV, Carlos Tizio, y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, presentaron la medida como parte del plan de modernización del Estado. “La Resolución 37/2025 deja atrás décadas de burocracia absurda en el sector vitivinícola”, expresó Sturzenegger, quien destacó que Argentina produce 900 millones de litros de vino por año y exporta por unos 800 millones de dólares. El funcionario defendió el nuevo esquema de control, centrado en la etapa final de la cadena. “Ya no andarán los inspectores del INV interfiriendo en la producción de las bodegas. Menos burocracia significa menos oportunidades para la corrupción”, afirmó. El Gobierno busca alinear esta reforma con estándares internacionales y favorecer la competitividad del sector. Según el INV, el objetivo es asegurar trazabilidad y calidad mediante un enfoque digital y de declaración jurada, simplificando la gestión pública y reduciendo la discrecionalidad en las fiscalizaciones. La vitivinicultura, una de las principales economías regionales, pasa así a operar bajo un régimen de mayor autonomía para las empresas, con controles finales más estrictos y menos intervención estatal en los procesos intermedios.
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