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» La Capital
Fecha: 09/11/2025 15:57
Hoy aparece como responsable de un montón de enfermedades y síndromes. Cuándo y por qué hay que medirlo. ¿Se puede regular en forma natural? Todos hablan de cortisol. Es habitual ver y escuchar en redes sociales a un montón de influencers, profesionales de la salud o no, que lo apuntan como el responsable de múltiples efectos negativos: inflamación, aumento de peso, agotamiento o estrés crónico. Además, muchos ofrecen recetas para bajar sus niveles . Pero en general carecen de fundamentos científicos. Más allá de la moda, el cierto que el cortisol cumple una función esencial: "es la principal hormona que nos permite responder al estrés y mantener el equilibrio del organismo", explicó Francisco Consiglio, médico especialista en Clínica médica y vicepresidente de Asociación de Medicina Interna de Rosario. ¿Qué es exactamente el cortisol? "Es la principal hormona glucocorticoidea que producen las glándulas suprarrenales. Se encuentra regulada por hormonas liberadas por la hipófisis y el hipotálamo, que son estructuras del sistema nervioso central, que en conjunto setean la homeostasis del organismo ante los desafíos físicos y emocionales". El cortisol tiene diversas funciones. En efecto, regula el metabolismo de azúcares y grasas, participa en la respuesta inflamatoria, en la respuesta al estrés, en la regulación de la presión arterial, en el ritmo circadiano, por mencionar lo más importante. Consiglio, que es docente de Clínica Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario habló con La Capital sobre los aspectos fundamentales sobre la denominada "hormona del estrés". El experto, que es también jefe de sala de Clínica Médica del Hospital Provincial del Centenario y coordinador de docencia, capacitación y gestión del talento profesional de Grupo Oroño respondió a las principales dudas sobre este tema del que todos hablan. dr. Francisco Consiglio ¿Es realmente necesario medirlo, por qué lo solicitaría un médico? ¿En qué pacientes y por qué? Uno solicita medir esta hormona cuando hay sospecha de que la persona tiene un trastorno como el hipercortisolismo (cuando la hormona se encuentra elevada). También puede solicitarse ante la situación contraria, el hipocortisolismo (hormona en baja). Los síntomas más comunes de hipercortisolismo incluyen la distribución anormal del tejido graso con obesidad central, “cara pletórica”, joroba, y almohadillas encima de las clavículas, piel fina y estrías violáceas, hematomas, hipertensión arterial, diabetes, problemas musculares, osteoporosis o fracturas anormales, hirsutismo (patrón anormal de crecimiento del vello), alteraciones en la fertilidad, insomnio. Asimismo en algunas condiciones clínicas el cortisol puede estar aumentado y dar escasa sintomatología por ejemplo en el alcoholismo crónico, la depresión, el estrés físico, desnutrición, obesidad, otros trastornos alimentarios, diabetes no controlada, apnea obstructiva del sueño, síndrome de ovario poliquístico. ¿Qué ocurre cuando los niveles son bajos? Con respecto al hipocortisolismo, es decir cuando hay descenso de los niveles normales de esta hormona, los síntomas más comunes son la astenia, decaimiento, pérdida de peso, hipotensión al incorporarse, disminución del deseo sexual, disminución del vello axilar y pubiano, hipoglucemias (bajones de azúcar), anomalías en la pigmentación de la piel (aumenta), entre los más importantes. Las causas de trastornos del cortisol son múltiples, desde la enfermedad de Cushing, el alcoholismo crónico y la depresión, como así también el uso crónico de corticoides, u otros medicamentos, o enfermedades autoinmunes. Es importante remarcar que su abordaje debe ser realizado por un médico, quien dará valor a los síntomas, hallazgos del examen físico, y deberá prescribir los estudios pertinentes para cada caso, dando una respuesta individualizada a la situación clínica de cada paciente. En cuanto a los niveles elevados, ¿es tan común como se dice "tenerlo alto"? No. El hipercortisolismo no es una situación frecuente en la población general. Sí puede encontrarse elevada en determinados subgrupos con más frecuencia durante su estudio, por ejemplo pacientes con hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, obesos, pacientes con osteoporosis, estrés prolongado o aquellos que reciben glucocorticoides en forma crónica. Y cuando es realmente alto, en esos casos, ¿qué hay que hacer? ¿Alcanza con una sola medición para decir cómo tenemos el cortisol? Acá hay algunos aspectos importantes a destacar. Los niveles de cortisol varían dependiendo de la hora de su extracción, de acuerdo al ritmo circadiano, también por edad, sexo, y de acuerdo a la muestra seleccionada para su determinación. Se puede medir en sangre, unido a proteínas (cortisol total) o cortisol libre plasmático. También puede medirse su fracción libre en orina y saliva brindando información más precisa. Es relevante la importancia del criterio médico, es decir que de acuerdo a los síntomas, signos del examen físico o condiciones asociadas del paciente el médico planteará los estudios de laboratorio y posiblemente otros estudios (de imagen, por ejemplo) para el correcto manejo de cada caso. En ocasiones una sola determinación de cortisol libre en sangre puede no ser suficiente, y deberán emplearse otras mediciones para corroborar o descartar estas entidades en las que el cortisol, en exceso o en detrimento juega un rol injuriante. ¿Puede regularse naturalmente? Recordemos que el organismo cuenta con un sistema de respuesta al estrés: el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, que regula la producción de cortisol y ayuda a mantener el equilibrio interno frente a las demandas del entorno. Cuando el estrés se vuelve constante o prolongado, este sistema puede perder su flexibilidad, pudiendo afectar el bienestar emocional, debilitando el sistema inmunológico y favoreciendo la aparición o el empeoramiento de enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Existe evidencia creciente en seres humanos que demuestra que este eje puede recuperar su equilibrio. Estudios clínicos en personas con enfermedades autoinmunes o con estrés persistente sugieren que prácticas como la meditación o mindfulness, el ejercicio físico regular, el buen descanso, el contacto con la naturaleza y el apoyo social ayudan a normalizar los niveles de cortisol y a mejorar la salud general. Es importante aclarar que estas estrategias no sustituyen los tratamientos médicos, pero los complementan eficazmente al reducir el impacto del estrés sobre el organismo y favorecer una respuesta más saludable. Al estar tan presente en redes sociales, mencionado por influencers, y siendo a nivel popular el responsable de tantos problemas de salud, ¿qué mensaje se puede dar? Que el cortisol no es mala palabra, sino una hormona esencial para la vida que nos permite adaptarnos a los cambios que el entorno presenta. Sin embargo, tanto su exceso como su déficit podrían tener consecuencias sobre la salud, tanto física como emocional. No es recomendable interpretar los valores de cortisol por cuenta propia, tampoco tomar consejos o rutinas que circulan en redes sociales sin un adecuado asesoramiento. Si alguien padece alguno de los síntomas y persisten en el tiempo, la evaluación profesional médica es clave para determinar si realmente existe una alteración, cuál es su causa y qué estudios o tratamientos podrían ser beneficiosos, evitando interpretaciones erróneas y demoras en la atención de su salud. Bruxismo Los cambios de hábito, el aislamiento, el estrés y la angustia tiene efectos negativos en la cara y la cavidad bucal. Foto: Virginia Benedetto/La Capital Que hay detrás de la hinchazón de la cara o cara de luna "Les voy a contar algo personal, tuve un episodio que me llevó a estresarme demasiado y me levanté con toda la cara hinchada, algo que los médicos dicen que es cara de luna, ¿pero saben qué pasó? El cortisol, que se me disparó por el estrés, hizo que se me inflame la cara, y puede inflamar el abdomen, los brazos, y favorece el cúmulo de grasa en el rostro", dijo en un video la "consultora psicológica e instructora" Romina Traetta. La influencer agregó en ese reel: "Si tenés niveles altos de cortisol vas a tener síntomas: se te va a agrandar la cara, te sale acné, hay cansancio y debilidad. No jodan: hay que regular el cortisol". La mujer, que tiene casi 600 mil seguidores y brinda consejos deportivos, alimentarios y médicos fue una de las tantas que aseveraron que "la cara de cortisol" es un problema "común" que se produce por niveles elevados de cortisol a causa de un pico de estrés o por estrés prolongado. El de Romina Toretto es uno de los ejemplos que se multiplicaron por decenas en los últimos días donde un montón de personajes reconocidos en redes sociales dieron su punto de vista sobre un tema médico delicado. Delfina Tietjen, endocrinóloga, explicó las verdaderas razones detrás del aumento del cortisol y los efectos que produce, los que justamente, no son una cara de luna llena de la noche a la mañana. "Es cierto que el cortisol está relacionado con el estrés y personas con estrés crónico pueden tener elevada esa hormona, lo que no implica que produzca transformaciones en el cuerpo de ese modo, menos de manera inmediata", dijo la profesional, comentó Tietjen, quien integra el Grupo Rosarino Interdisciplinario de Menopausia (Grim). Expertos de otros países también hablaron de la cara de cortisol, un tema que se viralizó. "No toda hinchazón está provocada por el cortisol". La falta de sueño, la retención de líquidos, el consumo abundante de sal, ciertas alergias, problemas hormonales, el beber alcohol o determinados medicamentos "pueden provocan hinchazón en el rostro". Por eso, "los autodiagnósticos en redes sociales siempre son peligrosos”, dijo Ana Molina, dermatóloga del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica y divulgadora científica. Tietjen admite que el tema del cortisol se puso de moda y hay pacientes que piden al médico que les haga un análisis para ver si "está normal". Al respecto destacó: "No se piden análisis porque sí, no tiene sentido y además es un gasto para el sistema de salud. Hay que ser muy responsables en esto. Si tengo un paciente que clínicamente me hace sospechar de una enfermedad relacionada con el cortisol entonces sí lo solicito, pero en casos puntuales, no a todo el mundo".
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