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» La Capital
Fecha: 09/11/2025 15:57
El abordaje médico, la rehabilitación y la mirada social son las claves para poder transformar la discapacidad en posibilidades La parálisis tras un accidente es quizás la cara más visible de las lesiones medulares, pero su impacto va mucho más allá de lo que se ve a simple vista. Detrás de cada caso hay una historia de adaptación , barreras y la búsqueda constante por recuperar la independencia . Una curva peligrosa tomada a alta velocidad, una caída desde un andamio o incluso un mal golpe nadando , son situaciones cotidianas que, de manera inesperada, pueden transformar radicalmente la vida de una persona. Los accidentes de tránsito , las caídas , las prácticas deportivas y los actos de violencia constituyen las principales causas de lesión medular, aunque también puede darse por enfermedades como tumores o infecciones . La médula espinal es una larga y delgada estructura formada por tejido nervioso que se encuentra dentro de la columna vertebral. Es como un “cable” que conecta el cerebro con el resto del cuerpo , llevando información sobre la movilidad , sensibilidad y función de órganos internos como la vejiga , intestino , entre otros. Una lesión medular es un daño a la médula que puede provocar pérdida parcial o total de funciones como movimiento, sensibilidad y control de órganos, dependiendo de la localización y la gravedad del daño. Las lesiones pueden ser completas o incompletas. Las primeras suponen una interrupción total del paso de la información de y hacia el cerebro, mientras que las incompletas permiten que “algo” de dicha información pueda ser transmitida por lo que algunas funciones pueden estar preservadas por debajo del nivel de la lesión. El nivel de la lesión se refiere al lugar donde se produjo. Por ejemplo, si la misma se encuentra en el cuello, será cervical y afectará tanto los brazos como las piernas, a esta afección se la llama tetra o cuadriplejía (parálisis de los cuatro miembros). Mientras que cuando se encuentra a la altura de la espalda (en todo su trayecto) se denomina paraplejía y afecta al tronco y las piernas. Los efectos invisibles de la parálisis La lesión medular tiene un gran impacto en la calidad de vida de estas personas y de su entorno familiar. Más allá de la clasificación médica, lo central es comprender la conmoción que provoca en todos los planos de la vida: físico, emocional, social y económico. Cuando una persona tiene una lesión medular, lo que todo el mundo ve, es la falta de movilidad de los brazos y/o de las piernas, pero la afectación va más allá. También, se afecta el funcionamiento de los órganos internos, como la movilidad del intestino, la vejiga, el corazón y pulmones e incluso la función sexual. El rol de la rehabilitación La persona recibirá una atención médica inmediata, en primer momento dirigida a estabilizarla clínicamente y reducir las potenciales complicaciones que puedan poner en riesgo la vida. Una vez estabilizada, se implementarán tratamientos dirigidos a prevenir complicaciones derivadas de la lesión medular e iniciará el proceso de rehabilitación, el cual tiene como objetivo lograr el máximo nivel de función e independencia a fin de lograr una inserción/reinserción, así como una participación plena y efectiva en la sociedad. Más allá de las secuelas físicas, quienes conviven con una lesión medular se enfrentan cotidianamente a barreras invisibles: los prejuicios. En muchos casos, la sociedad desconoce que las personas con estas lesiones pueden ser madres o padres, tener vida sexual activa y desarrollar una amplia gama de actividades. La desinformación es uno de los grandes enemigos. Estudios realizados en América Latina demuestran que las mayores trabas no están en las capacidades individuales, sino en la falta de accesibilidad urbana y en los mitos persistentes incluso dentro del sistema de salud. Ciencia, esperanza y futuro La regeneración de la médula espinal sigue siendo un reto sin solución definitiva, pero la ciencia avanza con pasos firmes que abren esperanzas reales. Actualmente, no existe un tratamiento capaz de restaurar completamente las conexiones neuronales, pero cada avance suma un eslabón vital hacia la recuperación funcional y la esperanza para estas personas. Así, lo que en un principio se vive como una tragedia irreversible se convierte, con el tiempo y el acompañamiento indicado, en un proceso de transformación personal y colectiva. El accidente deja marcas físicas, pero también impulsa la creación de redes de apoyo, asociaciones y movimientos que luchan por la accesibilidad y la igualdad de oportunidades. La discapacidad puede ser una forma creativa de vivir, nos demuestra la gran capacidad de resiliencia que tenemos los seres humanos, que no existen retos imposibles si somos capaces de transformar la discapacidad en posibilidad. Por Melina Longoni. Médica especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Investigadora de la Universidad Abierta Interamericana
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