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» Nova Entre Rios
Fecha: 08/11/2025 13:24
Este refuerzo viene a robustecer un arsenal que ya es considerado el más avanzado de Latinoamérica en cuanto a defensa aérea, contando con 5.000 misiles Igla-S, como prte de un acuerdo de asociación estratégica. La alianza militar entre Venezuela y Rusia se profundiza. En un momento de fricción, marcado por la llegada del portaaviones estadounidense Gerald R. Ford a aguas del Caribe, el gobierno de Nicolás Maduro confirmó el ingreso de armamento estratégico ruso para fortalecer sus capacidades defensivas. El envío, según confirmaciones de Moscú y Caracas, incluye la entrega de sofisticados sistemas de defensa aérea como el Pantsir F-1 y el Buk-M2E. Este refuerzo viene a robustecer un arsenal que ya es considerado el más avanzado de Latinoamérica en cuanto a defensa aérea, contando con 5.000 misiles Igla-S, según el diario El País. Dimitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, confirmó el “contacto permanente” con Venezuela, aludiendo a la existencia de “obligaciones contractuales” que datan del “acuerdo de asociación estratégica” firmado en mayo de este año, con un énfasis particular en el sector militar. De acuerdo con la nota de El País, voceros rusos insinuaron la posible transferencia de tecnología de misiles de punta, incluyendo el misil balístico hipersónico Oréshnik y misiles de crucero Kalibr, elevando drásticamente el costo de cualquier posible acción militar externa. “Reafirmamos nuestro firme apoyo a las autoridades venezolanas en la defensa de su soberanía nacional”, declaró María Zajarova, portavoz de la Cancillería rusa, quien lanzó una advertencia directa a Washington: “Una agresión directa de Estados Unidos agravará la situación en lugar de resolver los problemas”. En la misma línea, el diputado Alexei Zhuravlyov, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma, confirmó el suministro y sugirió que la Casa Blanca “se puede llevar sorpresas” si decide atacar el país. Despliegue de EE UU. Mientras el envío de armamento ruso tiene lugar, Estados Unidos mantiene una intensa actividad militar en la región. Dos bombarderos B-52 sobrevolaron las cercanías del espacio aéreo venezolano, a solo 70 kilómetros de la costa, como parte de las maniobras disuasivas en curso. Este despliegue masivo incluye a 4.500 infantes de marina, buques de asalto anfibio (como el USS Iwo Jima, visitado recientemente por el Jefe del Comando Sur, Alvin Holsey), destructores, cruceros lanzamisiles y submarinos de ataque de propulsión nuclear. Sin embargo, las operaciones de Washington parecen estar marcadas por las dudas internas. Informaciones filtradas a la prensa estadounidense sugieren que el presidente Donald Trump expresó reservas sobre un posible ataque militar, sopesando el riesgo de un fracaso político. En medio de esta incertidumbre, la líder opositora María Corina Machado reiteró su apoyo a la estrategia de Washington, asegurando que el gobierno de Maduro “está muy débil” y que la crisis venezolana “está en su fase resolutiva”, a pesar de los recientes movimientos de apoyo militar del Kremlin.
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