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» Data Chaco
Fecha: 07/11/2025 13:06
Judas "era el malo de los discípulos de Jesús", el que lo traicionó y luego se ahorcó. Antes, cuando un niño era muy travieso se decía "es una piel de Judas". Pedrito era uno de ellos. El piel de Judas a los que la abuela los corría con la escoba, el padre con un cinto, la madre con los ruleros puestos y el delantal de cocina se animaba a correr hasta la vereda amenazándolo, las maestras que llamaban a los padres. Estos eran muy traviesos, desobedientes, aunque respondían a la mirada severa del papá, al llamado de atención de un vigilante (así se le decía a un policía de las plazas). Entre otras cosas, tocaban el timbre de una vecina y salían corriendo, podían "agarrarse" con algún compañero en el baldío. Algunos tenían una honda, podían andar en grupos con un matoncito o algún formidable solitario. Era otro tipo de maldad, se trataba de transgresión y no obedecer, pero casi no existía la agresión sádica de lastimar o matar. Estamos hablando de 8 a 14 años. El desarrollo emocional de esa franja etaria sigue teniendo el mismo grado de madurez, pero lo que ahora se le suma el estímulo, tanto de la sociedad, de la información, de la promoción, provocar la sed "del tener eso, más" y aunque inmaduros, el instinto los arrastra de la travesura a la delincuencia. Bajarán la edad de impunidad, pero al momento de la rehabilitación tendrán que considerar todos los factores sociales, familiares, intereses económicos, adicción, porque esos chicos son productos de una sociedad que superó los valores del respeto de la familia y de la autoridad. A los 14 años ya se consideran grandes, a los 16 tienen derecho a votar (y son niños todavía). Y dicen que ahora la adolescencia se termina a los 25 años. A las nenas ya de pequeñas se las viste de grandes, aunque el maquillaje, diga los profesionales que dañan su salud. Entonces, pensemos quiénes son los responsables y cambiemos lo que hay que cambiar.
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