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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 07/11/2025 11:54
En el hockey, como en cualquier deporte, la figura del árbitro ocupa un rol esencial aunque muchas veces silencioso. Detrás de cada silbato hay formación, responsabilidad y una pasión particular por el juego. En diálogo con Despertar Entrerriano, Pablo Vigo,coordinador y árbitro de la Asociación de Hockey del Río Uruguay, compartió su mirada sobre esta profesión que combina técnica, criterio y vocación educativa. En el comienzo, Pablo explicó que el camino para convertirse en árbitro no es improvisado: “Para poder arbitrar, ya sea en nuestra asociación o en cualquier asociación, tenés que hacer el curso inicial de arbitraje, que se puede llegar a dar dentro de la asociación u otras plataformas avaladas por la Asociación Argentina de Árbitros del Hockey ”, detalló. Ese primer paso abre la puerta a una carrera que puede desarrollarse tanto en el ámbito local como nacional e incluso internacional. Uno de los pilares del arbitraje, según el coordinador, es la protección del jugador: “El fundamento básico, la primera premisa y creo que la más importante, es cuidar la integridad física de cualquier jugador o jugadora ”, subrayó. Pero, también señaló que el hockey presenta matices según la categoría o el género: “Lógicamente hay diferencia, es un hockey mucho más prolijo el de caballeros, pero eso no quita que no sea prolijo el de mujeres, sino que simplemente la rapidez del juego, el poco contacto físico y las habilidades son mucho más pronunciadas o más vistas entre un juego de caballero con un juego de damas. No se pueden comparar porque en realidad son dos juegos distintos en mi punto de vista”. En la misma línea, explicó que también existen diferencias entre la toma de decisiones en categorías formativas, como por ejemplo, entre Sub-14 o Sub-16 respecto a Sub-19: “Son chicas que vienen de una etapa formativa, donde se les cobra ciertas cosas y se tiene cierta tolerancia. De ahí para arriba, ya no tenés tanta resistencia a decir ‘siga el juego’, sabés que puede ser algo intencional o por manía de juego y demás”. Desde hace unos años, la Asociación fomenta un rol educativo en quienes sean encargados de impartir justicia: “La forma en la que cada uno toca el silbato hace que se den cuenta si es una falta intencional, sin intención o una falta bastante grave. El sonido del silbato de alguna manera es nuestra forma de hablar. Lógicamente que de manera verbal se lo advierte, se trata de ser proactivo”, enfatizando en que el juez tiene la potestad de pedirle cinco metros de distancia en caso de necesitarlos: “En las categorías más grandes ya no se toma ese detalle y se sanciona de forma personal. Se entiende que llevan un tiempo en el hockey”. Respecto al vínculo entre árbitros y jugadores, Vigo destacó que, en el hockey, el respeto sigue siendo una característica distintiva: “Se permiten consultas, siempre que sean precisas y con intención de entender la jugada. Si hay dudas, los árbitros conversamos entre nosotros, como un ‘símil videoref’. Pero no se admiten reclamos colectivos ni protestas. Si cinco se te vienen encima, automáticamente marcamos la distancia con un paso para atrás y el brazo hacia delante dejando claro que solo una puede consultar”, explicó. Actualmente, la Asociación de Hockey del Río Uruguay cuenta con 18 árbitros activos, cuatro de ellos con participación nacional: “Venimos de unos años donde faltaba proyección o postulación hacia el ámbito nacional, pero hoy tenemos representantes que están creciendo y llevando el nombre de la asociación a distintos puntos del país”, celebró Vigo. Dirigir fuera de Concordia, agregó, tiene un valor especial: “Se siente como ser embajador de la asociación. Si realmente te apasiona, esto se convierte en una carrera. Es un trabajo que requiere capacitación constante, compromiso y ganas de mejorar. Con el tiempo y la edad adecuada, incluso podés llegar a ser árbitro internacional”. Para quienes estén interesados en iniciarse, Pablo señaló que los cursos se pueden gestionar a través de la AHRU o directamente con él: “Siempre armo una lista de interesados para avisarles cuando hay nuevas instancias de formación. Es una tarea apasionante, y me gusta acompañar a quienes quieren sumarse”. Finalmente, al ser consultado sobre el presente del arbitraje en Concordia, reconoció que aún hay desafíos. “El Centro de Educación Física es una gran fuente de futuros árbitros, pero a veces, al ser estudiantes, no le dan la importancia que merece. Esto es un trabajo, tiene su remuneración y requiere compromiso. Pero muchos, con el tiempo, descubren que les gusta y terminan agarrandole el gustito”, reflexionó. Fuente: Despertar Entrerriano
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