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» El Ciudadano
Fecha: 07/11/2025 09:51
Miguel Passarini Dentro de las propuestas emergentes de la escena local, aparece por estos días la cuarta edición de Tercerescena, Festival de Teatrocirco Tercermundista que se desarrollará en la ciudad los días 13, 14 y 15 de noviembre, con programación local y nacional, espacios de formación, muestra de talleres, espectáculos de teatro-circo y música en vivo, con la presencia de uno de los trabajos más notables de la actual escena cordobesa, La Celestina, tragicomedia de Lita, el espectáculo de clown y bufón de la dupla imbatible que integran la notable Julieta Daga, esta vez en escena, con la dirección de David Piccotto. “Este año expandimos la programación de norte a sur de la ciudad, poniendo el énfasis en habitar otros territorios donde usualmente no llegan propuestas artísticas. Lo hacemos con la convicción de que en estos tiempos de crisis y violencia habitar estos espacios es de gran importancia”, contó a modo de adelanto la actriz, clown, música y cantante rosarina Julia Lamas quien es parte de la organización. Las locaciones de este año serán el jueves 13 en la Escuela Municipal de Artes Urbanas (Emau, Buenos Aires y el río), donde se llevará a cabo la apertura musical, desde las 19.30, con entrada a la gorra, con Musgo y Bet de Rosario, voces y electrónica, y donde, a las 20.30, será de la partida La Celestina, tragicomedia de Lita, con la notable actuación de Julieta Daga y dirección de David Piccotto, que se ofrecerá a la gorra. Julieta Daga, además, dictará un taller de Bufón al día siguiente, el viernes 14, de 10 a 15, con precios populares en la Emau, con descuento de 2X1 para estudiantes de escuelas artísticas. La programación del viernes 14 tendrá su continuación en la Asociación Civil El Ombú (Avenida de los Granaderos y Kennedy), desde las 17.30, con entrada gratuita, con la Muestra de Talleres de Circo del Programa Nueva Oportunidad, para dar paso a las 18 a una función de Deambulante de la Cia Kachivachis (Casilda), un material creado para ser presentado en espacios urbanos y/o al aire libre, como plazas y parques. Finalmente, el sábado 15, en Casa Arijón (Arijón 84 bis), en la zona sur de la ciudad, nuevamente con entrada gratuita, a las 18, se presentará Café Maíz, música del afro caribe colombiano (Colombia), para dar paso a las 18.30 a la pieza de acro-danza Del amor y otras dolencias, de Caleido Yerba (Rosario). Luego, a las 19, será de la partida El Gran Merlot que presentará Truco de la mujer sin cabeza, nuevamente a cargo de la Cia Kachivachis (Casilda). Para más información, IG: @tercerescena.festival “La Celestina” en versión cordobesa Una payasa dispuesta a contar una historia conocida a través de un recurso, de un lenguaje infrecuente: la estética del clown y del bufón, entre otras. No es cualquier payasa, es Lita, el alter ego de la enorme actriz cordobesa Julieta Daga que, de la mano del no menos talentoso David Piccotto, tras varios festivales y temporadas, llegan finalmente a Rosario con la estupenda La Celestina, tragicomedia de Lita, el jueves 13 de noviembre, a las 20.30, en la Emau, con entrada a la gorra. Se trata de una singularísima versión del clásico español de Fernando de Rojas de finales del siglo XV que acerca esa obra leída a regañadientes seguramente en la secundaria a otros públicos, y mientras juega saludablemente con el disparate y la comedia, el clown deja entrar tímida pero poderosa la lógica de la tragedia. Esta versión de La Celestina por la dupla Daga-Piccotto, este último como mentor de Rey Marciali Producciones y como ya pasó con otros clásicos revistados desde el humor a partir de elencos concertados con títulos como Las Tres Hermanas (2013) de Antón Chéjov, Las de Naides, estampa gaucha (2018) versión libre de Las de Barranco de Gregorio de Laferrere, además de La Celestina (2021), sirve para confirmar que, para que la categoría de “clásico” tenga su resonancia en el presente hay que desarmarlo y volverlo a armar con una mirada abierta, desprejuiciada y contemporánea. Y así lo hace esta dupla, con las cosas por su nombre, aquí con el notable acompañamiento en los dispositivos de vestuario y escenografía de Santiago Pérez con el aporte de Natalia Guendulain, la bella y poética música original de Juan Andrés Ciámpoli, el diseño Lumínico de Lilian Mendizabal y, entre más, la asistencia de dirección de Mariela Ceballos. Lita, que es Celestina pero que incorpora otros personajes del mismo modo que a instancias de un ingenio desbordante y fresco aparecen en escena esos otros protagonistas de la trágica historia de amor como son Calisto y Melibea, está tirada, a punto de morir, casi aplastada por la escenografía que se vuelve un juguete para una payasa. Lita está “aplastada por el teatro” y todo el relato está dispuesto para ser resuelto, en una irónica y metafórica decisión del equipo que, al mismo tiempo que desanda el clásico, deja entrever algunas preguntas, interrogantes acerca del teatro independiente: de sus posibilidades y potencialidades pero también de sus contradicciones que muchas veces “aplastan”, sobre todo en el presente. De este modo, los textos de Fernando de Rojas, algunos de los más bellos y poderosos de esa obra de finales del 1400 de una vastedad infrecuente con su veintena de actos acerca de esta chimentera-casamentera se van apoderando del cuerpo y la voz de la payasa entre la naturalidad (el relato) y la epifanía (la actuación). Así las voces del clásico, sin perturbar y con lo permeable que posibilita el clown, van apareciendo en medio de un humor que no reniega de la impronta cordobesa: juego y más juego, guiños y atención inusitada a lo que pasa en la platea se conjugan con el devenir de la historia, que arranca por el final y vuelve al comienzo, en una performance de Julieta Daga que la confirma, como ya pasó con algunos de sus trabajos anteriores (entre más, el inolvidable Bufón con el que estuvo en Rosario en un par de oportunidades) como una de la creadoras más notables de su generación, de un caudal de histrionismo verdaderamente infrecuente. Todo pende de un hilo, la escenografía (el teatro), los amarres para el amor, las acciones, la bella música y el canto de Lita, tan hermosamente convocante que el público se suma a una historia con un final conocido pero que, sin embargo, no se resiste a la idea de ser narrado una vez más. La muerte acecha, ya se sabe, todos mueren y nadie lo oculta, pero la muerte que es también un juego (tragedia más tiempo es comedia) abre la puerta a esa tragedia latente. Ella pide no morir sola, llevando la mirada y el sentido de la risa a la conmoción en un final que, por mucho tiempo, rondará en el imaginario de todos aquellos afortunados que vean alguna vez este espectáculo.
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