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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/11/2025 20:32
Meta obtiene hasta el 10% de sus ingresos anuales, unos USD 16.000 millones, de anuncios fraudulentos y productos prohibidos en 2024. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha obtenido hasta un 10% de sus ingresos anuales —unos USD 16.000 millones en 2024— a través de anuncios fraudulentos y productos prohibidos, según documentos internos a los que ha tenido acceso Reuters. Cada día, la compañía expone a sus usuarios a unos 15.000 millones de anuncios sospechosos de fraude, lo que revela la magnitud de un problema que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo y cuestiona la eficacia de los controles internos de la tecnológica. Ingresos y magnitud del fraude en Meta De acuerdo con los documentos internos revisados por Reuters, Meta ha proyectado que el 10% de sus ingresos en 2024 —alrededor de USD 16.000 millones— provendrán de la publicidad de estafas y productos prohibidos. Solo en la categoría de anuncios con “mayor riesgo legal”, la empresa ha calculado unos ingresos de USD 7.000 millones anuales. Estas cifras se sustentan en la exposición diaria de los usuarios a unos 15.000 millones de anuncios que presentan claros indicios de fraude, desde esquemas de inversión falsos hasta la venta de productos médicos prohibidos y casinos ilegales. La documentación interna, que abarca desde 2021 hasta mayo de 2025 y procede de los departamentos de finanzas, ingeniería y seguridad de Meta, refleja la dificultad de la empresa para frenar el aluvión de anuncios fraudulentos. Además, pone de manifiesto la reticencia de la compañía a tomar medidas que puedan afectar a su cuenta de resultados. Según ha explicado Sandeep Abraham, exinvestigador de seguridad de Meta y ahora consultor en Risky Business Solutions, “si los reguladores no tolerarían que los bancos se lucrasen con el fraude, tampoco deberían permitirlo en el sector tecnológico”, ha recogido Reuters. Mecanismos internos y penalizaciones económicas En lugar de bloquear sistemáticamente a los anunciantes sospechosos, Meta ha optado por penalizarles económicamente. Los sistemas automáticos de la empresa solo expulsan a los anunciantes si detectan con una probabilidad superior al 95% que están cometiendo fraude. Si la sospecha es menor, la compañía les cobra tarifas publicitarias más altas, una estrategia que, según los documentos, busca disuadir a los posibles estafadores sin renunciar a los ingresos. Este sistema de “penalty bids” se ha convertido en una pieza central de la política de Meta para gestionar el fraude publicitario. Así, los anunciantes sospechosos deben pagar más para que sus anuncios se muestren, lo que, en teoría, reduce su rentabilidad y limita el alcance de las estafas. Sin embargo, Reuters ha constatado que, en la práctica, muchos de estos anunciantes continúan activos durante meses, incluso después de acumular cientos de denuncias y de figurar en los informes internos de la propia empresa como los “Scammiest Scammers” de la semana. Meta penaliza económicamente a anunciantes sospechosos en lugar de bloquearlos, permitiendo que continúen activos tras múltiples denuncias. REUTERS/Gonzalo Fuentes/File Photo La política de tolerancia se extiende también a los grandes anunciantes: mientras que un pequeño anunciante puede ser bloqueado tras ocho infracciones, las cuentas de mayor valor han llegado a acumular más de 500 advertencias sin ser expulsadas. Además, Meta ha impuesto límites internos a la cantidad de ingresos que está dispuesta a sacrificar por actuar contra los sospechosos: en el primer semestre de 2025, el equipo encargado de revisar a los anunciantes dudosos no podía tomar medidas que supusieran una pérdida superior al 0,15% de los ingresos totales, es decir, unos USD 135 millones sobre los USD 90.000 millones generados en ese periodo. Impacto en los usuarios y ejemplos de estafas Las consecuencias de esta política han sido graves para muchos usuarios. Según ha documentado Reuters, los sistemas de personalización de anuncios de Meta tienden a mostrar más anuncios fraudulentos a quienes ya han interactuado con ellos, lo que agrava el problema. En 2022, la empresa detectó una red de cuentas que se hacían pasar por militares estadounidenses desplegados en zonas de guerra, enviando millones de mensajes semanales para engañar a los usuarios y hacerles perder dinero. También se han multiplicado los casos de “sextorsión” y de suplantación de celebridades y grandes marcas. Uno de los testimonios recogidos por Reuters es el de Mike Lavery, exmilitar canadiense, que perdió 40.000 dólares canadienses tras invertir en una estafa a través de una cuenta de Facebook hackeada. La cuenta pertenecía a una reclutadora de la Fuerza Aérea canadiense, que, tras ser víctima de un ataque, vio cómo su perfil se utilizaba para promocionar falsas inversiones en criptomonedas. A pesar de que ella y sus amigos presentaron más de 100 denuncias a Meta, la empresa tardó semanas en cerrar la cuenta, durante las cuales al menos cuatro compañeros militares también fueron estafados. Según ha relatado Lavery, “pensé que estaba hablando con una amiga de confianza, por eso bajé la guardia”. La respuesta de Meta ante las denuncias de los usuarios ha sido, en la mayoría de los casos, insuficiente. En 2023, los empleados de seguridad de la empresa estimaron que Facebook e Instagram recibían unas 100.000 denuncias semanales de fraudes, pero el 96% de ellas eran ignoradas o rechazadas incorrectamente. Erin West, exfiscal y experta en fraudes, ha afirmado a Reuters: “No sé si alguna vez he visto que se elimine algo como resultado de una sola denuncia de usuario”. Zuckerberg ha defendido ante inversores que Meta mantiene millonarias inversiones en inteligencia artificial y realidad virtual para reforzar la seguridad y el desarrollo de sus plataformas, pese a las crecientes denuncias y sanciones regulatorias por la difusión de anuncios fraudulentos. REUTERS/Carlos Barria Respuesta oficial y presión regulatoria Ante la publicación de estos datos, Andy Stone, portavoz de Meta, ha defendido que los documentos internos “presentan una visión selectiva que distorsiona el enfoque de Meta ante el fraude y las estafas”. Stone ha asegurado que la estimación del 10,1% de ingresos procedentes de anuncios fraudulentos es “aproximada y demasiado inclusiva”, ya que incluye “muchos” anuncios legítimos. No obstante, no ha facilitado una cifra actualizada. Stone ha subrayado que la empresa “lucha agresivamente contra el fraude y las estafas porque ni los usuarios, ni los anunciantes legítimos, ni nosotros queremos ese contenido en nuestras plataformas”. Según sus datos, en los últimos 18 meses Meta ha reducido en un 58% las denuncias de anuncios fraudulentos a nivel global y, solo en 2025, ha eliminado más de 134 millones de contenidos publicitarios sospechosos. La presión de los reguladores no deja de aumentar. En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) investiga a Meta por la difusión de anuncios de estafas financieras. En Reino Unido, un regulador ha determinado que los productos de Meta estuvieron implicados en el 54% de las pérdidas por estafas relacionadas con pagos en 2023, más del doble que todas las demás plataformas sociales juntas. La propia empresa reconoce en sus informes a la SEC que las medidas para combatir la publicidad ilícita “afectan negativamente a nuestros ingresos, y prevemos que el refuerzo de estos esfuerzos tendrá un impacto material en el futuro”. Cambios internos, despidos y retos futuros Meta ha admitido internamente que sus plataformas se han convertido en un pilar de la economía global del fraude y que competidores como Google cuentan con sistemas de control más eficaces. Un informe interno de abril de 2025 concluye que “es más fácil anunciar estafas en las plataformas de Meta que en Google”, aunque no detalla los motivos. La empresa ha fijado objetivos para reducir progresivamente el porcentaje de ingresos procedentes de anuncios fraudulentos: del 10,1% estimado en 2024 al 7,3% a finales de 2025, al 6% en 2026 y al 5,8% en 2027. Sin embargo, los despidos y la reasignación de recursos han dificultado la respuesta a las estafas. En 2023, todos los empleados encargados de gestionar las reclamaciones sobre derechos de marca fueron despedidos, y los equipos de seguridad recibieron instrucciones de limitar el uso de recursos informáticos para centrarse en mantener el funcionamiento básico de la plataforma. A pesar de estos recortes, Stone ha asegurado que Meta ha ampliado sustancialmente el número de empleados dedicados a combatir la publicidad fraudulenta en los últimos años. La compañía también ha invertido grandes sumas en inteligencia artificial y realidad virtual, con un presupuesto de hasta USD 72.000 millones en 2025, según ha explicado Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta. Multas regulatorias y rentabilidad del fraude Meta prevé multas regulatorias de hasta USD 1.000 millones por la difusión de anuncios fraudulentos, pero los documentos internos reconocen que estas sanciones serían muy inferiores a los ingresos obtenidos por este tipo de publicidad. De hecho, cada seis meses, la empresa ingresa USD 3.500 millones solo por los anuncios que presentan un mayor riesgo legal, una cifra que supera ampliamente el coste de cualquier posible acuerdo con los reguladores. Así, la compañía se enfrenta al dilema de elegir entre reforzar sus controles y mantener un flujo de ingresos que, por ahora, sigue resultando mucho más rentable que cualquier sanción.
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