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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 04/11/2025 12:12
El economista Claudio Zuchovicki, presidente de BIMA, afirmó que Argentina se encuentra ante una oportunidad “inédita” para capitalizar la revolución de la Inteligencia Artificial y un contexto financiero global favorable, siempre y cuando se concreten las reformas estructurales necesarias. Lo hizo durante una reciente disertación en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde sostuvo que el país tiene “la pelota debajo del arco”. Zuchovicki destacó que, por primera vez en muchos años, Argentina atraviesa un consenso básico sobre la dirección económica que debe seguir. Las diferencias, explicó, pasan ahora por los matices y los tiempos de ejecución, un factor clave para los inversores que miran el horizonte a cinco o diez años. El economista enfatizó que el mandato del gobierno es vencer la inflación, lo cual se logra eliminando la emisión monetaria. En esa línea, remarcó el logro del superávit fiscal y la desactivación de las fuentes de creación monetaria, tanto directas (vía déficit fiscal) como indirectas (financiamiento del Banco Central). El Tesoro ahora asume la deuda y los bancos retoman su rol tradicional, liberando pesos en la economía. Este proceso de “desmonetización extrema” permitirá una futura baja de las tasas reales, un aspecto crucial para la reactivación del mercado crediticio y la inversión productiva. Zuchovicki recordó que los períodos de mayor estabilidad y crecimiento del país siempre coincidieron con etapas de superávit fiscal. “No hay magia, hay disciplina”, aseveró, citando los años 90 y el período 2003-2008 como ejemplos históricos de esta correlación. El presidente de BIMA trazó un puente entre el presente argentino y la nueva ola tecnológica global. Afirmó que la revolución de la Inteligencia Artificial es el motor del crecimiento del siglo XXI, y en ese tablero, Argentina posee un papel protagónico. Según el economista, el 80% de lo que necesita la IA es energía y el 20% es minería. Argentina combina estos elementos al exportar alimento, energía (gracias a Vaca Muerta) y minerales críticos como el litio y el cobre (mencionando el reciente descubrimiento del yacimiento de cobre más grande del mundo en Catamarca). Otro pilar del optimismo se basa en el actual valor de los activos locales. Zuchovicki sintetizó que “Argentina está barata”. Comparó el precio del metro cuadrado de construcción en Buenos Aires, que requiere apenas dos meses de salario promedio para adquirirlo, frente a Caracas, donde se necesitan diez sueldos. Esto, dijo, muestra un gran potencial de rebote. El contexto global también se presenta favorable. Zuchovicki destacó que se esperan tasas de interés más bajas y un dólar más débil, lo que impulsa el valor de los recursos que Argentina exporta. Esto se debe, en parte, a la necesidad de Estados Unidos de reducir el costo de su deuda. Zuchovicki proyecta que 2026 será el año del rebote de la economía real, tras años de estancamiento. El mercado, que antes estaba “sobrecubierto y sobre negativo”, con precios que reflejaban miedo, ahora muestra una recuperación impulsada por la corrección de valores históricamente bajos. Sin embargo, el economista advirtió que el crecimiento sostenido dependerá de avanzar con las reformas estructurales pendientes, especialmente en los ámbitos laboral e impositivo. Ilustró que un salario de un millón de pesos le cuesta al empleador 1,8 millones, pero el trabajador solo recibe 800 mil. Finalmente, Zuchovicki cerró su exposición con una metáfora futbolística: “La pelota está debajo del arco. Argentina tiene recursos, contexto internacional y consenso interno. Solo falta patear”. El país, insistió, reúne una combinación casi única de condiciones, y el futuro dependerá de “no errar este gol”.
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