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Parana » Litoral FM
Fecha: 03/11/2025 19:02
                            En conferencia de prensa, la UTA nacional pidió previsibilidad ante el traspaso del servicio de colectivos en Paraná. Plantean que con 60 unidades activas, la ciudad no podrá garantizar frecuencias ni cobertura. El secretario general adjunto de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional, Jorge Aldo Kiener, encabezó una conferencia de prensa en Paraná donde expresó la preocupación del gremio frente a la implementación del nuevo sistema de transporte urbano. Kiener aclaró que “por el momento, no habrá medidas de fuerza”, aunque remarcó que existe una “gran incertidumbre” tanto para los trabajadores como para los usuarios del servicio. Menos colectivos, más espera Según detalló el dirigente, en la licitación anterior (2016) la ciudad contaba con 109 unidades en la calle, mientras que el nuevo esquema plantea solo 60 colectivos para cubrir los recorridos urbanos. “Nos hablan de un sistema mejor, pero con casi la mitad de los colectivos. La empresa propone una velocidad comercial de 24 km/h cuando la realidad marca 14 km/h. Eso implica que los colectivos deberían andar 30 veces más rápido para cumplir el servicio”, explicó. Además, advirtió que “barrios enteros podrían quedar sin transporte público”, especialmente en zonas periféricas. Un servicio público con responsabilidades compartidas Kiener recordó que el transporte urbano es un servicio público concesionado, y por lo tanto, “las responsabilidades son compartidas entre la empresa saliente, la entrante y el municipio”. Durante la audiencia en la Secretaría de Trabajo, el gremio planteó la necesidad de asegurar el pago de salarios, aguinaldos y vacaciones por parte de la empresa saliente, y la continuidad del plantel completo por parte de la nueva operadora. El referente gremial subrayó que cada relevo de concesión debe garantizar la absorción de la plantilla de choferes y personal técnico, estimada en 2,5 a 2,8 trabajadores por unidad, según estándares del sector. Sin paro por ahora, pero en estado de alerta Consultado sobre posibles medidas de fuerza, Kiener fue categórico: “No vamos a tomar ningún tipo de medida. Por ahora no existe un motivo, pero en 28 días pueden pasar muchas cosas”. El dirigente señaló que la prioridad es sostener el servicio y abrir una mesa de negociación que ordene la transición sin afectar a los trabajadores ni a los pasajeros. Frecuencias y cobertura: el desafío operativo La UTA alertó que la reducción de la flota podría derivar en mayores tiempos de espera y en una disminución de la cobertura barrial. “Aunque viaje un solo pasajero, el barrio debe tener servicio”, sostuvo Kiener, quien pidió que las decisiones se tomen con criterios técnicos y no solo administrativos. También recordó que el cálculo de tarifa y costo del kilómetro debe transparentar la cantidad real de pasajeros y recorridos efectivos, para evitar que los corredores de menor demanda —generalmente los más necesitados— queden relegados. Lo que viene: negociación y certezas La UTA solicitó la conformación de una mesa tripartita entre empresa saliente, entrante y municipio, con la Secretaría de Trabajo como ámbito de conciliación. En ese espacio, esperan definir: La cantidad real de unidades que circularán desde el inicio del nuevo servicio. Las frecuencias por corredor y los cuadros de marcha . La cobertura barrial y las zonas críticas. La dotación laboral completa por unidad (choferes, relevos, taller y administración). El plan de mantenimiento y disponibilidad en horas pico. Un llamado a las autoridades Finalmente, Kiener pidió previsibilidad y compromiso político: “El transporte urbano no es un negocio privado, es un servicio público. No puede relajarse cada vez que hay una licitación. Los usuarios y los trabajadores merecen certezas.” Fuente: FM Litoral
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