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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/11/2025 12:44
Mar Tarrés revolucionó Carlos Paz al convertirse en Chica del Verano. y luego brilló en ShowMatch - La Academia (Foto: Franco Fafasuli) Mar Tarrés, referente del activismo por la diversidad corporal, volvió a ocupar el centro de la conversación pública por una razón que atraviesa el espejo y las miradas ajenas: “Me lo hice entrar a la fuerza a este vestido de jeans porque yo no bajé de peso para que me sigan diciendo que no hay de mi talle”. El relato de la influencer, brutalmente honesto, emergió en redes sociales con una imagen que la muestra en un vestido de jeans ajustado y una declaración de intenciones que retumbó en la memoria de miles de mujeres. Mar construyó su carrera sin filtros, en una marcha feroz contra los estereotipos, los “deber ser” de los talles restringidos y los cuerpos invisibles. Pero, como advierte el propio texto de su publicación, la batalla no se libra solo en las pasarelas ni en los posteos: “Qué atrevida la vendedora, me dice: ‘¡no te sube el cierre, lo vas a romper!’. Y la miro y le digo: ‘disculpa reina, si no me entra se rompe y entramos como sea’”. Entre la ironía y la rabia, Tarrés lanzó una consigna simple y demoledora: “Le vamos a enseñar a la ropa que ella se tiene que adaptar a nosotras y no nosotras a ella”. “Bajé mucho, pero parece que nunca es suficiente, siempre las mujeres de cuerpos voluptuosos quedamos afuera de los talles”, se lee en su posteo. ¿Cuántas veces se espera de las mujeres que sus cuerpos obedezcan al patrón de la industria, aunque duela, aunque no cierre el cierre? Mar respondió con una rebeldía cotidiana: “No pienso exigirme más para caber en un talle o pertenecer a una moda. Bajé por salud, para andar más liviana y caminar sin agitarme. No para torturarme”. Mar Tarrés, luciendo el vestido de la discordia con la vendedora Los comentarios, como un eco que resuena desde todos los rincones del país, no tardaron en poner la lupa en otra inseguridad: los “colgajos”, el instante después del adelgazamiento. La reacción de Tarrés no esquiva el humor: “Y para todas las que me preguntan qué voy a hacer con los colgajos, les respondo: ‘un asado’ y voy a invitar a comer a sus maridos para que sepan lo que es bueno. ¡Carne for export!“. No hay espacio para la perfección, ni para el molde inalcanzable: “Les agradecería que no me presionen preguntando por los colgajos porque no pretendo ser perfecta, ni ser 90/60/90. Entreno en el gym y ahí los trabajo sin apuros. ¡Solo quiero ser feliz, tener paz, amor y salud mental!”. La vida de Mar no es solo el brillo de las redes o los reflectores de una gala. Hay sombras viejas e intensas, heridas que llevan nombres pesados: acoso, bullying, soledad. Durante su paso por el ciclo Mujeres Argentinas, la empresaria abrió una puerta dolorosa: “Hace unos años atrás he llegado a querer hasta suicidarme por la cantidad de acoso y bullying que sufrí en las redes sociales, aparte de que fui una niña que sufrió bullying en la escuela siendo gordita”. En 2016, durante la vibrante temporada en Carlos Paz, logró convertirse en Chica del Verano con “casi 150 kilos”, pero la felicidad tenía doble filo: “Ese año fue donde llegaba la noche a mi casa, sufría tanto bullying en las redes que tenía ganas de no despertarme al otro día”. Mar Tarrés en una de las imáganes previas a su cambio de hábitos ¿Qué cambió? Lo cuenta sin nostalgia, pero sí con una franqueza que conmueve: “Hoy como empresaria aprendí a capitalizar y trabajar las redes sociales. Primero me ayudó una terapia que hago de desbloqueo emocional que me ayudó a poder bajar de peso y desbloquear todas las emociones que venía acumulando todos estos años”. Es así: el cambio físico de Mar Tarrés no busca encajar, ni procura mimetizarse en los 90/60/90 de fantasía. Su transformación, lo dice una y otra vez, está anclada en el deseo de “ser feliz, tener paz, amor y salud mental”. Y la invitación es para todas: “Si yo pude vos también vas a poder. Gracias mis reales”.
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