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Parana » El Once Digital
Fecha: 03/11/2025 05:30
Investigadores descubrieron que el Pestalotiopsis microspora puede degradar el poliuretano, uno de los plásticos más resistentes. Su hallazgo abre una posible vía biotecnológica para combatir la contaminación global por residuos plásticos. Un pequeño hongo hallado en la selva amazónica ecuatoriana podría convertirse en la clave para enfrentar uno de los mayores desastres ecológicos de la era moderna: la contaminación por plásticos. Se trata del Pestalotiopsis microspora, una especie capaz de alimentarse de poliuretano, un material sintético de alta resistencia que tarda siglos en degradarse. El descubrimiento reavivó el debate sobre nuevas soluciones naturales ante el impacto del plástico en el ambiente. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de este material, gran parte de las cuales termina en ríos, océanos y suelos, afectando ecosistemas y la salud humana. El origen del descubrimiento El género Pestalotiopsis fue descrito por primera vez en 1880 por el micólogo argentino Carlos Luigi Spegazzini. Sin embargo, recién en 2011, un grupo de investigadores de la Universidad de Yale, durante una expedición en la Amazonía ecuatoriana, identificó una especie con una propiedad sorprendente: era capaz de descomponer el poliuretano y sobrevivir incluso en ausencia de oxígeno. El hongo, de tipo endófito —es decir, que vive dentro de los tejidos vegetales sin causarles daño—, sorprendió a la comunidad científica por su metabolismo singular. A través de enzimas específicas, rompe los enlaces químicos del plástico y los transforma en compuestos simples que utiliza como fuente de energía. Devorador de plástico: cómo actúa El proceso es natural y ocurre gracias a una serie de enzimas que degradan las cadenas del polímero. En otras palabras, el hongo “digiere” el plástico y lo convierte en sustancias menos contaminantes. Este mecanismo podría representar un punto de inflexión en la búsqueda de alternativas sostenibles para tratar residuos que hoy saturan vertederos y mares del planeta. Los científicos estiman que, con más investigación, las enzimas del Pestalotiopsis microspora podrían reproducirse en laboratorio y aplicarse en sistemas de tratamiento industrial de desechos plásticos. Hacia una biotecnología ambiental El hallazgo impulsa estudios para transferir los genes responsables de esta capacidad a otros microorganismos, con el objetivo de atacar diferentes tipos de plásticos como el PET o el PVC. Si estos avances prosperan, en el futuro podrían crearse plantas de reciclaje biológico donde colonias de hongos procesen toneladas de residuos. Aunque la aplicación industrial aún está en fase experimental, la comunidad científica coincide en que el Pestalotiopsis microspora abre una esperanza real frente a la crisis del plástico. Un paso hacia un futuro más limpio Aún faltan años de desarrollo biotecnológico antes de que estos procesos sean viables a gran escala. Sin embargo, el descubrimiento refuerza la idea de que la naturaleza guarda soluciones capaces de revertir los daños provocados por el hombre. En un contexto de emergencia ambiental global, el pequeño hongo amazónico se erige como símbolo de una posible reconciliación entre ciencia y ecosistema. Su capacidad de “comer plástico” no solo asombra, sino que también inspira una visión concreta hacia un planeta más limpio y sostenible. (Rosario 3)
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