Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Miguel de Barrios, el autor montillano que conquistó Ámsterdam en el siglo XVII

    » Diario Cordoba

    Fecha: 03/11/2025 05:17

    Montilla conmemora hoy el 390.º aniversario del nacimiento de Miguel de Barrios y Valle, un escritor excepcional del Siglo de Oro español, cuya vida fue un viaje entre la fe, el arte y el exilio. Poeta, dramaturgo, filósofo y militar, este ilustre montillano fue una de las figuras más singulares de la diáspora sefardí, artífice del gongorismo en la judería de Ámsterdam y, sobre todo, un hombre que consiguió dejar huella en la historia de la literatura hispana y en la pintura universal. No en vano,fue inmortalizado por Rembrandt en el cuadro La novia judía. Nacido en Montilla el 3 de noviembre de 1635, Miguel de Barrios, que más tarde firmaría también como Miguel Daniel Leví de Barrios, pertenecía a una familia de judeoconversos portugueses procedente de Vila-Flor, en la región de Trás-os-Montes, que pese a haber abrazado públicamente el cristianismo, continuaba practicando su fe judía en secreto. A mediados del siglo XVII, la sombra de la Inquisición alcanzó a la familia. El Santo Oficio de Sevilla descubrió una trama de criptojudaísmo en la que estaban implicados Miguel de Barrios, su primo Ignacio —presidente de Guatemala y general de artillería— y varios de sus hermanos. Las confesiones forzadas y los procesos inquisitoriales llevaron a los Barrios a huir de España en 1661, perseguidos bajo busca y captura. Aquel exilio marcaría para siempre el destino del poeta montillano. El exilio Su recorrido por el Mediterráneo y Europa fue tan errante como fecundo. Tras un paso por Argelia, donde su familia intentó rehacer su vida, Miguel de Barrios se trasladó a Italia y posteriormente a Niza, antes de cruzar el Atlántico en 1660 con un grupo de judíos que se estableció en Trinidad y Tobago. Allí perdió a su joven esposa, un golpe que lo empujó a regresar a Europa, concretamente a Bruselas, donde se alistó en el ejército español en Flandes y alcanzó el grado de capitán de infantería. En la capital flamenca floreció su vocación literaria. Allí escribió algunas de sus obras más tempranas, como Flor de Apolo (1663), Coro de las Musas (1672), La Harmonia del Mundo (1670-74) o Sol de la Vida (1673), en los que fusionaba el rigor teológico con la musicalidad poética propia del barroco. Sin embargo, su espíritu inquieto lo llevó más allá. En 1672, se trasladó a Ámsterdam, ciudad que se convertiría en su verdadero refugio intelectual. En el ambiente cosmopolita y tolerante de las Provincias Unidas de los Países Bajos, el autor montillano pudo escribir y publicar libremente en castellano, rodeado de una vibrante comunidad sefardí que florecía tras siglos de persecución. Allí fundó y participó en varias academias literarias, que fomentaron sus reflexiones sobre el destino del pueblo judío y su creencia en la llegada del Mesías, que esperaba para el Año Nuevo de 1675. A lo largo de su vida, Miguel de Barrios alternó la creación literaria con la actividad comercial, sin abandonar nunca su búsqueda de sentido y redención. Su obra más tardía, escrita en Ámsterdam, incluye títulos como Dios con Nos Otros (1688), Historia Real de la Gran Bretaña (1688) o Árbol de la Vida con Raíces de la Ley (1689). En pintura Pero el legado de Miguel de Barrios no se detiene en las letras. Su figura traspasó las fronteras del papel cuando el pintor Rembrandt Van Rijn, el genio más universal del arte holandés, lo retrató junto a su esposa Abigail de Pina en La novia judía, una obra expuesta de forma permanente en el Rijksmuseum de Ámsterdam, que atesora la más famosa colección de pinturas del Siglo de Oro neerlandés así como una rica colección de arte asiático y egipcio. Esta obra, pintada hacia 1668, encierra una carga simbólica: el gesto delicado, la mirada cómplice, la luz que acaricia los rostros... Todo parece hablar de la intimidad y el amor en el exilio. Con aquel lienzo, Rembrandt inmortalizó no solo a una pareja, sino también la unión entre el arte, la fe y la resistencia cultural de una comunidad que buscaba su lugar en el mundo. Miguel de Barrios murió en Ámsterdam en 1701, a los 65 años, y fue enterrado junto a Abigail en el cementerio judío de la ciudad. Hoy, casi cuatro siglos después, su nombre sigue resonando en Montilla, la tierra donde nació y que lo vio partir en busca de libertad. n

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por