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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/10/2025 14:32
Macarena Paz reveló el presente de su hija Abril (Video: Instagram) La vida de Macarena Paz volvió a llenarse de incertidumbre. La actriz, conocida por su sinceridad y por su forma cruda de contar la maternidad, atraviesa un proceso delicado junto a su hija Abril. El motivo es concreto y doloroso: “Se empezó a complicar todo a nivel conductual, a nivel sensorial, de ella y de todos. Acá estamos sosteniendo, aguantando y apoyando”, expresó con una franqueza que desarma, esa que solo tienen algunos padres cuando ya agotaron todos los recursos. Abril, fruto de su relación con el músico Rodrigo Pérez —guitarrista de Ciro y Los Persas y voz en La Yumba— tiene casi cuatro años. Desde su nacimiento, vive con Síndrome de Charge, una condición genética tan rara como desafiante, que altera la deglución y pone en jaque el sistema respiratorio. A fines de septiembre, tras la decanulación —ese procedimiento que marcó un antes y un después en la respiración de Abril—, el clima familiar cambió: nuevas crisis, conductas imprevisibles, tensiones que se multiplican. Así, sin rodeos ni máscaras, la actriz confesó el duro momento familiar que atraviesan tras nuevas complicaciones en la salud y el comportamiento de la pequeña. Macarena Paz junto con su hija Abril “Acá, volviendo a reaparecer, seguramente nadie se dio cuenta de que no estuve en redes sociales, pero no importa, yo vengo acá a dar mi presente y a dar mis explicaciones, justificaciones. ¿A quién? A nadie. Igual tengo algunos mensajitos de ‘Che, ¿todo bien?’. Así que para esas personas, todo empezó en septiembre. Después de la decanulación de Abril se empezó a complicar un poco todo a nivel conductual, sensorial, de Abru, y obviamente de todos”, compartió en un mensaje cargado de ternura y cansancio. La sinceridad, lejos de buscar lástima, invitó a la empatía: “Acá estamos, sosteniendo, aguantando, apoyando... Mil cosas para ayudar a Abru a que esté más tranquila”. Ese efecto dominó —el que conoce cualquier familia marcada por el desafío constante de una condición genética— no da respiro. Los días se suceden entre crisis de crecimiento, conductas alteradas y la dificultad de regular emociones. “Los niños pasan por etapas de crisis, crecimiento de la edad, pero bueno, cuando hay un síndrome genético que tiene muchas cuestiones sensoriales, eso se vuelve como un poco más... buscando ayuda por todos lados, intentando que ella esté lo mejor posible“, reconoció la actriz. ¿Quién podría ignorar el desgaste de estos meses? Buscando ayuda en múltiples frentes, Maca admitió: “Por suerte, no hay nada fisiológico, no hay nada anatómico, es simplemente conductual y bueno, es muy agotador para ella principalmente y para nosotros también. Así que estuvimos muy a full”. La pequeña Abril en brazos de su madre, y con la atenta mirada de su padre Entre explicaciones, pedidos de comprensión por parte de sus seguidores y una risa entrecortada por los compromisos que la apremian, la actriz se animó a tender la mano a otros padres. Les pidió que compartan sus experiencias, sus recursos para navegar esas crisis emocionales que parecen multiplicarse con la edad. “Nos vamos ayudando entre todos”, propuso, con esa simpleza que puede tajar las distancias digitales y hacer comunidad del dolor. ¿En qué consiste entonces este Síndrome de Charge que tantas dudas genera? Una enfermedad genética extraña, con impactos severos. Puede dañar los ojos, el corazón, las vías nasales, el oído, los órganos genitales y frenar el crecimiento. Se detecta solamente a través de estudios específicos: ecocardiogramas, controles auditivos y visuales, resonancias, evaluaciones motoras y neurológicas, y un monitoreo permanente del crecimiento y la alimentación. A mediados de 2023, en una conversación íntima con Teleshow, la actriz se permitió abrir la puerta del recuerdo. Habló con la sinceridad brutal que solo permite la maternidad, de aquel instante en que el embarazo y el nacimiento de Abril trastocaron todos los planes. La emoción de Macarena Paz por la primera salida con su hija, tras tres meses en neonatología “En algún momento alguien me preguntó si yo sentía que Abril había venido a este mundo con una misión o con un propósito. Y realmente siento que sí, pero que va más allá de cualquier misión o propósito, más allá de sus discapacidades o limitaciones. Yo siento que, como todas las personas, ella vino a ser feliz y a hacernos felices a nosotros. Y la verdad, lo está cumpliendo porque nos hace inmensamente felices”, soltó en voz alta al admitir entre luces y sombras la magnitud de lo vivido. Para Maca y su pareja, la llegada de Abril supuso el comienzo de una familia diferente, marcada por desafíos, pero también llena de momentos de amor compartido. La niña nació el 16 de febrero de 2022. Macarena tenía una fecha estimada para el 1 de marzo, pero a dos semanas del parto, en la semana 38 de gestación, sintió el primer sobresalto. Se enteró durante un monitoreo de una baja cardíaca en su bebé. Ese control encendió la alerta: la pequeña tenía polihidramnios, un exceso de líquido amniótico, por lo que los médicos decidieron que debía nacer a la mañana siguiente. Nada resultó como esperaban. Esa noche, pasadas las 22, el profesional de guardia se acercó. “Querían hacerle una serie de estudios porque tenía algunos rasgos que les llamaban la atención y que podrían ser parte de un síndrome genético”. El pánico desplazó al cansancio. “En ese momento no entendíamos nada. Lo primero que pensé era que estaban equivocados con lo que habían visto. Que estaba mal, que no podía ser, que en un ratito Abril iba a estar en la habitación con nosotros y que pronto nos íbamos a ir a casa”, recordó la actriz, aferrada al instante en que solo había podido besar a su hija sin poder reencontrarse con ella después. Macarena, Rodrigo y Abril en una estampa familiar La hospitalización se alargó. Recién entonces, Macarena vivió su primer “click”. Fue en la segunda o tercera noche de la niña en neonatología. La actriz no podía dormir, apenas respiraba entre pensamientos azorados. Se debatía entre rechazar lo evidente y su incapacidad de procesarlo. “Tenía pensamientos de terror, no podía creer, aceptar ni tolerar lo que estaba sucediendo”. Su beba ni comía ni lograba respirar con soltura. El bagaje profesional de Maca, formado en años de entrenamiento personal y estudios de mindfulness, parecía insuficiente para la tempestad. “Mi cabeza en algún lugar tenía herramientas para mantenerme cuerda, pero se me estaba haciendo imposible”, explicó. La historia de Maca, Rodrigo y Abril nunca fue sencilla. Se construyó entre estudios médicos, controles y miedos renovados. Pero también, como ella misma asegura, “realmente disfrutamos. Tenemos momentos de mucho amor y disfrute como cualquier familia que se ama, que está unida y que tiene una crianza basada en el respeto, en el amor, en la comunicación. De verdad podría decir que sí, que somos muy felices y que más allá de muchos desafíos que tenemos, y de días grises que pueden haber estamos muy contentos de la llegada de Abril a nuestra vida”.
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