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  • Se fijó fecha para el juicio contra dos policías por el homicidio de Gabriel Gusmán – Página Judicial

    Parana » Paginajudicial

    Fecha: 28/10/2025 09:58

    Siete años pasaron desde la muerte de Gabriel Gusmán. El joven recibió un disparo en la nuca mientras era perseguido por policías a través de un descampado en el barrio Capibá. Un jurado popular deberá resolver la responsabilidad de dos policías que están acusados del homicidio. La defensa argumenta que actuaron en legítima defensa. El juicio se desarrollará entre el 11 y el 17 de noviembre. Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial El 11 de noviembre comenzará el juicio por jurados para decidir sobre la responsabilidad penal de los policías Oscar Molina y Diego Ibalo, acusados por el homicidio de Gabriel Gusmán, con la particularidad de que no habrá un fiscal en el debate, sino que la acusación correrá exclusivamente por cuenta de una querella autónoma, a cargo de abogados que representan a la familia del joven. La agenda prevé la declaración de veintinueve testigos a lo largo de seis días y una inspección ocular en el barrio Capibá, en la zona sureste de Paraná. En el lugar se tomarán imágenes audiovisuales terrestres y con un drone para facilitar el trabajo y entendimiento del jurado popular que, por razones de seguridad y preservación de identidad, no participará del reconocimiento de la escena. Los acusadores consideran que se trató de un caso de gatillo fácil y solicitarán que los policías sean condenados a prisión perpetua. La defensa esgrime que los policías actuaron en legítima defensa y pedirán su absolución. Ese dilema deberá resolver un jurado popular que será escogido por las partes en los días previos. Los policías Diego Sebastián Ibalo y Oscar Rodrigo Molina están acusados por homicidio agravado por su condición de funcionarios públicos, por alevosía y por el uso de arma de fuego. En el juicio estarán representados por los abogados Miguel Cullen y Daniel Rosatelli. El próximo paso en el proceso es una audiencia denominada voir dire, para la selección de un jurado popular, que deberá estar integrado por seis mujeres y seis varones –y cuatro suplentes–, respetando la paridad de género. Está convocada para el 10 de noviembre. Durante el proceso, el juez Alejandro Grippo y los abogados de cada parte interrogan a los potenciales jurados para determinar si pueden ser justos e imparciales en la resolución del caso. El juicio presentará como novedoso el hecho de que no tendrá intervención del Ministerio Público Fiscal, ya que en su momento los fiscales Juan Francisco Ramírez Montrull y Gonzalo Badano consideraron que los policías habían actuado en legítima defensa y dispusieron el archivo de la causa. Ante ello, los abogados de la familia de Gabriel Gusmán decidieron continuar la investigación en forma autónoma y avanzar hacia un juicio para dirimir la responsabilidad de los policías. En el juicio estarán representados por José Iparraguirre y Rubén Pagliotto. ¿Gatillo fácil o legítima defensa? Gabriel Gusmán tenía 19 años. Fue asesinado el 25 de septiembre de 2018. Ese día, alrededor del mediodía, la Policía intervino a raíz de una pelea entre vecinos del barrio Capibá, en la zona sur de la ciudad de Paraná. Molina e Ibalo arribaron a bordo de un patrullero con las sirenas encendidas e inmediatamente los grupos se dispersaron. Gusmán también lo hizo. Los testigos coinciden en que estaba armado y que huyó corriendo por un descampado hasta meterse en un terreno baldío. Los testimonios recogidos durante la investigación penal preparatoria distinguen el enfrentamiento entre las dos bandas antagónicas de la persecución policial posterior. En medio de la persecución, algunos testigos aseguran que cuando Gabriel Gusmán llegó hasta el descampado lo vieron detenerse, levantar las manos y llevarlas a la cabeza en señal inequívoca de rendición. Dos de ellos cuentan que, en ese momento, el policía al que describen como “el más bajito y morocho”, que sería Molina, se bajó del patrullero, corrió, se afirmó sobre un poste ubicado en el lado izquierdo del terreno, apoyó una rodilla en tierra, apuntó y disparó. Una pericia realizada por Gendarmería confirmó que la vaina servida que se localizó en cercanías del lugar donde se efectuó el disparo pertenece al arma que se le atribuye a Molina. Otros sostienen que en su huida Gusmán efectuó disparos contra el móvil policial y desoyó la voz de alto. Tres tiros, dijo una testigo; cuatro, cinco y hasta seis, dijeron otros; algunos hasta dijeron que corría hacia atrás, apuntando y disparando contra los policías que lo perseguían; y uno llegó a decir que iba recargando el arma mientras corría. Hasta que llegaron al baldío, donde recibió la voz de alto, pero en lugar de detenerse apuntó contra los policías, que dispararon ante el riesgo inminente de que el joven lo hiciera primero. Basado en esos testimonios, la defensa asegura que se trató de un acto de legítima defensa. Una pericia de Gendarmería concluyó que “el disparo fue realizado estando Gusmán de espaldas al tirador”, a una distancia aproximada de 49,26 metros, y “se descarta que al momento de recibir el impacto del proyectil en el cráneo estuviese agachado” o en corriendo, sino que el cuerpo estaba en posición perpendicular al piso. También determinó que la vaina servida que se localizó en cercanías del lugar donde se efectuó el disparo pertenece al arma que se le atribuye a Molina. Sin embargo, ese punto no está claro: después del hecho, Ibalo envió un mensaje de audio a otra persona en el que dice: “Se la pegué, Negra; se la pegué”. Peor hay varios interrogantes. En las manos de Gabriel Gusmán no se encontraron rastros de pólvora. Pero tampoco se detectaron residuos de pólvora en las mangas de las camisas que llevaban puestas los policías en el momento del hecho y el arma que portaba Molina no presentaba restos de deflagración de pólvora.

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