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Parana » Informe Digital
Fecha: 28/10/2025 01:02
A casi un día del triunfo de Gonzalo Roca con La Libertad Avanza, Córdoba sigue mirándose en el espejo de las urnas para tratar de entender qué reflejó la noche del domingo. No fue una elección cualquiera: fue un temblor político con epicentro libertario que removió los cimientos de los partidos tradicionales y dejó a la provincia sumida en un murmullo de análisis, sorpresas y silencios incómodos. Si bien sorprendió el arrasador desempeño del partido violeta a nivel nacional, lo que ocurrió en Córdoba tomó a muchos más desprevenidos. Hasta hace pocos días, las encuestas y los comentarios de pasillo daban por hecho que Provincias Unidas, el espacio del exgobernador Juan Schiaretti, sería el protagonista principal. El electorado cordobés —tan propenso a la independencia y la rebeldía— escribió, sin embargo, otro guion: la ola violeta llegó desde el oeste, cruzó el río Suquía y se extendió como un viento que no pidió permiso. Hace un tiempo, en Perfil CÓRDOBA, habíamos detallado cordoba/elecciones-2025-uno-a-uno-las-listas-y-los-candidatos-confirmados-en-cordoba-para-diputados-en-octubre.phtml">cómo se habían conformado las listas de los distintos partidos que buscaban renovar las nueve bancas de diputados nacionales. Entre los nombres, sobresalían varios intendentes y exintendentes: dirigentes que, desde sus territorios, intentaban dar el salto al Congreso. La pregunta que hoy flota entre los votantes es inevitable: ¿cómo les fue a esos candidatos en sus propias casas? ¿Les devolvieron sus vecinos la confianza o los dejaron solos frente a la marea? Cómo les fue a los intendentes candidatos en sus propias casas La historia de Carolina Basualdo, intendenta de Despeñaderos y segunda en la lista de Provincias Unidas, aparece como una excepción en medio del naufragio. En su ciudad resistió: con el 46,7% de los votos, su fuerza se impuso sobre La Libertad Avanza, que dominó el resto del departamento Santa María. De las veinte mesas habilitadas en la localidad, unas 4.800 personas votaron, lo que implicó una participación del 73%. Allí, entre vecinos que la conocen por nombre y apellido, Basualdo logró conservar su bastión. Muy distinta fue la suerte de Emiliano Paredes, intendente de Tanti y noveno en la lista de Schiaretti. En su localidad, la ola violeta fue implacable: La Libertad Avanza se quedó con el 37,8% de los votos y lo relegó al segundo lugar. En el departamento Punilla, el resultado fue aún más contundente: el 42% se inclinó por Roca y su equipo. En Villa María, el apellido Acastello tampoco alcanzó. Verónica Navarro, esposa del actual intendente y sexta candidata de Provincias Unidas, no logró trasladar al plano nacional el peso político de su marido. La lista naranja apenas obtuvo el 23% de los votos, frente al 42,5% que consiguió La Libertad Avanza. En el departamento General San Martín, la escena fue similar: una fuerza desgastada, un electorado disperso y una nueva corriente que se instaló sin pedir permiso. Más al sur, en Canals, el intendente Edgar Bruno buscó abrirse paso con el Partido País. No ganó, pero obtuvo un logro inesperado: desbancar a Provincias Unidas del segundo puesto. Con un 32,7% frente al 39,5% del espacio libertario, su lista quedó en el medio del podio, con una participación moderada del 60%. Fue una de las pocas localidades donde el voto se mostró menos polarizado, aunque la apuesta violeta volvió a imponerse. En General Roca, el jefe comunal Francisco Iser, del PRO, vivió una derrota propia. La lista en la que figuraba como número tres, encabezada por Oscar Agost Carreño, apenas alcanzó el 8,9% de los votos en su municipio. Allí la sorpresa fue doble: ganó Provincias Unidas con el 38,2%, seguida por La Libertad Avanza (32,7%), mientras que el macrismo quedó relegado de la conversación. Con una participación cercana al 70%, el resultado mostró un electorado activo pero dispuesto a girar la página del pasado. El sur provincial tampoco trajo alivio para el schiarettismo. En Río Cuarto, pese a la continuidad del oficialismo local con Guillermo de Rivas, el exintendente Juan Manuel Llamosas, séptimo en la lista de Provincias Unidas, no logró revertir la tendencia. La Libertad Avanza obtuvo el 46,6% de los votos, sellando la derrota del cordobesismo también en el Imperio del Sur. Algo similar ocurrió en San Francisco, donde Ignacio García Aresca, exintendente y actual diputado que buscaba renovar su banca, vio cómo su territorio se tiñó de violeta. Llamosas y Schiaretti. ¿Y a Roca? Y como si el destino jugara con la ironía, ni siquiera el propio Gonzalo Roca pudo ganar en su propia casa. En San Javier, el dirigente libertario perdió frente a Provincias Unidas, que obtuvo el 43,9% contra el 26% de su espacio. A nivel departamental, sin embargo, la historia se revirtió: La Libertad Avanza se impuso con el 33,4%, apenas por encima del 33,09% del schiarettismo. Fue, en cierto sentido, la postal del fenómeno: una victoria amplia salpicada por matices locales que humanizan la épica del resultado. Así quedó dibujado el nuevo mapa cordobés: irregular, cambiante y cargado de señales que todavía nadie termina de descifrar. Los intendentes, acostumbrados a la cercanía y al voto de confianza de sus vecinos, descubrieron que esta vez el territorio no fue refugio sino campo de prueba.
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