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  • Oro fatuo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 27/10/2025 18:29

    Un hombre pasea por Roma durante la noche. No tiene prisa ni destino. Con los brazos a la espalda, paso a paso, se limita a observar el mundo que le rodea. La caminata le lleva por diferentes calles, que se transforman al oscurecer. En un momento determinado, el hombre pasa frente a un restaurante, y ve a una pareja cenando: él engulle un plato de espaguetis; ella permanece erguida, oculta tras un burka, sin comer nada. Lo cierto es que una prenda que cubre el rostro es un engorro si uno pretende cenar algo. El paseante, sin incurrir en exteriorizaciones, sigue su camino. Se trata de una escena de ‘La gran belleza’, de Sorrentino. Ese tipo de atuendos se estilan en países como Arabia Saudí, donde pronto se disputará la Supercopa de España. Sí, la Supercopa de España se juega en Arabia Saudí, concretamente, desde 2020. No le demos más vueltas: por muchos eufemismos a los que recurran, es una cuestión de dinero (a veces es una pérdida de tiempo preguntar: si las pruebas son concluyentes, qué más da lo que opine el culpable). Allí también se ha celebrado la Six Kings Slam, un torneo de tenis cuyo premio asciende a seis millones de dólares, y que incluye además una raqueta de oro, metáfora nítida de la vacuidad que alberga el oropel del dinero. Se ve que son discretos en cuanto al cuerpo y ostentosos en cuanto a las joyas. En cualquier caso, si lo único importante es el dinero, me parece que han dejado pasar la oportunidad de amasar más todavía. Lo pensé al ver la película: llenan los estadios de gente que paga su entrada, pero no todos compran comida y bebida, porque antes que comerse un perrito caliente con un burka, imagino que preferirán ayunar. No sé qué porcentaje de aficionadas acuden completamente cubiertas, ni si les reparten pajitas o algo similar. Pero no deberían bajar la guardia: ya estaban organizando un partido de LaLiga en Miami, donde las mujeres pueden comer hamburguesas a sus anchas. Además, allí se valora la cantidad, así que seguro que tienen precios de récord. Hay cosas que parecen imposibles hasta que suceden; entonces se comprenden perfectamente. En cuanto a competiciones deportivas, está claro que el ridículo manifiesto no es un obstáculo para el dinero. Aun así, este no es omnipotente, al menos por ahora. El otro día me dijeron que sería un buen negocio trasladar el ambiente flamenco de una peña cordobesa a Madrid. A mí me entró la risa, pero insistieron: «Todo el mundo tiene un precio». No lo discutí ni volví a reírme, pero me quedé tranquilo. Pensarán que los vecinos están contratados. *Escritor

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