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» Diario Cordoba
Fecha: 27/10/2025 18:18
Una voz autorizada en el vestuario, también un nombre que, por norma, suele asociarse a un término concreto: fiabilidad. Y es que la continuidad de Carlos Albarrán en el once del Córdoba CF ha supuesto un importante refuerzo para el bloque defensivo de Iván Ania. El lateral catalán, que sumó su segunda titularidad consecutiva en Albacete, ha vuelto a destaparse como el comodín más fiable para subsanar los problemas de la retaguardia. En la izquierda, de nuevo a pierna cambiada, y con el punto justo de oficio -y experiencia- para dar ese plus de tranquilidad que hacía falta a la zaga… «Es una posición en la que ya la temporada pasada jugué bastante. Al principio te ves más incómodo, pero el hecho de jugar más partidos me ha ayudado», comentaba hace apenas semana y media, después de sellar su regreso frente al Almería en El Arcángel -tras un mes alejado de la dinámica equipo por asuntos personales, falleció su madre- y por primera vez en la 2025-2026 aparecer como dueño del costado zurdo. Y en el Carlos Belmonte volvió a cuajar una actuación sobria, conteniendo a un atacante curtido en la categoría como Antonio Puertas y, por segunda cita consecutiva, supliendo al lesionado Ignasi Vilarrasa. El rompecabezas del lateral Porque la situación del de Badalona gana aún más valor si se repasa el contexto de la plantilla. Irónicamente, el Córdoba se había procurado afrontar el curso en Segunda con una doble opción natural en el lateral izquierdo, algo que no ocurría desde la etapa de Ekaitz Jiménez y Calderón. Sin embargo, las circunstancias han vuelto a dejar ese costado huérfano. La explicación está en la enfermería. Por ahí aparece Ignasi Vilarrasa, llegado este verano procedente del Huesca, que hasta su ausencia por lesión iba entrelazando actuaciones dudosas con esperanzadoras, y que ya suma un par de semanas lejos del grupo por unas molestias en el pubis. Más grave es el caso de Juan María Alcedo, que precisamente había ganado peso y apuntaba a la titularidad -en detrimento del carrilero ex del club oscense-, cuando sufrió una luxación acromioclavicular de tercer grado en la cuarta jornada, ante el Castellón, con fecha de regreso para enero. Ha sido esa concatenación de ausencias lo que ha obligado a Ania a mirar hacia un viejo recurso: Albarrán, el lateral derecho de siempre, como solución de emergencia en el perfil zurdo. Un papel que ya desempeñó con éxito el pasado curso y que hoy vuelve a representar una garantía, pese a los condicionantes extra de esta fase de Liga. Carlos Albarrán, en la acción del 0-1 de Rubén Alves en el Belmonte. / lof Una referencia blanquiverde A sus 31 años, el «21» se ha convertido en un auténtico estandarte dentro del vestuario cordobesista. Elegido como uno de los capitanes de la plantilla, el badalonés es, junto a Carracedo y Carlos Marín, uno de los tres futbolistas que más tiempo llevan ligados al actual proyecto. Su hoja de servicio así lo acredita. En la pasada campaña fue una pieza capital en la salvación temprana del Córdoba CF: disputó 36 encuentros, 33 de ellos como titular, marcó cuatro goles y fue el tercer jugador de campo más utilizado por Ania en toda la temporada. De hecho, en la actual ya suma seis partidos, con 442 minutos y cinco titularidades. Números que confirman que, pese a los contratiempos, Albarrán sigue siendo una figura de confianza en la estructura defensiva blanquiverde, tanto por significado, polivalencia como por aportación.
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