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  • Adiós a la "Política Selfie": Misiones exige gestión, no poses – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 27/10/2025 18:11

    Por Martín Lozina* La política en nuestra provincia, en estos últimos años, pareció reducirse a una galería de Instagram. El clic de la cámara de un celular, capturando la sonrisa estudiada de un funcionario, se convirtió en la unidad de medida del éxito político. Fue la era de la "política selfie", un término que diversos analistas, como el consultor Mario Riorda, ya identificaban hace casi una década (FLACSO, 2014) como la "sustitución del liderazgo político por métodos abrumadores de marketing". Esa era, sostenida en la imagen, la inmediatez del tuit y la pose impostada, ha terminado. Y no terminó por una decisión de la clase dirigente, sino porque la realidad la partió por la mitad. El modelo de la "política selfie" no era sólo estético; es, fundamentalmente, una demostración de soberbia. Se basa en la creencia de que la gestión era un accesorio y que la comunicación era el producto principal. Vemos ministerios enteros y sus funcionarios más preocupados por el posteo en redes que por la resolución de expedientes. Cumbres interminables de funcionarios reuniéndose entre ellos, no para diseñar soluciones, sino para sacarse la foto que demostrara "unidad" o "trabajo en equipo". Mientras tanto, en la economía real, la inflación devoraba salarios y la pobreza se vuelve estructural. La "política selfie" funciona como un filtro de realidad que embellece al emisor, pero ignora por completo al receptor: el vecino. Como señalan diversos análisis, la sociedad ya no tolera esa arrogancia. El crédito de los buenos tiempos de la gestión terminó, y "la gente pide más". El veredicto de las urnas en los últimos años ha sido claro: se castiga la desconexión. El cambio de paradigma que vive la Argentina y Misiones es profundo. No es solo un cambio de nombres o partidos; es un cambio de método. La sociedad ha reemplazado la demanda de relato por la exigencia de resultados. El mandato para la política, sea oficialista u opositora, es simple y contundente: hay que laburar. Esto implica un reordenamiento total de prioridades: Menos foto, más planilla y caminata: el éxito ya no se mide en "likes" o en centímetros de columna en un diario, o participar en tv. Se mide en puntos de inflación que bajan, en mejora de sueldos, en empresas que pueden importar insumos y venderlos, en escuelas con clases y en hospitales con medicamentos. La política debe abandonar el celular y volver a la calculadora y al territorio. Basta de Reuniones para la Foto: La nueva agenda exige que las reuniones dejen de ser con otros funcionarios para la foto o con la militancia. Las reuniones deben ser con la gente, con las pymes asfixiadas, con los sindicatos, con los padres de alumnos, con los jubilados. Deben ser reuniones de trabajo para solucionar los problemas, no eventos de relaciones públicas. Gestión mata arrogancia: Como advierten analistas (Gustavo Córdoba, 2024), la imagen de un gobierno puede desplomarse por un "proceso de sedimentación" de factores, pero el principal es el desempeño económico. La soberbia institucional de creer que se puede gobernar de espaldas a la calle es el camino más rápido al fracaso. La gestión humilde y efectiva es la única vacuna contra el hartazgo social. La "política selfie" debe morir. Es un lujo que Misiones ya no puede pagar. Quienes no entiendan que la era de la pose terminó y que comenzó la era del trabajo, quedarán inevitablemente fuera de foco. *Periodista

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