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  • El terremoto “olvidado” de 1894 en San Juan: historias detrás del sismo más fuerte registrado en territorio argentino

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/10/2025 04:32

    El sismo ocurrió durante la tarde del 27 de octubre de 1894 Cuando se habla de terremotos en San Juan, los argentinos piensan inmediatamente en dos. El primero que viene a la mente es el que ocurrió la noche el 15 de enero de 1944 y no se lo recuerda solo por sus efectos destructivos sino por un hecho que marcó a fuego la historia política del país, porque en uno de los tantos eventos que se realizaron para recaudar fondos para las víctimas se vieron por primera vez Perón y Evita. El segundo, más cercano en el tiempo, es el que arrasó con Caucete la mañana del 23 de noviembre de 1977 y agregó un nuevo hecho devastador, aunque de origen natural, a la destrucción intencional de la vida y la economía del país que estaba perpetrando la última dictadura. Casi nadie conoce, en cambio, la existencia de un tercero, ocurrido el 27 de octubre de 1894 y el de mayor magnitud registrado en el territorio nacional, con epicentro en el noroeste de la provincia y cuyos efectos se extendieron a La Rioja, Catamarca, Córdoba, San Luis y Mendoza. Los sismos de San Juan El sismo de Caucete, una ciudad a 28 kilómetros de la capital sanjuanina, se desató a las 6.23 de la mañana, cuando la mayoría de la población recién despertaba y tuvo una magnitud IX, aunque su costo en vidas y daños económicos fue menor. Hubo 65 muertos, 284 heridos de distinta consideración y dejó sin techo a más de 40.000 personas. La red vial fue enormemente afectada, igual que las redes de riego y drenaje y la infraestructura ferroviaria. Por la licuefacción se produjeron numerosos daños en las líneas de transmisión de energía y las redes de distribución de agua potable. Un sobreviviente del histórico terremoto de San Juan que se produjo en 1944 y provocó la mayor catástrofe de la Argentina con 10.000 muertos (Télam/Archivo General de la Nación) El dictador Jorge Rafael Videla recorrió la zona del desastre tres días después acompañado por el gobernador militar de la provincia, el capitán de navío Vicente Lombardi. Uno de los momentos más tensos de esa visita ocurrió cuando un vecino interpeló al genocida, aislado de la gente por una fuerte custodia, con una pregunta: “¿Puede un argentino hablar con el presidente?”. La incomodidad de Videla fue evidente: se detuvo y atinó a responder con frases huecas. Más tarde, antes de subirse al avión que lo devolvió a Buenos Aires, dio una conferencia de prensa donde prometió toda la ayuda posible para la reconstrucción e instó con su característico tono cuartelero: “Todos los argentinos debemos luchar por el país, aún en momentos de desgracia”. El terremoto de 1944, que se produjo a las 20.52 con una intensidad máxima de IX en la escala de Mercalli modificada, fue el más destructivo de todos: derrumbó el 80% de las construcciones de la ciudad de San Juan y dejó un saldo de 9000 personas fallecidas, algunas de las cuales nunca fueron encontradas. El desastre que dejó a su paso generó una gran movilización nacional, que llevó a la realización de colectas y campañas de solidaridad. Fue en una de ellas, un festival artístico a beneficio de las víctimas realizado en el Luna Park el 22 de enero, que el entonces coronel Juan Domingo Perón conoció a la actriz Eva Duarte. De la cobertura periodística de aquel sismo que también marcó a fuego la historia política argentina quedan las crónicas del periodista Alfredo Varela, que entrevistó a decenas de sobrevivientes. Entre esos artículos se destaca uno donde relata su diálogo con Francisco Carrizo y su esposa, Dolores Campos, los dos de 73 años, a quienes presenta como protagonistas de una inusual experiencia, la de haber sobrevivido no solo a ese terremoto sino a otro ocurrido medio siglo antes, el del 27 de octubre de 1894, el más fuerte ocurrido en el país. La grieta formada en pleno campo de San Juan “Tenemos mucha suerte” En 1894, Dolores y Francisco tenían 23 años y estaba recién casados. “Habíamos esperado mucho para juntar las cosas. Francisco trabajaba en la municipalidad. Tuvimos unos mueblecitos, unas ropitas, un poquito de loza, y nos casamos nomás… Vivíamos en una casita pobre, al lado de la iglesia de Santa Rosa”, le contó Dolores al periodista Varela. -Linda la casita – la interrumpió Francisco -. Sabíamos tenerla muy cuidadita. Los pobres cuidamos mucho nuestras cosas pobres… Hacía poco que nos habíamos casado y ésta ya tiraba para madre… Y vino el terremoto, esa tarde, como a las cuatro… -Yo estaba sola en casa – retomó el relato la mujer -. Estaba arreglando unas ropitas que preparaba para cuando tuviera el hijo. ¡Y fue de repente un sacudón! ¡Yo salí al patio corriendo! ¡Y otro remezón más fuerte! ¡Y otro, y otro! Y la casa se nos vino al suelo. Aquel fue grande también. Cayeron muchas casas y hubo heridos y muertos… -¿Y qué hicieron ustedes de 1894? – les preguntó Varela. -Y nada, ¿qué íbamos a hacer? Nos corrimos al campo y esperamos que pasara todo. Y empezamos de nuevo a juntar poco a poco los mueblecitos, para la topita, para un poco de loza – respondió Dolores. Juan D. Perón, Secretario de Trabajo y Previsión, encabezó la ayuda a la provincia. En la foto, junto a un grupo de actores y actrices, el 29 de enero de 1944 Habían sobrevivido aquella vez y volvieron a hacerlo el 15 de enero de 1944. Para entonces tenían nueve hijos y treinta nietos a los que, cada tanto, Dolores y Francisco les contaban la historia de aquel lejano terremoto, el de 1894. -Ellos no me creían que podía suceder algo así con la tierra, hasta que ahora lo comprobaron con sus propios ojos. Y éste fue todavía peor que el anterior. Yo, desde que lo sentí, me acordé del otro. Otra vez perdimos todo, no salvamos nada, pero ni un nieto he perdido. Están todos sanos… tenemos mucha suerte – terminaba contando Dolores. San Juan, 1894 En el recuerdo de Francisco Carrizo, el terremoto del sábado 27 de octubre de 1894 se produjo a las cuatro de la tarde. Hay menos de media hora de diferencia entre el registro de su memoria y el hecho. La tierra se sacudió exactamente a las 16.25 con una intensidad máxima de IX en la escala primera escala de Mercalli, un sistema de medición de magnitud de sismos creado por el vulcanólogo italiano Giuseppe Mercalli apenas una década antes. El movimiento telúrico duró entre 2 y 3 minutos y se sintió a 500 kilómetros a la redonda del epicentro. Afectó el noroeste de la ciudad de San Juan y causó daños y víctimas en esa provincia y La Rioja. En San Juan los departamentos más dañados fueron Caucete, Valle Fértil e Iglesia, además de Albardón, Angaco y Alto de Sierra. Causó también daños menores en Catamarca, Córdoba, San Luis y Mendoza. En su “Historia de San Juan”, Horacio Videla estima que las víctimas fatales en la provincia fueron 20 y que hubo 15 heridos de gravedad. Otras fuentes calculan 52 muertos en San Juan y 8 en La Rioja. Imagen histórica del sismo ocurrido a fines del siglo XIX Las primeras noticias sobre el sismo llegaron a Buenos Aires recién a las diez de la noche. “Urgente: Una catástrofe cuyas proporciones no es dado precisar aún enluta a la provincia de San Juan. El temblor de tierra que a las 5 de la tarde se sintió en esta capital ha sacudido violentamente el suelo de la citada provincia produciendo el derrumbamiento que dan cuenta las primeras noticias que de allí llegaron sobre el luctuoso suceso que conmoverá ampliamente el sentimiento de toda la República”, decía el cablegrama. Un informe oficial La mañana siguiente el Ministerio del Interior dio a conocer un informe oficial sobre la situación en base a un diálogo entre el director de Obras Públicas de la Nación y un técnico de esa repartición que estaba en la capital sanjuanina. Decía: Director: ¿Hay muchas casas completamente destrozadas? Evans: No, lo que han sufrido más son los techos, en general no hay peligro y las composturas son fáciles. D: ¿Siguen sintiéndose temblores? E: Se sienten algunas veces, pero creo que no hay más peligro porque se han abierto muchas grietas, al lado norte del río, lugares denominados Angaso y Albardón y de las grietas sale mucha agua que es la válvula de seguridad de San Juan. Siguen sintiéndose movimientos en Albardón, situado a 20 kilómetros de la ciudad. D: ¿Las familias vuelven a ocupar las casas? E: Sí, aunque no las piezas. Hay muchos que no han abandonado sus casas habitando en los patios y jardines. D: ¿Qué templos y edificios públicos están totalmente inutilizados? E: La iglesia que más ha sufrido es la de las Mercedes. En cuanto a la catedral ha caído la parte superior de la torre del lado norte. La de San Agustín ha sufrido pocos desperfectos en torres. La iglesia de San Pantaleón se encuentra en mal estado por su pésima construcción. El frente de la capilla de los Dolores está derrumbado y no puede prestar servicios. El Colegio Nacional puede seguir prestando servicios. El Colegio Normal de varones ha sufrido deterioros, pero no hay peligros. La Casa de Gobierno ha sufrido bastante. El frente del teatro se ha caído completamente a la calle. Una casa en el campo sanjuanino destruida por el terremoto Conmoción en La Rioja El terremoto impactó de manera muy fuerte también en La Rioja, donde hubo graves daños materiales y aproximadamente una decena de muertos. La mañana del 28, en un telegrama enviado por el gobernador Guillermo San Román al ministro del Interior de la Nación Manuel Quintana, se daba el primer informe de la situación: “La Rioja 28 – 8.30 a.m. – Oficial. Telegrafío a V. E. sobre las ruinas completas de La Rioja. Ayer a las 4.30 p.m. sintióse un espantoso terremoto que conmovió violentamente la tierra por 26 segundos consecutivos, dando tan violentos sacudimientos que los edificios caían en todas direcciones envueltos en una nube de polvo que cubrió súbitamente por completo el horizonte. “El cuadro era aterrador, los habitantes huían despavoridos por las calles unos, otros al fondo de los sitios buscando la salvación en claros del terreno. Todo era espanto y confusión. Templos, edificios fiscales y de las escuelas, todo, todo señor ministro, ha sufrido desastrosamente, pues lo que no se ha desplomado queda por desplomarse y más como un peligro que como un techo para abrigar a sus dueños. Felizmente las víctimas conocidas hasta estos momentos que principiamos a remover los escombros no pasan de ocho, entre ellas dos hermanas del colegio de esclavas. La hora del terremoto ha evitado millares de víctimas que habrían sucumbido irremediablemente si la catástrofe hubiera sido de noche. Ayer, y hoy mismo la población toda se mantiene al raso en campamentos formados en las plazas y quintas, siendo un verdadero peligro las casas que han logrado mantenerse en pie, pero como decía en completo deterioro. De la campaña principian a llegar noticias también desconsoladoras, parece que todas las poblaciones de la provincia han caído bajo el terrible desastre”, decía. Las crónicas de la época también reproducen un mensaje del gobernador a la población: “La catástrofe acaecida en la tarde del día de ayer donde hemos visto hundirse en escombros, en menos de un minuto, los esfuerzos y los sacrificios de muchos años, lejos de abatirnos debe retemplar el espíritu público para seguir en la lucha por la vida aún contra los desastres y calamidades públicas. Los pueblos como los individuos, cuando llevan un gran corazón, no se abaten ante los golpes del infortunio. Por el contrario, es en esos momentos solemnes de las duras pruebas cuando alzan con más altivez la frente, surgiendo del pedestal mismo de sus mayores desgracias, que fueron, son y serán siempre un lote obligado de las inconstancias de la vida humana”. Pese a que causó muchas menos muertes y daños materiales que los de 1944 y 1977, el terremoto de San Juan del 27 de octubre de 1894 está considerado el de mayor magnitud ocurrido en territorio argentino. Las precarias mediciones que pudieron hacerse en ese momento son imprecisas, pero estudios posteriores confirman esa caracterización. “Fue el más fuerte y tuvo su epicentro en la zona de Rodeo, en Iglesia. Se llega a esa conclusión en base a datos históricos, porque en esa época no existía el instrumental necesario para calcular la liberación de energía durante el sismo”, explicaba el año pasado, al cumplirse el aniversario número 130, la geóloga Irene Pérez, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica.

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