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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/10/2025 04:30
El Gobierno pasa a la ofensiva, a tiro del quórum propio (Foto: LLA) El inesperado resultado electoral dejó a Javier Milei muy cerca del quórum propio. Ni los más optimistas de los funcionarios vaticinaban en la Casa Rosada la contundencia de un triunfo que reubicó al Gobierno a las puertas de ir por las reformas de fondo. El tope se lo había puesto al propio Presidente, cuando confesó que se conformaría con el tercio mágico que le permitiera resistir. Quedó sobrado. A partir de ahora, el Gobierno se asegura un bloque de diputados amplio, a solo un puñado de los 129 necesarios para arrancar una sesión. Quien tiene el quórum maneja la agenda. Con el batacazo de anoche, la Casa Rosada se aseguró 93 legisladores puros de LLA, que sumados a unos 14 más del Pro la habilita a conformar un bloque consistente. Aún quedan en el parlamento espacios vacíos de liderazgo: cerca de unos 10 diputados radicales, otros 7 del resbaladizo bloque de Innovación Federal, habitués aliados de la Casa Rosada, y el puñado de partidos sueltos, provinciales. Una ecuación impensada un mes atrás. A ese número se podría sumar parte de lo que hasta hoy fue el espacio de los gobernadores, un centro político poco calibrado carente de jefes. Quedarán ahora con 12 diputados, muchos de los cuales, aportarán número para Milei. El Gobierno se aseguró un bloque de diputados amplio, a solo un puñado de los 129 necesarios para arrancar una sesión (Jaime Olivos) El fracaso en el estreno de Provincias Unidas es el punto alto a favor de la Casa Rosada. La desintegración del espacio de centro le deja servido al Gobierno el camino al diálogo con los gobernadores, pero ahora a costo cero. Al menos hasta mediados del año próximo, Milei se asegurará cierta calma en los reclamos provinciales. Uno solo de ellos salvó el prestigio, el correntino Gustavo Valdes. Pero festejó encima por poco. Terminó ganando por apenas 1,23% de los votos. La polarización fue total. Con la contundencia de la victoria, el oficialismo arrancará por postergar el debate del Presupuesto 2026 para evitar que la actual composición de las cámaras le juegue una mala pasada. El 10 de diciembre está a la vuelta de la esquina. Y en definitiva, los resultados electorales se terminan de componer en la sesión preparatoria, cuando se arman los bloques e interbloques. El oficialismo se ilusiona con que, para entonces, la cifra de integrantes dispuestos a colaborar sea aún mayor. Cómo mastican los gobernadores y el peronismo su durísima derrota desembocará en cuán rápido o no pueda avanzar el Gobierno con sus leyes. En la previa electoral, la oposición estaba agazapada esperando el tropiezo oficial que le permitiera imponer su propio presupuesto. Incluso, hasta frenaron la seguidilla de derrotas durante estas últimas dos semanas, para no agravar más la débil situación en la que parecía estar el Gobierno. Anoche ya estaban quemando todos los papeles. La polarización que se llevó puesta a buena parte del centro dejó también noqueados a los peronistas que pensaban resistir. No habrá lugar para condicionar con las leyes vetadas. Ahora, la agenda la vuelve a controlar Milei. La agenda la vuelve a controlar Milei En el Senado, el panorama amplifica las chances del Gobierno. De tener apenas 6 lugares en la foto del hemiciclo de la Cámara Alta, ahora pasará a controlar unos 26 legisladores junto al Pro. El tercio y más, si se suma la posibilidad de acuerdo con los 9 senadores que mantendrá el radicalismo y la ayuda que le podrían dar los gobernadores afines. Con esta cosecha, la ilusión de otros tiempos de conseguir los 37 senadores para abrir sesión se parece más a una realidad cercana. Pocas señales del Gabinete El camino que se le allanó al Gobierno en el Congreso no parece traducirse tan cómodamente al interior del Gabinete. Es la batalla inmediata que tiene que resolver Milei. O acaso creerá que el triunfo de por sí ordena la interna. Esa fue la primera impresión que transmitían anoche las usinas libertarias. Difícil que se plasme ese escenario después de la crudeza de los agravios de los últimos meses. Por lo pronto, el Presidente apostó a lo conocido: volvió a poner en el mismo lugar a Karina, su hermana, y a Santiago Caputo, los artífices, dijo otra vez, de su triunfo electoral. Que nadie se crea que alguno está por encima del otro. A ambos los subió al escenario, junto con los principales candidatos. Santiago Caputo y Karina Milei, ambos en el escenario junto a los principales candidatos (REUTERS) La noche electoral dejó, de todas maneras, una clara ganadora: Karina. Su armado territorial terminó por consolidar el espacio libertario en todo el país. Ella fue, junto a Martín Menem, la primera en salir a hablar, ratificando su lugar. Sonreía. A esa hora, poco antes de las 20, los números sólo despertaban asombro entre los libertarios. La tendencia se hizo irreversible cuando pasó adelante Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires. Para entonces, en el centro de cómputos y el búnker libertario se pusieron a revisar los resultados ante la incredulidad que les generaba el resultado. “Por ahora parece que queda todo como está, no habrá definiciones inmediatas”, relata un funcionario sobre el futuro de los ministros. Biladismo. Es probable que en la cabeza de Milei, lo venga, en definitiva, sean solo retoques. La pelea de facciones sigue siendo, de todas maneras, un factor de desorden. No aparece en el horizonte nombre alguno que pueda disipar la interna. “Yo ya propuse, ahora decide Javier”, les comunicó Karina Milei a su equipo, en la previa electoral, intentando llevar calma sobre quién sería el próximo jefe de Gabinete, lugar en el que hasta hace nada iba a recalar su enemigo interno. La secretaria general transmitió a su gente que no estaba dispuesta a quedar bajo las órdenes de Caputo. “Si él es jefe de Gabinete se vería como un claro desbalance interno”, aportan cerca de Karina. Ahí surgió el nombre de Manuel Adorni, que si bien está bajo su ala, puede encarar una convivencia menos confrontativa con el sector de las Fuerzas del Cielo. Es un espacio en el que el portavoz sabe moverse mejor. Las primeras señales del nuevo gabinete muestran una renovada expansión del otro Caputo, Luis. El ministro de Economía colocó ahora al canciller, el ex secretario de Finanzas, Pablo Quirno, un resorte clave en el engranaje de relaciones con Estados Unidos. Ese sector tiene otro punto a favor: haber convencido a Donald Trump de apoyar a la Argentina. ¿Será que fue efectivo el “soy yo o el caos” que propuso el norteamericano para influir en la elección? El encuentro entre Donald Trump y Javier Milei (REUTERS) El fin de la familia ensamblada Algo de eso se preguntaban anoche en el peronismo, sumergido en un mar de reproches. El rechazo al pasado le terminó ganando la pulseada a una situación económica que sigue siendo más que problemática. Para esa visión, si perdía Milei, el escenario podía ser peor. La oferta electoral, además, juega un rol central. Pensar o desinteresarse de la ingeniería electoral cuesta mucho más caro que cualquier otro factor. Una revisión general de números muestra un marcado corrimiento, casi por completo, de los votantes que en la elección de la provincia de Buenos Aires optaron por Hechos y Somos, los dos espacios del centro. Fue más de medio millón de votos que ahora parecen haberse refugiado en su totalidad en los libertarios. Los malos cierres del PJ en las provincias que elegían senadores agravó la situación. En la mayoría de ellas Fuerza Patria terminó dividida. Los nuevos votantes, cerca de un 6% más que el 7 de septiembre, también explican buena parte de la derrota peronista, agravada por la falta de movilización entre los intendentes. Hubo distritos como Avellaneda, La Matanza, Berazategui, San Martín o Pilar, en los que la caída de votos rondó entre los 20.000 a 25.000 por cada uno de esos municipios. La convivencia forzada de la campaña electoral se terminó (REUTERS) Los pases de factura en el peronismo comenzaron desde anoche. El camporismo salió a marcar que Cristina Kirchner tenía razón con aquello de no desdoblar la elección. El axelismo, con la lectura opuesta, refuerza que la nacionalización los iba a llevar a una doble derrota. Hoy se cierra un ciclo. El peronismo dejará de ser una familia ensamblada. La convivencia forzada de la campaña electoral se terminó.
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