26/10/2025 19:21
26/10/2025 19:21
26/10/2025 19:21
26/10/2025 19:20
26/10/2025 19:20
26/10/2025 19:20
26/10/2025 19:20
26/10/2025 19:19
26/10/2025 19:17
26/10/2025 19:16
Parana » AnalisisDigital
Fecha: 26/10/2025 16:45
Se ha transformado casi en deporte nacional, para nuestra heterogénea sociedad, el mirar más allá de nuestras fronteras territoriales y comparar lo que vemos con lo que estamos viviendo; sin olvidar lo que hemos vivido o lo que nos han hecho vivir y, por supuesto, de aquello que anhelamos vivir. El sueño de todo progresista incluye desarrollo, paridad de género, excelencia educativa, cobertura de salud integral, defensa y cuidado del ambiente, pobreza ínfima, indigencia nula, reducida criminalidad, corrupción cero y justicia justa. Lo esencial en Ellos no es el modelo productivo sino la argamasa con la que se construyeron y mantienen sus sociedades, más allá de las virtudes y defectos de sus integrantes. Ellos obtienen los más altos niveles de equidad e inclusión, a partir de un sólido capital social que está compuesto por responsabilidad ciudadana, ética del trabajo y confianza recíproca. Ellos no cierran sus propiedades bajo siete llaves, la palabra dada tiene más valor que la que se plasma en un papel y la docencia es la profesión más respetada. Ellos practican el comercio sin controles físicos y pagan sus impuestos sin quejarse porque el Estado, cualquiera sea el gobernante, devuelve lo que cobra en más y mejores prestaciones, servicios y bienes públicos. Ellos no tienen sindicalistas mafiosos ni políticos corruptos ni empresarios prebendarios, ni policías narcos, ni jueces adictos al poder de turno, todos enriquecidos a costa del esfuerzo ajeno. No existen los barra-bravas ni punteros que negocian con las necesidades y miserias de los demás. No hay acampes, redoblantes ni piquetes. Si los hay, se bancan las consecuencias por generar “desorden público”. No conocen de choriplanes ni de transportes pagos con el dinero de todos para movilizar multitudes ignorantes, marginadas y dependientes, arrastradas por dádivas insuficientes, desconociendo las motivaciones de “interés público” por las que marchan. Ellos no tienen el Estado cooptado por militantes ni sus empresas son utilizadas para hacer negociados con amigos y parientes. Su Diccionario no contiene los vocablos “coima”, “retorno” o “soborno”. Ellos no distorsionan las estadísticas ni desvían recursos de la seguridad social a cuentas personales “off shore”. No se otorgan pensiones ni jubilaciones de privilegio. No hacen excepciones. Menos aún con la aviesa intención de captar voluntades con el único fin de perpetuarse en el poder. Los docentes de Ellos no interrumpen los procesos educativos intempestivamente para reclamar incrementos salariales, ni abusan de pedidos de licencia por causales falsas o banales. Ellos no poseen sindicatos para vaciar sus “cajas” a fin de corromper voluntades ni sus jerarcas reciben devoluciones de favores de las obras sociales que crearon “ad hoc” y administran sus parientes directos. Ni siquiera poseen una obra social con marca propia. Tampoco contratan servicios de empresas familiares o de testaferros. Menos aún poseen monopolios de personería gremial ni incentivan los bloqueos a empresas ni usurpan propiedad privada con el único fin de la “transa”. Para ellos el ausentismo patológico es desconocido. Ellos, en materia de seguridad laboral, han adoptado políticas de flexiseguridad como forma de alentar la empleabilidad, combinando flexibilidad laboral con seguridad social. Dedican ingentes recursos para cubrir el desempleo y la reinserción laboral con programas de capacitación, que se adaptan dinámicamente según las demandas del momento. Colaboran en la búsqueda de oportunidades para que todos vuelvan lo más rápidamente posible a integrar el mundo del trabajo, previa actualización de competencias adecuadas a la demanda del momento. Ellos no multiplican las barreras proteccionistas ni los privilegios sectoriales. Son competitivos por naturaleza, sobre la base de invertir en función de sus ventajas comparativas e incentivos tributarios. Abiertos al comercio global mejoran su propia competitividad por necesidad intrínseca. Para Ellos no existen regulaciones opresivas y nadie se enriquece logrando un régimen especial, a medida; ni explotando mercados cautivos por connivencia con el poder de turno. Tampoco explotan los nichos exclusivos como proveedores del Estado, ni reciben, en ningún caso, preferencias crediticias con tasas excepcionales por parte de la banca oficial. Ellos no permiten municipios que inventan y multiplican, cuando los urge un gasto desmadrado, nuevos tributos con valores arbitrarios, ni exigen trámites administrativos innecesarios e insustanciales con el único fin de extorsionar a los comerciantes. Nunca han pronunciado el vocablo “moratoria”. Ellos poseen empleo registrado y regular, no evaden y aportan al estado lo que ha sido fijado por Ley. Sin alteraciones, chicanas ni acuerdo bajo la mesa. No hay hijos ni entenados. No existe la industria del juicio laboral. Ellos han decidido dirigir los destinos de su comunidad organizada con personas seleccionadas por su probidad, conocimientos adquiridos y experiencia vivida, pero sin inmunidad. No poseen secretarios ni asesores rentados. Tampoco usan autos oficiales ni cambian por dinero pasajes de avión. No cobran por desarraigo ni por horas extras, ni distribuyen discrecionalmente recursos de los contribuyentes en forma de pensiones graciables. No integran listas sábanas y al culminar su mandato regresan al llano de su actividad laboral cotidiana. Ellos, en materia de salud han desarrollado un sistema de cobertura universal con prestaciones médicas envidiables, sostenido con elevada y permanente inversión pública. Cumplen con un sistema de copagos para que la demanda de los servicios asistenciales se regule con algo de esfuerzo propio. Los medicamentos no se entregan graciosa ni gratuitamente. Si bien algunos tienen subsidios del Estado, la mayoría de las prestaciones debe pagarse con el producido por su propio sacrificio. ¿Nosotros? Debemos transitar un largo y arduo camino de esfuerzo individual y colectivo, de reconstrucción moral, de ética, de justicia objetiva y de afirmación de los valores que nos legaron quienes nos precedieron, por estos lares, en el camino de la vida. Ellos son el arquetipo del mundo que anhelamos ser. ¿Y Nosotros? … “Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y los pueblos fuertes sólo precisan saber a dónde van” – JOSE INGENIEROS (1877 – 1925) Sergio Dellepiane (*) Docente
Ver noticia original