25/10/2025 19:22
25/10/2025 19:21
25/10/2025 19:20
25/10/2025 19:19
25/10/2025 19:16
25/10/2025 19:15
25/10/2025 19:15
25/10/2025 19:15
25/10/2025 19:12
25/10/2025 19:12
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/10/2025 08:44
El Triángulo de las Bermudas, ubicado entre Miami, Bermudas y Puerto Rico, es famoso por desapariciones inexplicables de barcos y aviones (Ubicación aproximada del Triángulo de las Bermudas) En el Atlántico Norte, una región delimitada por Miami, las islas Bermudas y Puerto Rico se ha consolidado como uno de los mayores enigmas modernos. El Triángulo de las Bermudas es escenario de desapariciones inexplicables de barcos y aviones, relatos de fenómenos extraños y teorías que van desde lo sobrenatural hasta lo científico. Desde los registros de Cristóbal Colón hasta la trágica desaparición del Vuelo 19, el magnetismo de esta zona cautiva a exploradores, investigadores y al público, alimentando una leyenda que desafía la razón y los avances de la ciencia. Los primeros signos: entre exploradores y navegantes Los orígenes de la leyenda se remontan a los tiempos de la exploración europea. Cuando Cristóbal Colón cruzó este sector del Atlántico en su travesía hacia América, reportó extrañas lecturas en la brújula y fenómenos luminosos inexplicables en la superficie del mar. A lo largo de los siglos siguientes, marineros y comerciantes transmitieron historias de barcos desaparecidos sin dejar rastro, tormentas inesperadas y comportamientos erráticos de los instrumentos de navegación. Sin embargo, recién en 1964 el mito obtuvo su nombre definitivo: el escritor Vincent Gaddis utilizó por primera vez el término “Triángulo de las Bermudas” en un artículo para la revista Argosy. Inspirado en casos recientes y antiguos, Gaddis sentó las bases para la popularización de una narrativa misteriosa que se instalaría con fuerza en la cultura popular. Desapariciones emblemáticas: el caso del Vuelo 19 El caso del Vuelo 19 en 1945, con la desaparición de cinco aviones y un equipo de rescate, consolidó la leyenda del Triángulo de las Bermudas Si bien la zona acumulaba numerosas desapariciones, el gran salto a la fama del Triángulo de las Bermudas llegó con el caso del Vuelo 19, ocurrido el 5 de diciembre de 1945. Aquella tarde, cinco bombarderos TBM Avenger de la Marina de Estados Unidos, con 14 tripulantes, partieron de la base de Fort Lauderdale en una misión de entrenamiento rutinaria. Al mando del teniente Charles Taylor, los aviones pronto comenzaron a experimentar problemas de navegación. Taylor reportó: “Mis brújulas no funcionan”. La situación se tornó caótica y la tripulación se desorientó, alejándose cada vez más de la costa. La desesperación creció en las comunicaciones: “No sabemos dónde estamos… todo es... no podemos distinguir nada. Creemos estar alrededor de 225 millas al noreste de la base”. Finalmente, no pudieron retomar el rumbo y todos desaparecieron en el Atlántico, acompañados por el silencio radial. Un avión PBM Mariner, enviado en misión de rescate, desapareció con 13 tripulantes a bordo tras una explosión observada desde un barco cercano. La búsqueda, que movilizó numerosos recursos aéreos y navales, no arrojó resultados. El informe oficial atribuyó el desastre a un error del piloto, pero ante reclamos familiares, la Marina lo modificó a “causas o razones desconocidas”, lo que abonó aún más la leyenda. El episodio quedó grabado como el misterio más icónico de la región. Teorías y explicaciones científicas Cristóbal Colón reportó anomalías en la brújula y luces extrañas en la zona del Triángulo de las Bermudas durante su travesía A medida que la fama del Triángulo de las Bermudas creció en los medios y la literatura, surgieron múltiples teorías para explicar las desapariciones. Se popularizaron historias sobre monstruos marinos, calamares gigantes y abducciones extraterrestres. Se le atribuyó la existencia de portales a otras dimensiones, energías desconocidas y fenómenos inexplicables. El cine y la televisión expandieron el mito, haciendo habitual el relato de desapariciones fulminantes, brújulas enloquecidas y radios silenciadas. No faltaron referencias a la Atlántida o la intervención de civilizaciones desconocidas. Frente a estas explicaciones fantásticas, los análisis científicos buscaron respuestas en la realidad natural y humana. El Triángulo de las Bermudas se caracteriza por sus profundidades extremas, como la Fosa de Puerto Rico, y sus fuertes corrientes, que pueden dificultar las labores de rescate. Además, es una de las dos zonas del planeta donde coincide el norte magnético y el norte geográfico, lo que puede confundir a los sistemas de navegación. Los meteorólogos advierten sobre olas inesperadamente altas, generadas por la Corriente del Golfo, y tormentas repentinas. “Si se dan las condiciones atmosféricas adecuadas, pueden producirse olas de una altura inesperada”, explicó Dave Feit de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). El término 'Triángulo de las Bermudas' fue popularizado en 1964 por el escritor Vincent Gaddis en la revista Argosy El atractivo del mito: cultura, miedo y fascinación A pesar de los esfuerzos científicos y la búsqueda de explicaciones racionales, el mito nunca perdió vigor. El Triángulo de las Bermudas se instaló en el imaginario colectivo como un símbolo de la lucha entre la razón y lo desconocido. El atractivo radica en coexistir con lo inexplicable, en la posibilidad de que una fuerza imprevisible habite en sus aguas. Libros, documentales y películas jamás perdieron interés en la región. Cada nuevo caso, aún los explicados por causas naturales, revive el misterio y dispara la imaginación del público. La narrativa de barcos y aviones que desaparecen mantiene vivo el suspense, y aún las aclaraciones más sólidas dejan un margen para la duda. El Triángulo de las Bermudas persiste así como una de las leyendas contemporáneas más robustas. La combinación de accidentes reales, el desafío a la lógica y el magnetismo de lo inexplicado siguen nutriendo la fascinación global. En última instancia, el Triángulo de las Bermudas encapsula el deseo humano de explorar los límites del conocimiento, recordando que, en pleno siglo XXI, aún existen misterios capaces de desafiar la certeza y alimentar la leyenda.
Ver noticia original