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Concordia » El Heraldo
Fecha: 25/10/2025 00:40
1 / 2 Si bien la competencia se define por el voto directo para la renovación parcial del Congreso (Cámaras de Diputados y Senadores), la pregunta fundamental sobre “quién ganó” nunca se responde con un único número. En Argentina, especialmente en las elecciones de medio término, el análisis es un ejercicio de equilibrios entre la aritmética electoral, la representación federal y, sobre todo, la interpretación política que define la gobernabilidad. La lectura del resultado para el oficialismo se centra en dos objetivos pragmáticos: Evitar el Bloqueo Opositor: Para un gobierno que llegó al poder con una minoría legislativa mínima, como la de Javier Milei, una actuación que oscila entre el 30% y el 35% de los votos a nivel nacional es más que una “elección más o menos”. Este caudal de votos se traduciría en un número suficiente de bancas para elevar significativamente la representación de su fuerza (La Libertad Avanza) en ambas cámaras, pero no para conseguir el 1/3 de los miembros de las cámaras. Frenar Veto y Leyes Impuestas: El principal logro de esta mayor representación no es necesariamente la capacidad de sacar leyes propias (para lo cual el gobierno seguiría dependiendo de alianzas con otras fuerzas), sino la capacidad de frenar el rechazo de vetos presidenciales y, crucialmente, de impedir que la oposición imponga leyes en contra del programa oficialista. Para mantener el gobierno su capacidad de veto, necesita asegurar un bloque de 1/3 (o un número cercano a 86 Diputados), el gobierno (o su coalición) generalmente necesita obtener un porcentaje de votos a nivel nacional que se sitúe entre el 35% y el 40%, o de manera crítica, ganar por amplios márgenes en las provincias con mayor número de bancas (como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe). La oposición necesita mayorías especiales para estas maniobras, y cada nuevo legislador oficialista funciona como un “tapón legislativo” que asegura que el gobierno no se vuelva completamente ingobernable. Ads El Voto como Termómetro: La Complejidad de los Porcentajes El consenso periodístico opera con reglas no escritas que determinan el “humor social” post-escrutinio: Derrota Clara: Menos del 30% del voto nacional. Sugiere un rechazo contundente al ajuste ya las reformas, abriendo una crisis política. Resistencia/Logro Estratégico: Entre el 30% y 35% . Se interpreta como el mantenimiento de un piso de apoyo y el éxito en la negociación legislativa (el punto clave antes mencionado). Triunfo/Respaldo: Más del 35% . Se interpreta como un fuerte aval a la gestión y una base sólida para el segundo tramo del mandato. La Geografía Electoral: el peso irrefutable de la PBA La provincia de Buenos Aires impone su ley: el distrito bonaerense se concentra cerca del 40% del padrón nacional. Una derrota abultada en PBA, aun compensada por provincias pequeñas, siempre impactará negativamente en la narrativa del oficialismo. La victoria o derrota en este distrito es el principal titular, y una diferencia amplia a favor del principal frente opositor (como puede ser Fuerza Patria o el peronismo en sus diversas versiones) será utilizada para cuestionar la legitimidad popular del rumbo económico. Ads La Cautela Histórica: el ejemplo de 2017 La historia reciente obliga a mirar los resultados con extrema prudencia ya entender que la victoria electoral no garantiza la estabilidad. En las Elecciones Intermedias se observa un patrón de victorias que no necesariamente se traducen en gobernabilidad sostenida. En 2021 , el Frente de Todos (FdT), el Gobierno de Turno, obtuvo un 33,6% de los Votos Nacionales. El contexto político posterior a este resultado fue la pérdida del quórum propio del gobierno en el Senado y la apertura de una fuerte partidaria interna. El caso de 2017 es particularmente ilustrativo. Cambiemos, el Gobierno de Turno, logró un 41,2% de los Votos Nacionales , lo que se interpretó como un triunfo récord. Sin embargo, a los cuatro meses de esta victoria, el gobierno se vio forzado a recurrir al FMI, iniciando una espiral de crisis económica. En 2023 , el Frente para la Victoria (FpV), el Gobierno de Turno, alcanzó el 33,1% de los votos . Este resultado se interpretó como un freno a la gestión y confirmó el fin de la posibilidad de la re-reelección. El caso de Mauricio Macri en 2017 es el ejemplo más cercano de que una victoria electoral amplia (41,2%) puede ser un “triunfo pírrico”. La euforia del respaldo en las urnas dio la fuerza política al gobierno para acelerar reformas (como la previsional), pero no blindó a la economía de la corrida cambiaria y la deuda. A los pocos meses, el gobierno estalló. ¿Por qué tienen relevancia las elecciones intermedias? Funcionan como termómetro del desempeño del gobierno actual. Si el oficialismo mantiene o amplía su fuerza parlamentaria, será señal de respaldo; si pierde terreno, será una advertencia. A su vez, determina la capacidad del gobierno para aprobar leyes, impulsar reformas y gobernar con mayor o menor margen político. Por ejemplo, se menciona que estas elecciones definirán la agenda de Milei y su viabilidad. También tienen impacto en la economía y estabilidad institucional: el resultado puede afectar la confianza de los mercados, inversiones, acuerdos internacionales. Y ejercen Influencia sobre el escenario político rumbo a futuras elecciones presidenciales y sobre cómo se reorganizan los bloques políticos en el Congreso. En resumen: no se está eligiendo al presidente, pero sí se define qué fuerza tendrá el gobierno para gobernar y cómo está valorado por la ciudadanía. Es una especie de referéndum indirecto sobre la gestión. Ads Conclusión: Ratificación, pero sin Check en Blanco Las elecciones de este domingo tienen una importancia innegable: ratificar o no el apoyo a la dirección del gobierno de Milei . Sin embargo, la nota debe ser de cautela. El umbral electoral en las elecciones legislativas se define por dos objetivos claves y contrapuestos: la capacidad de gobernanza para el oficialismo y la capacidad de fiscalización para la oposición. Para el Gobierno de Turno, un resultado electoral considerado “bueno” se centra en asegurar, al menos, más de un tercio (1/3) de los votos de los miembros presentes en cualquiera de las Cámaras (Diputados o Senadores), y de esta manera sostener el veto presidencial. Para la oposición, un resultado exitoso no se mide necesariamente en un aumento masivo de bancas, sino en mantener la cantidad de legisladores actuales (o minimizando sus pérdidas) y, de ser posible, incrementar su número para acercarse o superar la mayoría de dos tercios (2/3) junto a otros bloques. Esto les permitiría, no solo rechazar efectivamente los vetos presidenciales, sino también tener la capacidad de impulsar reformas constitucionales o promover juicios políticos, maximizando su rol de control y fiscalización del poder ejecutivo En síntesis, el tercio es la frontera crítica del poder legislativo en Argentina: el oficialismo busca asegurarlo para protegerse, y la oposición busca debilitarlo para avanzar. Pero el historial de 2017 demuestra que la victoria en las urnas es efímera: el resultado de esta elección no es un check en blanco, sino el capital político que el gobierno deberá gastar con inteligencia para navegar la crítica situación económica que definirá su destino en los próximos dos años.
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