24/10/2025 17:42
24/10/2025 17:41
24/10/2025 17:41
24/10/2025 17:41
24/10/2025 17:41
24/10/2025 17:40
24/10/2025 17:40
24/10/2025 17:39
24/10/2025 17:39
24/10/2025 17:39
» Diario Cordoba
Fecha: 24/10/2025 08:56
¿Son los parques acuáticos lugares para divertirse junto a delfines y orcas o, por el contrario, son sencillamente cárceles de animales, donde viven en condiciones de sufrimiento durante toda su vida? Un informe elaborado sobre las instalaciones existentes en España desvela que nuestro país es el que más parques acuáticos con animales tiene de toda Europa. Un total de ocho delfinarios albergan a 75 delfines mulares, cuatro orcas y cuatro belugas que deben esforzarse en ofrecer espectáculos diarios para entretener a los miles de turistas que los visitan. Según la Fundación FAADA, autora del informe ‘Tras el cristal’, estos lugares no garantizan su bienestar ni cumplen con los objetivos educativos y de conservación que exige la ley. La constante presencia humana les causa estrés y sufrimiento, afirma el informe / Agencias La investigación, realizada entre 2023 y 2025, revela que los animales son obligados a realizar saltos, saludos y piruetas acompañadas de música que puede superar los 80 decibelios. Todo ello, al contrario de lo que pueda parecer, no les divierte, sino que les causa estrés y malestar. Prohibidos animales en circos, pero no en delfinarios Se da la circunstancia de que España prohibió el uso de animales salvajes en circos en 2023, pero los parques marinos quedaron excluidos de la norma, de forma incomprensible para los colectivos animalistas y numerosos expertos. De hecho, para FAADA, estos lugares son en realidad verdaderos circos acuáticos que priorizan el negocio por encima del respeto animal, aunque proclamen su vocación educativa de cara al público. El informe detalla, uno a uno, las características de cada parque acuático de España. En general, las instalaciones no reúnen los requisitos para que los animales que acogen puedan disfrutar de un mínimo bienestar. Número de delfinarios en Europa / FAADA Algunas piscinas miden apenas 5 metros de profundidad y 28 de largo. Hay que tener en cuenta que, en condiciones de libertad, un delfín puede recorrer más de 100 kilómetros al día, mientras que una orca llega a desplazarse hasta 150. Es decir, son animales acostumbrados a contar con amplios espacios para moverse. Daños físicos y psíquicos Por tanto, añade FAADA, el hecho de vivir en espacios tan pequeños equivale a habitar en una celda. Debido a ello, sufren estrés, frustración y evidencian comportamientos repetitivos conocidos como estereotipias. Se trata de esos movimientos circulares constantes que son síntomas evidentes de sufrimiento mental. La falta de estímulos, el ruido y la imposibilidad de huir del contacto humano provocan ansiedad y depresión. Muchos ejemplares presentan pérdida de apetito, heridas en la piel o infecciones por el cloro y la luz artificial. “A esta privación física se suma un impacto emocional y cognitivo profundo. Los delfines, capaces de recordar eventos pasados, anticipar los futuros y reconocerse a sí mismos frente a un espejo, ven su mundo reducido a una rutina impuesta”, señala el estudio. Una orca en un parque acuático / Agencias De entre los animales que suelen vivir en estos acuarios, las orcas y las belugas son especialmente vulnerables, pues al estar costumbradas a aguas profundas y frías, su fisiología se altera cuando se ven obligadas a vivir de forma prolongada en piscinas pequeñas y cálidas. Por ejemplo, su audición sensible sufre daños por la música constante, y su sistema inmunológico se debilita. En cautiverio, también pierden su estructura social natural. Los delfines viven en grupos cooperativos, con roles definidos, pero en los parques son separados o mezclados de forma arbitraria. Esto genera agresividad, aislamiento y pérdida de vínculos familiares. Viven la mitad de tiempo en cautividad Como consecuencia de todo ello, su esperanza de vida se reduce drásticamente. En el mar pueden vivir entre 40 y 50 años, mientras que en cautiverio a a menudo no alcanzan los 20. El informe destaca que los delfinarios afirman promover la conservación, pero los shows apenas dedican un 16% del tiempo a contenido educativo. Lo demás son saltos, aplausos y coreografías. La imagen de los entrenadores “jugando” con los animales refuerza una falsa idea de felicidad y complicidad. Pero muchos de estos entrenadores han declarado a documentales como el mítico 'Blackfish' (2013) la verdadera realidad de la vida en cautiverio de los animales que cuidan. España es el país de Europa que más instalaciones de este tipo tiene activas. Catorce países europeos ya no tienen delfinarios, y Francia prohibirá los espectáculos con cetáceos a partir de 2026. En cambio, España sigue autorizando su reproducción y la apertura de nuevos recintos, puesto que la ley sigue permitiéndolos. FAADA y la activista Olivia Mandle proponen reemplazar los shows por exhibiciones educativas sin contacto directo ni acrobacias. También impulsan la creación de santuarios marinos donde los cetáceos puedan vivir en un entorno más natural y tranquilo.
Ver noticia original