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Concordia » Hora Digital
Fecha: 23/10/2025 00:11
Más de 700 expertos y personalidades de distintos ámbitos solicitaron detener el avance de la superinteligencia artificial hasta garantizar su seguridad y control total. Más de 700 científicos, personalidades reconocidas y políticos firmaron este miércoles un comunicado en el que reclaman la suspensión del desarrollo de una superinteligencia artificial que podría superar las capacidades humanas y representar un riesgo para la supervivencia de la humanidad. El documento fue elaborado por el Future of Life Institute, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que se dedica a identificar y alertar sobre avances tecnológicos que podrían perjudicar a la sociedad. En el comunicado, el Future of Life Institute expresó: “hacemos un llamamiento para que se detenga el desarrollo de una superinteligencia, hasta que no exista un consenso científico para construirla de forma controlada y segura, y mientras no exista el apoyo de la población”. Max Tegmark, presidente de la organización, calificó como “inaceptable” la construcción de este tipo de inteligencia y señaló que las empresas involucradas no deberían avanzar sin un marco regulatorio adecuado. Además, aclaró que “se puede estar a favor de la creación de herramientas de inteligencia artificial más potentes, por ejemplo, para curar el cáncer, y al mismo tiempo estar en contra de la superinteligencia”. Entre los firmantes se encuentran destacados científicos que continúan desarrollando otras formas de inteligencia artificial menos riesgosas, como Geoffrey Hinton, premio Nobel de Física 2024; Stuart Russell, profesor de informática en la Universidad de California; y Yoshua Bengio, profesor en la Universidad de Montreal. Hinton advirtió sobre “riesgos significativos” y sostuvo que los sistemas de superinteligencia deben ser diseñados para ser “incapaces de dañar a las personas, ya sea por desalineación o uso malicioso”. Por su parte, Russell describió la carta como “una propuesta para exigir medidas de seguridad adecuadas para una tecnología que, según sus desarrolladores, tiene una probabilidad significativa de causar la extinción humana”. El comunicado también contó con el respaldo de figuras destacadas del mundo tecnológico, como Richard Branson, fundador del grupo Virgin, y Steve Wozniak, cofundador de Apple. Asimismo, participaron políticos estadounidenses de ambos partidos, entre ellos Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, y Susan Rice, exconsejera de seguridad nacional durante la administración de Barack Obama. Paolo Benanti, asesor del Papa León XIV y autor de advertencias sobre los peligros de la inteligencia artificial, se sumó al pedido, al igual que el cantante estadounidense Will.i.am y el Príncipe Enrique de Sussex junto a su esposa, Meghan Markle. En contraste, Sam Altman, director general de OpenAI, empresa creadora de ChatGPT, había señalado en septiembre pasado que el nivel deseado de superinteligencia podría alcanzarse dentro de cinco años. La ausencia de Altman, así como la de Mustafa Suleyman, responsable de la inteligencia artificial en Microsoft, y Elon Musk, involucrado en su proyecto xAI de SpaceX, fue interpretada como una respuesta desde Silicon Valley que refleja el interés en continuar con el desarrollo de la superinteligencia. A pesar de que los avances en inteligencia artificial son valorados por sus múltiples aplicaciones, persisten preocupaciones sobre su alcance y posible falta de control. En Estados Unidos, la mayoría de la población demanda una regulación estricta de esta tecnología. Dos de cada tres estadounidenses opinan que no debería diseñarse una superinteligencia hasta que se demuestre que no representa un peligro para la sociedad. En este contexto, la carta firmada por expertos y desarrolladores de IA solicita que la seguridad del proyecto sea demostrable, que su funcionamiento sea completamente controlable y que cuente con un amplio respaldo público para continuar su desarrollo, condiciones que actualmente no se cumplen. Entre las preocupaciones actuales relacionadas con la inteligencia artificial se encuentran la rápida propagación de desinformación y el agravamiento de las crisis de salud mental, problemas que ya afectan a las sociedades en las que conviven con esta tecnología.
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