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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/10/2025 04:36
El legislador radical y titular de la comisión de Minería, Energía y Combustibles de la Cámara alta, el catamarqueño Flavio Fama (Prensa Senado) Pasó desapercibido en el Senado, pero un plenario de comisiones realizado la semana pasada describió a la perfección la guerra subterránea que transitan provincias agrícolas versus petroleras por el futuro de los biocombustibles -etanol y biodiesel-, con legisladores que agitan proyectos para elevar los cortes y otros que ya muestran sus armas para frenar los cambios en cuestión, mientras que el Gobierno libertario sugirió una tregua hasta 2027. La reunión más importante ocurrió el miércoles último, en el cónclave conjunto de las comisiones de Energía; y de Presupuesto de la Cámara alta, comandadas por el radical Flavio Fama (Catamarca) y el oficialista Ezequiel Atauche (Jujuy), respectivamente. Después de invitados que sólo consiguieron confirmar los prejuicios de los presentes, disertó el subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Federico Veller. El funcionario explicó, según consta en la versión taquigráfica: “Los proyectos que se están discutiendo hoy aquí proponen incrementos de corte de hasta el 15 o 18%, dependiendo del proyecto que se trate, y la aplicación de mecanismos de determinación de precios con referencia a paridad e importación”. Segundos después y, sobre el último punto, detalló: “En condiciones de paridad e importación, el precio del biodiesel, por ejemplo, es hasta 2,2 veces más caro que su alternativa fósil, sin tomar en cuenta el poder calorífico. Estoy hablando de precio contra precio. El resultado de la propuesta, por ejemplo, de llevarlo al 18% significaría, en el caso del biodiesel, un incremento de hasta 10% en el precio del surtidor de manera inmediata, y este incremento de precio en el surtidor tendría correlato directo en el encarecimiento de la logística del transporte de bienes de consumo e industriales. Es decir, afecta a toda la economía. A su vez, el incremento de corte propuesto genera un impacto directo en la recaudación fiscal”. Biodiesel en una planta en la ciudad de San Lorenzo, Santa Fe (Archivo Reuters) Veller advirtió: “Para tener otra referencia, en cinco años, la propuesta del 18%, por tomar un ejemplo, equivale a un impacto superior en las cuentas públicas del Estado Nacional de USD 4.000 millones de dólares para ambos biocombustibles”. En esta línea, añadió: “La forma en que está concebido el proyecto actual genera ciertos, vamos a llamarlos, ‘privilegios’ -vamos a evitar la palabra ‘protección’- prácticamente a perpetuidad de acuerdo con el texto actual, imposibilitando la posibilidad de fomentar la eficiencia, la innovación y la libertad de mercado en esta industria de los biocombustibles”. El funcionario remató: “Por consiguiente, estaríamos diciendo que luego de 20 años de promoción o de existencia de esta industria, vamos a continuar, por ejemplo, otros dieciocho años asegurando que la producción sea exclusivamente de producción nacional, tanto de las materias primas como de los productos, por dar un ejemplo”. Tras resaltar la importancia en cuanto a “certidumbre” y “planificación” para “poder decir que, a partir de cierto momento, va a ser tal el corte”, Veller deslizó: “Entendemos que ese momento, un momento posible, podría ser 2027, incrementando el corte de etanol de un 12% actual a un 15% y de un 7,5% actual del biodiesel a un 10%. ¿Por qué 2027 y no ahora? Bueno, ustedes saben que la piedra angular muy importante de esta Administración es el equilibrio fiscal. Por eso, tratamos de minimizar cualquier impacto que pueda haber en el cortísimo plazo hasta tanto las principales variables macroeconómicas se estabilicen. También, nos gustaría -y creemos sumamente importante- generar una transición gradual hacia un mercado libre de biocombustibles. Y proponemos seis años para esa adecuación. No queremos hacerlo libre de la noche a la mañana”. Sorprendió el final de su discurso de presentación. “Todos tienen necesidades diferentes que no están contempladas acá, pero precisamente eso es el consenso: buscar esa posición de incomodidad que hace las cosas posibles para el conjunto”, alentó el representante de la Casa Rosada. Antes que él, los peronistas disidentes Juan Carlos Romero (Salta) y Alejandra Vigo (Córdoba); la integrante del Frente de Todos Carolina Moisés (Jujuy) y una radical habían activado críticas contra algunos detractores enviados, de manera específica, para enterrar el asunto en la Cámara alta. Una respuesta válida a Veller apareció, incluso sin ser una experta en biocombustibles, a través de la porteña y legisladora electa Guadalupe Tagliaferri. “Usted hizo una enorme referencia al compromiso y la vocación de consenso como representante del Gobierno, que no cree en leyes que salgan sin consenso porque, después, no se aplican. Bueno, no es un buen representante del Gobierno, porque no es lo que piensa el Gobierno. Entonces, también hay una cierta preocupación o resquemor de algunos senadores en esta vocación que usted manifiesta -que estoy convencida de que en el caso suyo es genuina-, de que, quizás, nos encontremos en una discusión sobre el consenso, la coma, el artículo, y que, en realidad, eso esconda ninguna voluntad de avanzar con algo”. Fue la sensación que se llevaron quienes alientan las iniciativas a favor de mayores cortes en biocombustibles. Mientras tanto, los distritos petroleros guardan algunas cartas y se preparan, post elecciones, para salir “a la cancha”.
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