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Parana » Inventario22
Fecha: 20/10/2025 09:05
China desplazó a Estados Unidos como la "locomotora" económica global Diversos analistas coinciden en un cambio en el peso global de Washington y plantean que el mundo actual gira alrededor de Beijing Fecha/Hora: 20/10/2025 08:23 Cód. 108777 Tiempo de lectura: 5.27 minutos. La economía global ya ingresó en una nueva etapa, con China como principal potencia económica y con Estados Unidos prácticamente sin posibilidades de recuperar el lugar hegemónico que supo detentar desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Varios expertos coinciden en esta apreciación, que fue rubricada recientemente por Paul Krugman, uno de los analistas más influyentes del pensamiento keynesiano moderno. "China ya superó a Estados Unidos en poder económico real y no volverá a alcanzarla", afirmó el premio Nobel de Economía al destacar que el indicador más claro del cambio de ciclo es la generación de electricidad, un parámetro estrechamente vinculado con la capacidad productiva de un país. Mientras que China genera más del doble de energía que Estados Unidos, su Producto Bruto Interno (PBI) en paridad de poder adquisitivo (PPA) ya supera los USD40 billones, frente a los USD30 billones estadounidenses. Pero el diagnóstico de Krugman no se limita a una comparación de números sino que representa una lectura estructural del poder económico mundial. En términos de PPA, la economía china significa el 20% del PBI global, mientras que Estados Unidos apenas alcanza el 14%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que la brecha no solamente se amplió, sino que además proyecta un crecimiento sostenido a favor de China durante las próximas décadas. De la Guerra Fría al "Sputnik inverso" Krugman establece un paralelismo con la Guerra Fría. En la década del 50, tras el lanzamiento del satélite soviético Sputnik, Estados Unidos reaccionó con una ola de inversión tanto en ciencia como en educación y en tecnología. Esa respuesta estratégica permitió sostener su supremacía durante medio siglo. Sin embargo, el economista considera que actualmente se vive un "momento Sputnik inverso". Bajo la administración de Donald Trump, Washington optó por recortar el apoyo a la investigación científica, debilitar la educación pública y retornar a fuentes de energía fósil. En lugar de fortalecer sus capacidades tecnológicas, el país "se encierra en sí mismo", favoreciendo el avance de su competidor. Su crítica apunta no solo al negacionismo climático, sino también a la hostilidad cultural hacia la ciencia y la evidencia empírica. "Hay algo más visceral: una facción poderosa en América se tornó profundamente hostil hacia la ciencia y la experiencia en general", añadió Krugman, quien subrayó que la competencia actual no se asemeja a la de la Guerra Fría. A diferencia de la Unión Soviética, que tenía una economía limitada y tecnológicamente rezagada, China combina autoritarismo político con una economía altamente productiva e innovadora. "El liderazgo estadounidense se ve nuevamente desafiado por un régimen autoritario. Y en términos de poder económico, China es un rival mucho más serio que la URSS", analizó el Nobel. La diferencia, sostiene, es que esta vez Occidente no tiene ventaja tecnológica ni industrial y su estructura interna se encuentra fragmentada por conflictos políticos y desigualdades crecientes. La brecha que crece Los datos del FMI muestran que el avance chino es sostenido. En 1981, el gigante asiático representaba apenas el 2% del PBI mundial en PPA, frente al 21% de Estados Unidos. En 2014 se produjo el histórico sorpasso: Washington se vio superado por primera vez en 150 años. Desde entonces, la distancia se amplió cada año. Actualmente, la economía china es USD10 billones mayor que la estadounidense y los analistas proyectan que esa diferencia podría profundizarse. Incluso si se considera la demografía adversa (China perderá unos 100 millones de personas en edad laboral hacia 2050), su productividad y su capacidad industrial continúan creciendo a ritmos superiores. Las políticas de largo plazo de Pekín (inversión en tecnología, infraestructura, educación e innovación) continúan sosteniendo tasas de expansión del PBI cercanas al 5% anual, mientras que Estados Unidos apenas se ubica por encima del 2%. Esa asimetría, indicaron los especialistas, define la hegemonía del siglo XXI. El economista Patrick Artus, del banco Natixis, coincidió con Krugman al sostener que las políticas implementadas por la administración estadounidense perjudican el crecimiento potencial. La reducción de la inmigración calificada, los retrocesos en políticas sanitarias y la falta de una estrategia energética sustentable están erosionando los pilares del desarrollo. Desde marzo, el número de inmigrantes con empleo se redujo 1,5 millón. "Los inmigrantes son responsables de una proporción significativa de las nuevas empresas tecnológicas. El 44% de los fundadores de compañías unicornio está conformado por inmigrantes, al igual que el 26% de los trabajadores en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas", detalló Artus. China: la nueva locomotora del mundo El economista Justin Yifu Lin, decano de la Universidad de Pekín, ofreció una perspectiva de largo plazo: la economía china podría ser 2,5 veces mayor que la estadounidense en los próximos veinte años. El también ex vicepresidente del Banco Mundial recordó que en 2000, el Grupo de los Ocho (G8) concentraba casi la mitad del PBI mundial. Dos décadas después, su participación se redujo al 34,7%. "El 80% de ese descenso fue compensado por el crecimiento de China", explicó. Esta visión se apoya en tres ventajas comparativas: talento, tamaño del mercado y capacidad de fabricación. Cada año, más de seis millones de jóvenes chinos se gradúan en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), en tanto que el país lidera la producción industrial global y posee el mayor mercado interno del planeta. El avance chino también se refleja en el terreno tecnológico. En 2023, su gasto en investigación y desarrollo alcanzó los USD723.000 millones en PPA, casi igualando a los USD784.000 millones de Estados Unidos. Además, China encabeza la producción de baterías para vehículos eléctricos, semiconductores e inteligencia artificial. El país asiático está aprovechando lo que Yifu Lin denomina la "ventaja del recién llegado", un patrón observado en Alemania, Japón y Corea del Sur durante la posguerra: la capacidad de crecer más rápido imitando y mejorando las tecnologías de punta. Si mantiene una tasa promedio del 4,5% anual frente al 1,6% estadounidense, el resultado será un nuevo orden económico mundial. Para Krugman, la carrera por el liderazgo global ya terminó. Aunque una eventual alternancia política en Washington podría modificar algunas cuestiones, el retraso acumulado es difícil de revertir.
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