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Fecha: 19/10/2025 12:41
La celebración de hoy San Lorenzo de Brindisi, Místico: Doctor de la Iglesia San Lorenzo de Brindisi ejerció el ministerio de la predicación, cumplió cada asignación con sencillez y humildad y reconcilió naciones enfrentadas 1° lectura: Éxodo 14,5-18. Cuando el faraón, rey de Egipto, recibió la noticia de que los israelitas se habían escapado, él y sus cortesanos cambiaron de opinión sobre el pueblo. ¿Qué hemos hecho -dijeron- permitiendo que Israel abandone nuestro servicio? Entonces el faraón hizo enjaezar su carro y reunió sus tropas a su alrededor, tomando seiscientos de los mejores carros y todos los demás carros de Egipto, cada uno tripulado por un equipo escogido. El Señor hizo obstinado al faraón, rey de Egipto, y persiguió a los hijos de Israel en su huida triunfal. Así que los egipcios los persiguieron y los alcanzaron donde estaban acampados junto al mar, todos los caballos, los carros del faraón, su caballería, su ejército, cerca de Pi-hahiroth, frente a Baal-zephon. Y cuando el faraón se acercó, los hijos de Israel miraron a su alrededor, ¡y allí estaban los egipcios persiguiéndolos! Los hijos de Israel se aterrorizaron y clamaron al Señor. A Moisés le dijeron: «¿No había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿De qué nos has servido sacándonos de Egipto? Hablamos de esto en Egipto, ¿no es cierto? Déjanos en paz, dijimos, ¡preferimos trabajar para los egipcios! Mejor trabajar para los egipcios que morir en el desierto». Moisés respondió al pueblo: «¡No temáis! Manteneos firmes y veréis lo que el Señor hará hoy para salvaros: a los egipcios que veis hoy no los volveréis a ver. El Señor luchará por vosotros: no tenéis más que quedaros quietos». El Señor dijo a Moisés: «¿Por qué me gritas así? Di a los hijos de Israel que marchen. Por tu parte, levanta tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y sepáralo para que los hijos de Israel puedan atravesarlo en seco. Yo, por mi parte, haré que el corazón de los egipcios sea tan obstinado que los sigan. Así me ganaré la gloria a costa del faraón, de todo su ejército, sus carros y su caballería. Y cuando me haya ganado la gloria, a expensas del faraón, de sus carros y de su ejército, los egipcios aprenderán que yo soy el Señor». Palabra de Dios. Éxodo 15,1-6: Cantaré al Señor, ¡gloriosa es su victoria! (R) Cantaré al Señor, ¡gloriosa es su victoria! Ha arrojado al mar, al caballo y al jinete. El Señor es mi fuerza, mi canción, mi salvación. Este es mi Dios y yo lo ensalzo, el Dios de mi padre y yo le alabo. /R. ¡El Señor es un guerrero! «El Señor» es su nombre. Arrojó al mar los carros del faraón, la flor de su ejército se ahogó en el mar. /R. Las profundidades los ocultan; se hundieron como una piedra. Tu diestra, Señor, gloriosa en su poder, tu diestra, Señor, ha destrozado al enemigo. /R. Evangelio: Mateo 12,38-42. En aquellos días, algunos escribas y fariseos le dijeron a Jesús: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». Él les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro signo más que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón». Palabra del Señor.
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