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» Diario Cordoba
Fecha: 18/10/2025 16:07
El 27 de diciembre de 2024, fuerzas israelíes irrumpieron en el hospital Kamal Adwan de Gaza y se llevaron a su director, el doctor Hussam Abu Safiya, junto con miembros del personal médico y pacientes. Se esperaba que este médico pediatra, de 52 años, hubiera sido liberado esta semana como parte del acuerdo de alto el fuego con Hamás, pero Israel se niega. Acaba de prolongar otros seis meses su detención, sin cargo formal alguno. En un primer momento, el Ejército israelí negó haber detenido al prestigioso doctor y a su equipo. Luego, en un comunicado en enero, dijo que estaba involucrado en "actividades terroristas" y formaba parte de Hamás, sin aportar prueba alguna. En prisión está siendo sometido a maltrato. "Hay preocupación por su salud: tiene problemas de corazón y una sarna preocupante en la piel, y durante mucho tiempo lo han mantenido en una celda de aislamiento a oscuras y sin tratamiento médico", explica a este diario Carlos de las Heras, responsable para Oriente Medio de Amnistía Internacional España. Hussam Abu Safiya / . Durante su cautiverio, Abu Safiya se ha convertido en un símbolo del castigo israelí al sistema sanitario gazatí, que las organizaciones de derechos humanos consideran que tiene una intención genocida. Además de destrozar el grueso de los hospitales de la Franja, las Fuerzas de Defensa de Israel han detenido a decenas de médicos y enfermeros sin acusarlos formalmente de delito alguno. En noviembre de 2023 (tras los ataques de Hamás del 7 de octubre en los que murieron 1.139 personas) el Gobierno de Binyamín Netanyahu endureció la "ley de combatientes ilegítimos", que faculta al Ejército a detener a cualquier persona de quien sospeche que participa en hostilidades contra Israel. Pueden renovar la detención indefinidamente sin tener que presentar pruebas para justificar las acusaciones. Abu Safiya está retenido bajo esa ley, pero no es el único. Signos de tortura Esta semana, Israel ha dejado en libertad a un total de 1.968 palestinos detenidos en sus cárceles y en campos de internamiento, a cambio de los 20 últimos rehenes israelíes con vida que llevaban dos años en manos de Hamás y la Yihad Islámica. La gran mayoría de los palestinos liberados eran civiles arrestados con la "ley de combatientes enemigos" en masa y sin cargo en Gaza durante estos dos años de guerra, incluidos mujeres y niños. Han sufrido todo tipo de calamidades. Primero, durante su arresto: los desnudaban, los hacían desfilar por las calles del enclave, los metían en camiones y los hacían desaparecer, sin acceso a abogados, sin cargo alguno y sin comunicación con sus familias. Esas detenciones masivas servían, según las organizaciones de derechos de los prisioneros palestinos, para usarlos después en los canjes con rehenes israelíes en manos de Hamás. Mujeres y hombres palestinos detenidos en un estadio de fútbol israelí / Yosee Gamzoo Letova Israel los llevaba luego a campos de detención, donde los mantenía con los ojos vendados y esposados casi todo el tiempo, obligados a posturas en tensión durante horas, asegura Amnistía Internacional. A algunos les tenían que amputar extremidades por las gangrenas provocadas por las cadenas, según una investigación de CNN basada en testimonios de carceleros israelíes arrepentidos del campo de Sde Teiman. En ese centro de detención mantenían a un grupo de detenidos completamente inmovilizados en camas, con los ojos vendados, alimentados por sonda y con pañales para recoger sus excrementos, una forma de tortura por privación sensorial. Las Fuerzas de Defensa de Israel han negado las alegaciones de estas investigaciones periodísticas y, en general, el abuso y la tortura sistemática en sus prisiones. Hamás y la Yihad Islámica han mantenido a decenas de rehenes israelíes, militares y civiles, en túneles y viviendas de la Franja durante estos dos años de guerra. Tras su liberación, algunos han denunciado malos tratos, humillaciones y abusos sexuales. La versión de las organizaciones de presos palestinos De esos 1.968 presos liberados el pasado 13 de octubre, 250 estaban condenados a cadena perpetua. La gran mayoría, 1.718, "fueron secuestrados de Gaza tras el comienzo del genocidio y detenidos sin juicio ni cargo", informan a este diario la Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS, por sus siglas en inglés) y la Comisión de Asuntos de los Presos, dos organizaciones con sede en Ramala, capital de Cisjordania. En total, Israel ha liberado a 3.985 personas en los tres acuerdos consecutivos de intercambio de prisioneros por rehenes en estos dos años de guerra. "Las imágenes de los prisioneros liberados ponen en evidencia de nuevo la brutalidad y las prácticas criminales contra miles de palestinos y detenidos árabes en las cárceles israelíes y los campos militares de detención", afirman estas organizaciones. "Muchos, especialmente los gazatíes, muestran claros signos de torturas físicas y psicológicas. Han sido sometidos a hambruna deliberada, negación de tratamientos médicos, condiciones intencionadas de propagación de enfermedades epidémicas, aislamiento... En las prisiones ha habido sesiones de represión organizada por unidades especiales como las llamadas Keter, Metzada y Nashon: golpes, uso de gas y granadas aturdidoras, descargas eléctricas, humillaciones, asaltos sexuales incluida la violación y el uso de la enfermedad como forma de tortura, como se aprecia en la extensión de la sarna entre los presos. Esto se suma al terror psicológico, confinamiento solitario, amenazas de asesinatos y de ejecución". Al menos 78 presos palestinos han muerto en prisión, según estas dos organizaciones. Cárceles israelíes En su informe 'Bienvenido al infierno', la organización israelí de Derechos Humanos B'Tselem recopiló el año pasado testimonios de 55 palestinos civiles detenidos tras el 7 de octubre y luego liberados sin cargos. "Israel tiene una red de prisiones civiles y militares y campos dedicados al abuso de los detenidos de forma sistemática y que son de facto campos de torturas: se somete a los presos a un sufrimiento intenso y continuado". Las palizas y la privación del sueño son habituales. En un vídeo de una cámara de seguridad filtrado a medios israelíes se ve a un grupo de soldados violando en grupo a un preso palestino. Save The Children sostiene que hay abusos sistemáticos, incluidos sexuales, a los niños detenidos. El caso más conocido es el de Ahmad Manasra, arrestado con 13 años e interrogado por presunto terrorismo en aislamiento sin presencia de abogados o sus padres. Estuvo casi una década en prisión, y tras su liberación se comprobó que había perdido por completo el contacto con la realidad y su salud mental. En un informe del año pasado, Amnistía Internacional documentó los casos de 27 palestinos (un niño, cinco mujeres y 21 hombres) que permanecieron detenidos con esa ley de combatientes ilegales durante periodos de hasta cuatro meses y medio sin acceso a asistencia letrada ni contacto alguno con sus familias. Todas las personas entrevistadas dijeron que habían sido sometidas a tortura y tratos inhumanos y degradantes. Sistema de detención administrativa "La situación en las cárceles israelíes es muy complicada para las personas detenidas: maltrato, torturas, incomunicación, régimen de aislamiento sin visitas de los abogados y familiares. Hay 3.000 presos palestinos bajo detención administrativa desde hace décadas", concluye de las Heras. Tras esta tanda de liberaciones gracias al alto el fuego pergeñado por Estados Unidos, Qatar y Egipto, quedan ahora en Israel alrededor de 9.100 presos palestinos, en cárceles o en campos militares. De ellos, 52 son mujeres y unos 400 son niños, según la comisión de presos palestinos. Israel retiene al menos 730 cadáveres palestinos, algunos desde hace decenios, para utilizarlos como moneda de cambio en negociaciones, según el Centro de Derechos Humanos y Asistencia Jurídica de Jerusalén (JLAC). Reclama a las milicias palestinas, por su parte, la entrega de una veintena de cuerpos sin vida de rehenes israelíes.
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